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La trampa de la Pseudo IA: humanos que se hacen pasar por Inteligencia Artificial

La trampa de la Pseudo IA: humanos que se hacen pasar por Inteligencia Artificial

En 1769 un autómata llamado El Turco, construido por el ingeniero austríaco Wolfgang von Kempelen, asombró al mundo. Se paseaba por las cortes europeas retando al ajedrez a todo el que se atrevía a jugar contra él. Jugó contra Napoleón, contra Benjamin Franklin, contra maestros del ajedrez, y los venció. Es, quizá, el primero y más célebre uso de la Pseudo IA: utilizar humanos para hacerse pasar por una inteligencia artificial.

El Turco se destruyó en 1854 en un incendio en Filadelfia, y su secreto murió con él. Pero uno de sus dueños publicó un libro con todos los secretos del primer autómata que había asombrado al mundo, ganando partidas de ajedrez a reyes, emperadores, y hombres de ciencia.

El Turco estaba manejado por un humano que se escondía en el interior de la mesa de juego. Unos espejos situados en los ojos del autómata le permitía ver el tablero, y gracias a una serie de ingeniosos mecanismos de relojería, podía controlar la mano del autómata para mover las piezas por el tablero. Hasta 15 maestros de ajedrez manejaron a El Turco, siendo el más famoso un enano llamado Tibor Scardanelli, que cabía sin problemas en el interior y además era un extraordinario jugador de ajedrez.

La trampa de la Pseudo IA: humanos que se hacen pasar por Inteligencia Artificial

El Turco es un ejemplo perfecto de Pseudo AI, un concepto que ha vuelto a ponerse de moda en nuestros días.

Vivimos ya en la era de la Inteligencia Artificial, y esto no ha hecho nada más que empezar. Nos la venden como algo natural y sencillo de utilizar, que nos hace la vida más fácil. Pero en la práctica, la Inteligencia Artificial es cara, y no resulta fácil integrarla en el organigrama de una empresa.

Tanto si desarrollas un software de IA desde cero, como si lo compras o lo alquilas a otra compañía, la inversión económica es muy importante. Y luego tienes que adaptar ese software a las aplicaciones particulares de la empresa, e incluso alterar las tareas y el funcionamiento de los puestos de trabajo humanos.

Pero la Inteligencia Artificial está de moda, así que muchas start-ups o compañías tecnológicas sienten la presión por incorporar IA a sus productos, incluso a través de sus propios accionistas.

No es extraño, como denuncia el periódico The Wall Street Journal, que muchas empresas hayan optado por usar la Pseudo IA: contratar a humanos para realizar labores de Inteligencia Artificial. Desde hacerse pasar por bots o asistentes virtuales, a realizar tareas repetitivas propias de una IA. Es mucho más barato. 

Edison Software, una empresa californiana, ha causado polémica al descubrirse que ha estado usando empleados para escanear los emails de sus clientes, y obtener datos con los que generar cartas de respuesta. El principal problema aquí es que al usar personas y no una inteligencia artificial, se está vulnerando la privacidad. Un humano espía y cotillea, una IA no...

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