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Hoy se cumplen 10 años del peor fracaso de Google en el campo del hardware

Nexus Q

Uno sabe cuando se equivoca, porque en cuanto toma la decisión siente que ha sido la equivocada. Eso le pasó a Google con su Nexus Q, un gadget que no llegó a ver la luz, pese a no ser una mala idea, teoricamente.

El Nexus Q fue un producto tan erróneo que Google decidió retirarlo antes de que saliera a la venta. Diez años después de su presentación en I/O 2012, el reproductor multimedia de 299 dólares posicionado como "dispositivo de streaming social" sigue siendo una debacle única en Google.

Y si bien podríamos hablar de las Google Glass como producto catástrofe, el Nexus Q fue un ejemplo de lo que puede ocurrir cuando una empresa se pierde en su propio mundo y no pregunta al mundo si necesita de verdad ese producto.

Había aspectos prometedores en el Nexus Q. Por ejemplo, se puede ver claramente el trabajo de base que acabó dando al Chromecast de Google. Por desgracia, ese potencial estaba realmente oculto.

El Nexus Q desprendía auténticas vibraciones de ciencia ficción, como explican en The Verge. Gracias a su diseño industrial en forma de orbe y a su anillo de LEDs luminosos. Y es que este diseño fue mucho antes de que apareciera el Echo de Amazon.

El Q parecía algo que podía conectarte a la matriz de una nave alienígena. Y todo era original. A diferencia de otros dispositivos Nexus, que fueron colaboraciones con socios como LG, Samsung, Asus, Huawei y otros, el Nexus Q fue conceptualizado completamente por Google.

Lo más sorprendente de todo es que fue diseñado y fabricado en Estados Unidos. Google nunca ha destacado ni ha dado importancia a la fabricación en EE. UU., pero sin duda contribuyó al precio de 299 dólares previsto para el Q.

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En el interior de la esfera había un amplificador de 25 vatios "de grado audiófilo" que podía alimentar altavoces pasivos, junto con conexiones ópticas, Micro HDMI y RJ45.

El Nexus Q funcionaba con el mismo chip de smartphone que el Galaxy Nexus. Se podía girar la mitad superior de la esfera para controlar el volumen o tocarla para silenciar lo que estuviera sonando. Tenía todos los ingredientes para ser un gran dispositivo de salón.

Pero las limitaciones del software arruinaron ese potencial. Ya han pasado 10 años desde que no-salió el gadget y, ahora, lo recordamos como se merece.

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