Así es como la comunidad mundial de impresión 3D está ayudando a Ucrania
La impresión 3D tiene miles de usos. Algunos ven una forma de crear armas caseras, pero otros ven la posibilidad de crear material médico, órganos funcionales y elementos de salvamiento. Hoy hablamos de una iniciativa altruista que está salvando vidas.
A principios de marzo la comunidad de usuarios de impresoras 3D empezó a enterarse de que en Ucrania los torniquetes escaseaban y, sin ellos, muchos soldados ucranianos podían desangrarse y morir. Pero ¿qué es una impresora 3D?
Durante los dos meses siguientes un gran número de voluntarios de la comunidad diseñaron y perfeccionaron ocho versiones de un torniquete -piezas de tela conectadas por hebillas y clips de plástico- hasta que hicieron uno lo suficientemente duradero para las necesidades de una guerra.
Era fácil de atar para un soldado y podía imprimirse con una alta calidad constante. Ahora, han subido a Internet su mejor diseño. Y alrededor de 120 personas y empresas de todo el mundo con impresoras 3D han accedido a él.
Entre todos han fabricado unos 5.000 torniquetes reutilizables que se destinarán a Ucrania, donde se coserán y se enviarán al campo de batalla, explica el responsable de la iniciativa.
Pero la invasión ha supuesto para la comunidad de la impresión en 3D un reto sin parangón, que pone de manifiesto el impacto de la tecnología a la hora de suplir la escasez en tiempo real y subraya los peligros de tener que depender de bienes producidos de forma ad hoc.
Al principio de la guerra, los responsables de la iniciativa se dieron cuenta de que muchos con impresoras querían ayudar, pero creaban diseños que daban lugar a productos de mala calidad.
Al ver esto, un grupo de voluntarios trabajaron durante semanas para rediseñar su torniquete de manera que cumpliera con los más altos estándares médicos. El portavoz del movimiento filmó el dispositivo siendo arrollado por un camión de bomberos para demostrar su durabilidad.
Voluntarios de laboratorios de Polonia sometieron el torniquete impreso en 3D a pruebas de tensión para demostrar que podía soportar más de 70 kilos de presión de tracción. En el Instituto Politécnico de Worcester se realizaron pruebas de ultrasonidos para demostrar que el torniquete podía detener completamente el flujo sanguíneo.
Casi cuatro meses después de la invasión rusa de Ucrania, persiste la escasez crítica de suministros médicos y accesorios de armamento. Pero la ayuda ha llegado de una fuente poco probable: Los que tienen impresoras 3D. Y no solo en formato torniquete.
Utilizando archivos digitales, la gente está diseñando suministros como vendas, torniquetes, férulas y complementos para armas AK-47. Mediante programas de diseño asistido por ordenador, las impresoras especiales crean objetos tridimensionales con plásticos o biomateriales.
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Etiquetas: Salud, Impresoras 3D