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Una empresa israelí te paga por crear un deepfake con tu imagen para anuncios y cursos, y los actores publicitarios se enfadan

Una empresa israelí te paga por crear un deepfake con tu imagen para usarla en anuncios y cursos, y los actores figuristas se enfadan

El deepfake como negocio explotará en los próximos años. La compañía Hour One es una de las pioneras, y su propuesta es muy interesante... y polémica.

¿Por qué poner un banner con una foto estática de tu negocio, si puedes usar un vídeo o animación con actores sintéticos por el mismo precio?

Se acabaron los aburridos cursos o FAQs del servicio técnico con largos y pesados textos. Ahora una persona agradable te los lee para tí, con una sonrisa.

Tal como nos cuenta Business Insider, la empresa israelí Hour One paga a cualquier persona normal y corriente por hacer una foto de su rostro y firmar un permiso para crear deepfakes que usará en publicidad, o para leer texto en cursos y servicios técnicos, como podemos ver en este vídeo:

Lo que has visto en el vídeo es una simple foto colocada en un cuerpo y animada por una inteligencia artificial entrenada con aprendizaje profundo.

Hour One ya tiene en su catálogo cientos de actores virtuales de todas las edades, aspectos, etnias, y razas, que además pueden hablar cualquier idioma.

Los deepfakes usan inteligencia artificial para animar una foto hasta el punto de convertirla en un actor que puede hacer y decir cualquier cosa.

Se hicieron populares hace unos años cuando se usaban rostros de actores famosos en escenas pornográficas, o para obligar a decir a los políticos cosas que la versión real nunca diría... Aquí puedes ver un deepfake usando el rostro de Tom Cruise, que te deja con la boca abierta:

Más allá del morbo o la broma, es una tecnología que tiene una vertiente ilegal, e incluso potencialmente peligrosa: se ha usado para engañar a los votantes con vídeos falsos de los políticos rivales diciendo mentiras.

Pero como toda la tecnología, también puede usarse de forma legal para hacer negocio.

La empresa israelí Hour One ya usa el deepfake para tareas tan interesantes como crear vídeos publicitarios de empresas, crear profesores virtuales en los cursos online, atender a los usuarios en el servicio técnico, enseñar casas en webs inmobiliarias, presentar informes financieros, y mucho más.

Hour One está pagando dinero a personas normales por posar ante una cámara 4K haciendo varios gestos con la cara: sonrisa, duda, sorpresa, etc. Solo necesita un puñado de fotos para crear un deepfake, un clon digital de tu persona que podrá hacer o decir cualquier cosa.

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La primera ventaja de este sistema es que no necesitas contratar a un mismo actor cada vez que te encarguen un anuncio, o poner rostro a un servicio técnico, o un mensaje.

Con solo unas pocas fotos, tienes un actor digital que podrás usar las veces que quieras. Las personas que han cedido su rostro e imagen cobran una comisión por cada trabajo, no es un pago único. Aunque físicamente solo han tenido que trabajar en una úncia sesión fotográfica.

Para los clientes también es rentable, porque los vídeos con actores sintéticos son mucho más baratos que contratar a un actor de carne y hueso.

Y aquí es donde empieza la polémica: actores de publicidad catalogan esta tecnología como intrusismo laboral,  porque los actores deepfake son personas sin formación que no saben actuar, pero que les quitan su trabajo.

Expertos como Jessie Hammerling, del Centro de Investigación y Educación Laboral de la Universidad de California en Berkeley, ven otro problema: las personas que han cedido su rostro no saben ni pueden decidir lo que su actor sintético va a decir, o para qué empresas va a trabajar.

Vamos a oir a hablar mucho de los actores sintéticos en los próximos años, no solo en publicidad sino también en cine, en política, y otras áreas polémicas.

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