Existen cuatro tipos de acaparadores digitales: ¿cuál eres tú?

En la actualidad vivimos en una sociedad digitalizada en la que nos atreveríamos a decir que pocos serían capaces realmente de vivir sin la tecnología, ya sea el smartphone, el ordenador o una TV.

Hace relativamente poco ya nos adentramos en este mundo de la dependencia tecnológica, analizando el porqué y sobre todo cómo reconocer que realmente somos adictos a ella. Os dejamos el reportaje enlazado para que lo comprobéis.

Pues bien, un factor que actualmente están analizando algunos investigadores es el desorden que puede llegar a generarnos. Por ejemplo, quién no ha tenido diez o más pestañas de Google abiertas, miles de correos sin responder o chats de WhatsApp, o incluso el almacenamiento de nuestro teléfono móvil que ya no puede con una fotografía más.

Esto es lo que se conoce como acaparador digital y sentimos deciros que tiene un efecto adverso en nuestra productividad y bienestar y deberíamos preocuparnos por ello. 

Un estudio de Simform reveló que la persona media tiene 40 aplicaciones instaladas en su teléfono, pero utiliza menos de la mitad de ellas. Otro estudio reveló que tres de cada cinco personas no borran nunca las fotos. Tener miles de correos electrónicos sin leer es tan común que se ha convertido casi en una competición.

Esto también se produce cuando alguien está demasiado apegado a los datos como para plantearse deshacerse de ellos.

"Al igual que el acaparamiento físico, el digital puede ser perjudicial. Si bien la investigación sobre los efectos del acaparamiento digital aún es nueva, un documento de 2018 encontró que los acaparadores digitales experimentan mayores niveles de estrés", explica el Dr. Emanuel Maidenberg, profesor de psiquiatría de la UCLA.

Ahora bien, según estas extensas investigaciones, no existe solo una figura de acaparador digital, si no cuatro, vayamos una por una, a ver con cuál de todas te identificas tú.

Acaparadores ansiosos

De los cuatro que os presentamos, este quizá sea el peor de todos. Y es que, hablamos de personas que sienten la necesidad, ya sea por inseguridad de que si borra algo lo va a necesitar en un futuro o no tener esa fotografía que te hiciste hace 5 años para mostrar tu viaje a unos amigos, de guardar absolutamente todo por lo que pueda ocurrir.

Básicamente lo que les produce es un sentimiento de apego y en consecuencia ansiedad de perder algo que para ellos es valioso, aunque sepan que no es del todo así.

"Los participantes también estaban ansiosos por preservar la información que podría ser importante en algún momento futuro, decidiendo que el mejor plan era guardarlo todo, por si acaso", explican en un estudio que se realizó a este tipo de personas en 2020.

Acaparadores accidentales

Como su propio nombre indica, eres descuidado y al final acabas acumulando información, contactos, correos o fotografías sin apenas darte cuenta y eres demasiado perezoso como para ponerte a borrar 3000 fotografías.

También llamados acaparadores desorganizados, las personas de esta categoría no guardan intencionadamente datos innecesarios. Simplemente no saben cómo organizarlos. "Estos participantes tenían un reducido sentido de la propiedad sobre los datos que habían almacenado y sentían que gran parte de ellos se habían acumulado con el tiempo y casi accidentalmente", dice el estudio.

Si mi móvil funciona bien, ¿para qué voy a perder mi tiempo borrando correos?

Acumuladores de información

Aquí encontramos una mezcla de los dos anteriores. Te produce ansiedad borrar información que quizá vas a usar en un futuro, como un PDF que te mandó tu jefe o aquel curso que hiciste hace 4 años, por si tienes la necesidad de consultarlo. 

Esto es algo que ocurre con frecuencia a nivel material, guardando, por ejemplo, los libros escolares de tus hijos año tras año o los apuntes de la universidad cuando ya te has graduado.

Acumuladores organizados

También llamados coleccionistas, estas personas tienen archivos digitales bien organizados y almacenados a propósito. No les genera ansiedad tener tantos correos o fotografías porque los tienen bien organizados y localizados en carpetas, por ejemplo, y los mantienen un tiempo indefinido.

Saben exactamente dónde está almacenado cualquier archivo y les resulta tan fácil acudir a ellos (o no), que simplemente no les apetece borrarlos.

Desde luego, conocer los efectos adversos del acaparamiento digital es un hecho a reconsiderar y deberías replantearte tu propia relación con todos esos archivos que llenan tus dispositivos. ¿Te identificas con alguno?