Qué son los Crypto-Hunter y cómo pueden ayudarte si tienes problemas con tus criptomonedas

Cada año se roban o pierden miles de dólares en criptomonedas. De los 19 millones de Bitcoins en circulación, alrededor del 20% se consideran irremediablemente perdidos.

Los monederos de criptomonedas hackeados o los monederos olvidados impiden a miles de usuarios acceder a sus fortunas, y esto parecía no tener remedio.

Por suerte, hay dos grupos de profesionales a los que se puede recurrir para recuperar las monedas perdidas: los criptocazadores y los criptohipnotizadores, pero nos vamos a fijar en los primeros.

Como su nombre indica, un criptocazador busca y recupera criptomonedas perdidas o robadas. Los criptocazadores suelen ser programadores informáticos o relacionado.

Los criptocazadores utilizan múltiples programas y dispositivos para llevar a cabo su trabajo, desde software especializado hasta superordenadores que generan miles de combinaciones de contraseñas.

Algunos utilizan técnicas de hacking similares a las de los hackers normales para ayudar a los clientes a recuperar su criptodivisa.

Uno de los métodos es el ataque de fuerza bruta, en el que se prueban millones de contraseñas en rápida sucesión para descifrar una cartera.

Para esto el cazador de criptomonedas suele pedir toda la información posible sobre la cartera. Cualquier información existente puede reducir drásticamente el tiempo que se tarda en entrar en una cartera.

Sin embargo, si no hay información existente, un criptocazador puede considerar que la cartera es irrecuperable (debido a las limitaciones informáticas existentes y al tiempo que realmente se tardaría en descifrar la contraseña o de otro modo).

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Los criptocazadores aceptan pagos en criptodivisas o en moneda fiduciaria. El coste de contratar a un criptocazador depende en gran medida del tamaño de la criptodivisa perdida por el cliente. Por ejemplo, Wallet Recovery Services suele cobrar el 20% de la cantidad total recuperada.

También se tienen en cuenta otros factores a la hora de fijar el precio: la dificultad, el índice de éxito, la duración de la búsqueda (algunos datos pueden recuperarse en diez minutos, otros pueden durar más de un año y otros serán infructuosos), el tipo de dispositivo que se utilizará para la búsqueda, etc.