En caso de que se produzca una guerra nuclear, solo hay dos países, EE.UU. y Rusia, que tienen la capacidad de mantener a sus jefes de Estado y a los funcionarios militares importantes fuera de peligro y, al mismo tiempo, mantener el mando de la situación. 

Teniendo en cuenta la situación tan tensa que vivimos actualmente con la guerra en Ucrania, los alardes continuos de ambos países demostrando su superioridad va más allá del armamento y ahora se centra en los "aviones del día del juicio final", como si de una película de ciencia ficción se tratase.

Estados Unidos tiene un Boeing 747 modificado, un Boeing E-4B con el indicativo Nightwatch, mientras que Rusia tiene el avión Ilyushin II-80 de fabricación rusa. También conocido por el indicativo Maxdome, o a veces Camber.

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Nightwatch

Hablamos de un avión de 200 millones de dólares, diseñado para resistir un ataque con misiles en caso de que Vladimir Putin inicie una guerra nuclear y recientemente ha sido visto realizando pruebas de vuelo y repostaje.

Tiene una envergadura de 59,7 metros, una altura de casi 20 metros y un peso de 190.000 kg cuando va vacío. La velocidad de crucero es de 895 km/h.

Washington ha mantenido una flota de aviones Boeing 747 E4-B desde los años 70, con el propósito específico de proporcionar una base aérea para que el secretario de defensa de EE.UU. y el personal militar de alto nivel realicen operaciones durante una guerra nuclear.

 Al menos uno de ellos está disponible las 24 horas del día, en caso de evacuación de emergencia.

El avión puede permanecer en el aire durante días y está diseñado para soportar el pulso electromagnético de una explosión nuclear. Realiza misiones rutinarias de entrenamiento y preparación.

Tiene capacidad para una tripulación de 112 personas. Sus ventanas tienen malla metálica para mantenerlas protegidas, mientras que el equipo y el cableado a bordo están reforzados y tiene blindaje térmico y nuclear en caso de explosión.

La parte superior se denomina "cúpula de rayos" o "radomo" y contiene docenas de antenas y parabólicas que pueden comunicarse con cualquier barco, submarino o avión estadounidense en cualquier parte del mundo.

Una de las claves de la capacidad del avión para funcionar en caso de guerra nuclear es el hecho de que sus sistemas de operación y control son analógicos en lugar de digitales, lo que lo hace menos susceptible al pulso electromagnético que sigue a una explosión nuclear.

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Maxdome 

Este avión realizó su primer vuelo una década más tarde que su homólogo, aunque se cree que no fue hasta 1992 cuando los aviones entraron en servicio. Hace pocos días, también ha sido visto volando alrededor de Moscú.

Cabe destacar que siempre han sido más cautelosos a la hora de dar información sobre sus aviones. Además, en un principio se esperaba su exhibición el Día de la Victoria este pasado 9 de mayo y no fue así (todo apunta al mal tiempo, aunque no sabemos si se quiso evitar un alarde desmesurado ya que el discurso de Putin fue bastante moderado).

Pese a esto, sabemos que el avión tiene una longitud de 59,54 metros y un peso de 120.000 kg cuando va vacío. La velocidad de crucero es de 850 km/h.

El Maxdome es notablemente diferente, ya que no se ven las ventanas de la cabina del avión (las tiene pero con un deflector que las bloquea). Estos cambios se llevaron a cabo para proteger a los ocupantes de un pulso electromagnético o de una explosión nuclear. 

Las puertas de la cubierta superior también se han reducido en número. Nos encontramos, como veis, con una aeronave mucho más hermética.

Está equipado con cúpulas, bultos y antenas destinadas a bloquear el pulso electromagnético, el pulso de radiofrecuencia y a proteger contra las explosiones nucleares, al tiempo que garantiza la capacidad de comunicación con otros.

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El avión ruso también ostenta el poco envidiable récord de haber sufrido el robo de 39 piezas de equipo de radio del interior del avión durante una rutina de mantenimiento. Las piezas desaparecidas fueron declaradas posteriormente como no estratégicas, según la CNN. 

Los informes sugieren que Rusia está desarrollando un avión de tercera generación que se presentará en breve, pero hasta ahora no ha habido ninguna actualización al respecto.

Con todo esto en juego, parece que estamos más ante un alarde continuo de ver quién tiene la aeronave más potente y capaz, reinvirtiendo constantemente en mejoras y nuevas tecnologías que incorporarle, en lugar de centrarse en una posible neutralidad. 

Al fin y al cabo son los aviones de Joe Biden y Vladimir Putin, no esperes que te hagan hueco.