Un camino de imprevisible recorrido se inició hace unos días cuando Twitter añadió la etiqueta de engañoso a un tuit publicado por Donald Trump. Es cierto que meses atrás la red social ya anunció que no borraría los mensajes de líderes políticos, pero nadie se esperaba que diese un paso similar con la cuenta de Trump, más vista la actividad que tiene en ella y las consecuencias que se pueden vivir.

Trump ha presionado a las redes sociales de forma abierta y se ha quejado en ocasiones de su algoritmo, que según afirma juega en su contra. Visto cómo está siendo su mandato, era previsible que llegase una respuesta por su parte. Se espera que durante el día de hoy firme una orden ejecutiva sobre las redes sociales, aunque todavía se desconoce el contenido que tendrá.

Esa orden ejecutiva versará sobre la Sección 230 de la Communications Decency Act de 1996, según la información que ha conocido CNET. En esta ley se habla de la responsabilidad que tienen los medios y plataformas sobre el contenido publicado por usuarios y lectores.

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Si ya le has dado una oportunidad al nuevo diseño de Twitter y no termina de gustarte, puedes optar por esta sencilla extensión que te permitirá retroceder en el pasado y seguir usando la red social como hacías hasta ahora. 

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El objetivo que se baraja es que la Comisión Federal de Comercio investigue la parcialidad con la que se modera el contenido en las redes sociales, que según Trump está lejos de la neutralidad y actúa contra ideas conservadoras. Este pensamiento ha sido compartido por el presidente en repetidas ocasiones en las que se ha quejado especialmente de Twitter.

La creación de un grupo o comisión que investigue las redes sociales puede ser un movimiento de gran importancia que tenga consecuencias para todos los usuarios al forzar para que se cambien los algoritmos.

Lo que está claro es que Trump no quiere empezar la próxima campaña electoral con la etiqueta de que sus mensajes son "información errónea posiblemente engañosa", más en su principal altavoz, un lugar donde escribe sin que el contenido pase antes por sus asesores y donde aprovecha para atacar a otros políticos, famosos o criticar medidas sanitarias.

En principio, Jack Dorsey, CEO de Twitter, no ha mostrado inquietud de forma pública. Hace tiempo que se presiona desde ámbitos conservadores para forzar su salida, pero no parece que vaya a realizar cambios. Queda por ver si tiene que hacerlo tras un cambio en la ley.