Antes de existir Spotify y mucho antes de que en Youtube estuviera toda la música del mundo, los jóvenes nos buscábamos la vida buscando música en la red. Primero porque no podíamos permitirnos toda la música que se lanzaba, y segundo porque hacerse con ella era una aventura.

De aquella época, hablo de la década de los 2000 (que no somos tan viejos), hubo varios reproductores de música que alcanzaron la gloria entre los adolescentes. Cada uno por diferentes motivos, pero a cada cual más hortera que el anterior.

Pero lo importante es que fuera capaz de leer todos los formatos de música, que se pudiera personalizar su apariencia y que, por supuesto, se pudieran tocar los bajos y los graves (más de un productor de música salió de aquella época).

Y si tenemos que destacar uno entre toda la oferta que nos llegó, en mi caso nombraría a Winamp, el reproductor que me acompañó durante miles de tardes mientras hacía los deberes y navegaba por la red.

La cuestión es que esta no es una noticia nostálgica, ni un obituario al reproductor. Nada de eso, esta noticia es porque Winamp vuelve de entre los muertos (ahora de verdad).

Winamp está cada vez más cerca de su relanzamiento tras más de 10 años desaparecido. La web ha sido rediseñada, el logotipo ha cambiado y ya hay un registro para los usuarios que quieran probar la beta del reproductor multimedia.

Cuando saldrá o si será de pago o gratuito aún no lo sabemos, tampoco si tiene mucho sentido un servicio como aquel en los años que corren, pero la realidad es la que es y Winamp está de vuelta. Qué recuerdos.