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De un Ferrari a un utilitario, así es pasar de un móvil de 1.000 euros a uno de 200

análisis Huawei P50 Pro

Analizar móviles no es algo complicado, pero sí es difícil analizar un móvil de más de 1.000 euros, de esos que son prácticamente perfectos y pasar a un terminal de 200 euros. Aunque pueda parecer fácil, el proceso mental al saltar entre gamas no es nada sencillo.

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Tengo el mejor trabajo del mundo. Seguramente, si te gusta mucho tu trabajo, pensarás lo mismo, pero para mí, lo que hago es lo mejor. 

Eso no significa que no haya días en los que no quiero ponerme con lo que tengo que hacer porque, además de probar cacharritos y jugar a videojuegos, hay muchas otras tareas y te confieso que, entre las que más pereza me dan, se encuentra la de sacar la SIM de un móvil TOP para meterla en un móvil de entrada.

Y es que, tengo el mejor trabajo del mundo, sí, pero también me lo tomo muy en serio y analizar un móvil no es algo que haga a la ligera. Medimos datos objetivos, pero sobre todo te hablamos del dispositivo cuando hemos estado varios días usándolo como móvil principal.

Eso significa tenerlo todo el día entre manos usándolo para jugar, hacer fotos, trabajar, consumir contenido, ver redes... vamos, lo que significa tener un móvil. No analizamos los teléfonos basándonos en su lista de especificaciones, sino tras un uso prolongado y real en el día a día.

Y, por eso, muchas veces cuando me toca pasar de un móvil que me encanta a uno nuevo, tengo ese sentimiento de no querer salir de la cama.

Recientemente, he analizado el Huawei P50 Pro, un móvil que es un gama premium en todos los sentidos, sobre todo en fotografía. Justo después cogí el Pixel 6, del que ya te he hablado

Son dos teléfonos que están en la cúspide, uno por sus cámaras y otro por la fantástica experiencia de usuario que ofrece gracias a su versión tan pulida de Android 12, y son dos móviles con los que daba gusto salir a la calle a hacer fotos y vídeos, pero también desbloquearlos para... bueno, para usarlos. 

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Todo es velocidad, pantallas espectaculares, rendimiento máximo y, tras la prueba, llega el momento del cambio. Todavía no tenemos los Galaxy S22, pero lo que sí tengo sobre la mesa son dos móviles de gama de entrada, de esos de 200 euros, y claro, aunque están bien, evidentemente no son como el Pixel. O como el P50 Pro, vaya.

Ya estoy usando uno de ellos como principal, el Motorola G31 y seguramente te recomiende este móvil cuando haga el análisis, ya que me está gustando, pero siempre que hago un cambio entre dos móviles tan alejados en gama y precio, necesito un día para acostumbrarme.

Hay cosas con las que es fácil cambiar el chip. Asumo que las pantallas de estos terminales son más justitas y que el rendimiento, por lo general, no es tan fluido, pero con lo que tengo que hacer un proceso de cambio de mentalidad es con las cámaras.

Creo que es lo que más se nota cuando pasas de un móvil de gama media a uno de gama alta y, evidentemente, a uno de gama premium y no puedes pensar algo como "voy a destrozar estas cámaras en el análisis porque no son las del Pixel".

Hay que contextualizar y, si te soy sincero, siempre me pongo en la piel de mis amigos y me fijo, o recuerdo, el tipo de fotos que hacen. 

Hacen fotos torcidas a un edificio, retratan la hamburguesa que nos estamos comiendo en cierto restaurante, hacen una foto a su mascota, a una taza de café... a esas cosas cotidianas. Y, a veces, mal encuadradas o desenfocadas.

Un móvil de 200 euros no te invita a creerte Ansel Adams y, aunque hay truquitos para hacer fantásticas fotos con un móvil independientemente de su precio, al final la mayoría de usuarios usan las cámaras para retratar su vida cotidiana.

En el análisis siempre te digo cosas como "creo que los colores podrían ser mejores" o "el gran angular tiene, o no, efecto de barril o aberración cromática", cosas objetivas porque hay competidores en su gama que lo hacen mejor o peor, pero lo que siempre hacemos es poner muchos ejemplos para que puedas ver muchas fotos en distintas situaciones.

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Sé que yo te puedo decir que los colores no me gustan, pero puede que a ti sí y lo importante es mostrarlo de una manera lo más objetiva posible, pero siempre sin echar por tierra unas cámaras que son las que son y no pueden ser mejores, simplemente, por el precio que estás pagando por el móvil. O porque el fabricante ha primado poner una mejor pantalla sin subir el precio y, claro, en algún punto hay que recortar.

Y sé que me he centrado en las cámaras, pero esto se aplica a todos los apartados de un móvil barato y, por eso, siempre valoramos tan bien que las compañías cuiden los pequeños detalles de estos móviles de entrada que, al final, son los que más se venden.

Aunque bueno, te diré una cosa en la que prácticamente el 100% de los móviles de entrada y gama media son mejores que los de gama premium: capacidad de batería y cargador en la caja. 

Y eso es algo que, cuando estoy en ese proceso de pensar "vaya tela, tengo que pasar de un Ferrari a un Dacia", me anima. Es el saber que voy a pasar a un móvil de gama más baja, y por mucho, pero que tiene una batería que me permite un fin de semana lejos del cargador.

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