Crean una píldora inteligente que podrás controlar desde tu teléfono móvil

Un equipo de investigadores del MIT han desarrollado una píldora inteligente que podemos monitorear cuando esté en nuestro estómago, pudiendo liberar los medicamentos necesarios para curar algún tipo de enfermedad, y simplemente utilizando nuestro teléfono móvil.

La ciencia, la medicina y la tecnología van siempre de la mano, y en un futuro podrían ir también de nuestro teléfono móvil. Y es que científicos del MIT ha logrado crear una píldora impresa en 3D que se despliega en forma de "Y" una vez que llega al estómago, y que puede permanecer aproximadamente un mes antes de romperse y pasar a través del intestino.

Esta píldora inteligente contiene cuatro pequeños compartimentos para almacenar distintos medicamentos que pueden liberarse durante un periodo determinado, y todo ello controlado por el propio usuario o médico correspondiente.

Y es que esta píldora se puede emparejar a un dispositivo Bluetooth, pudiendo de esta manera mandar información a una aplicación que controle qué medicamentos y en qué cantidad deben ser liberados.

Su funcionamiento sería muy sencillo: una vez ingerida la píldora, la parte externa de la misma se disolvería al llegar a nuestro estómago, desvelando un pequeño dispositivo que se despliega en forma de "Y" con distintos compartimentos. Mediante esta forma, la píldora podría permanecer hasta un mes antes de separarse y pasar al tracto digestivo.

Esta primera versión de la píldora cuenta con una batería de óxido de plata que la alimenta, aunque los investigadores están explorando otras fuentes de energía, incluido el ácido estomacal del propio usuario para hacerla funcionar.

Además de liberar medicinas cuando se considere oportuno mediante un comando enviado desde el teléfono móvil del usuario o del propio médico, la píldora también puede monitorear la temperatura corporal y transmitir la información a través de Bluetooth a otro dispositivo inteligente.

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Eso sí, el usuario tampoco debería preocuparse de que un agente externo pudiera hackear la píldora, dado que únicamente funcionaría a una distancia de escasos centímetros, con lo que solo podría liberar los medicamentos correspondientes un teléfono móvil que esté prácticamente pegado al cuerpo.