La cantidad de dispositivos eléctricos que usamos a lo largo del día empieza a ser alarmante y la comunidad científica lo sabe. Necesitamos encontrar otras formas de energía y desarrollar otras máquinas que no dependan de la electricidad es una buena alternativa.

El sol, el agua o el viento son los principales opciones que hasta ahora se había planteado como fuentes para cerrar energía eléctrica sostenible, pero y si las máquinas usaran directamente esos elementos para moverse sin necesidad de transformarlos en energía eléctrica, como estos nanorobot desarrollados en la Universidad Nacional de Seúl. 

No tienen ni motor, ni baterías pero eso no les impide moverse. Lo único que necesitan es agua, o más bien la humedad del ambiente. Los investigadores descubrieron esta posibilidad al estudiar el movimiento natural de algunas semillas de plantas que se desplazan por el suelo gracias a las múltiples capas externas de las que están revestidas y por ellas absorben la humedad. 

Así se rebela un robot contra un humano, en vivo y en directo

El sistema utiliza un película higroscópicamente sensible, es decir, sensible al agua, que consta de nano fibras alineadas y producidas por electrospinning direccional, ésta se hincha y contrae rápidamente en dirección longitudinal, como se aprecia en el video, cuando entra en contacto con la humedad, permitiendo a los pequeños robots avanzar hacía adelante. 

El estudio publicado en la revista Science Robotics explica que el diseño de estos hygrorobot, como ellos los llaman, podría llegar a tener aplicaciones militares, industriales, e incluso médicas aplicando drogas dentro del cuerpo. 

Los científicos comenzaron a combinar los ambientes secos con humedad pero, algunos robots llegaron a ser capaces de avanzar sobre una superficie húmeda  en un ambiente completamente seco utilizando las diferencias en los niveles de humedad. 

Es algo habitual que la ciencia y la ingeniería se inspiren en la naturaleza sobretodo en los animales, para la creación de nuevas máquinas, como este robot cuyos diseñadores se inspiraron en la facilidad de agarre de los tentáculos de los pulpos o este otro creado por el MIT con hidrogeles de polímeros que se parece a una medusa y es capaz de capturar objetos sin dañarlos.