MediaTek lleva varios años haciendo un gran trabajo. Pese a que siempre ha estado cómoda en su posición de empresa económica, la compañía de origen taiwanés sabía de su potencial. Y este 2021 está siendo el año en el que lo están demostrando.

Para comprobar lo bien que le van las cosas tan sólo hay que ver ya ha superado a sus rivales como mayor proveedor de chips para smartphones, que durante la crisis de los semiconductores se ha sabido mover mejor que nadie y que, por último, puede que tenga entre manos una nueva joya de la corona.

Si bien los procesadores Dimensity de MediaTek han ayudado a la empresa a afianzarse en el mercado del 5G, lo que les ha dado parte del pastel que se les estaba escapando, pocos los consideran suficientes para enfrentarse a los principales buques insignia de Qualcomm.

Pero aquí es donde todo puede cambiar, ya que el proyecto estrella de MediaTek, el Dimensity 2000, puede ser que venza en frecuencias brutas al Snapdragon 888, el procesador más potente de Qualcomm y el rival a batir actualmente.

Tanto el Snapdragon 888 que fabricará Samsung como el Dimensity 2000 de TSMC serán chips de 4nm con un núcleo Cortex-X2 supergrande similar que funcionará a la misma velocidad: 3,0 GHz.

La diferencia estará en los otros núcleos que, aunque son los mismos, irán a frecuencias diferentes. En este caso concreto, el Dimensity 2000 tendrá tres núcleos a 2,85 GHz y cuatro núcleos pequeños a 1,8 GHz. Ligeramente superiores a los 2,5 GHz y 1,79 GHz del Snapdragon 888 respectivamente.

Por supuesto, estas cifras no se traducen directamente en el rendimiento real del dispositivo, y todavía hay muchos factores que hay que tener en cuenta para empezar a considerar quien ha ganado esta batalla.

Y, en el caso de que el Dimensity 2000 rindiese igual de bien que el Snapdragon 888, ya estaríamos hablando de que es una gran victoria para MediaTek tras años y años en la segunda posición.

Además, como suele pasar con los productos MediaTek, el Dimensity 2000 será más barato que el Snapdragon 888, por lo que las compañías de teléfonos móviles tendrían que pensarse muy seriamente qué procesador elegir, incluso en la gama alta, algo que nunca antes ha pasado.