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Cómo gestionar los discos dinámicos de Windows

Cómo gestionar los discos dinámicos de Windows
Si tienes varios discos duros conectados a tu PC, puedes optar por mantener esa configuración de discos básicos y repartir los archivos entre los discos, u optar por unirlos en un disco dinámico que los unificará y te los mostrará en el Explorador de archivos de Windows como un solo disco.

¿Disco básico o disco dinámico?

La elección de la configuración de discos ideal depende del número de discos duros que tengas conectados a tu ordenador, las particiones que necesites crear o la seguridad que quieras implementar, así como la versión de Windows que tengas instalado en tu equipo ya que no todas admiten esta configuración.

Físicamente no existe una diferencia entre un disco básico y un disco dinámico. Es decir, que no necesitas un determinado tipo o modelo de disco duro para configurar un sistema de discos básicos o dinámicos.Te sirve cualquier disco duro convenciona, aunque tal vez quieras utilizar los de los fabricantes que ofrecen más garantías de seguridad. La única diferencia entre ambos sistemas es la forma en la que Windows estructura la distribución de los datos en el sistema.

Si al crear la unidad de disco estableces que ésta sea un disco básico, no podrás dividir en disco en más de 4 particiones primarias, mientras que con el disco dinámico podrías crear hasta 128 particiones.

Cómo crear una partición en tu disco duro

Además de esa limitación, los discos básicos no ofrecen tolerancia a fallos. Es decir, que si la unidad de disco sufre un fallo físico, no se podría recuperar –o sería complicado hacerlo— la información que contiene. En cambio, algunas configuraciones de discos dinámicos permiten la creación de “unidades espejo” donde se clona la información para preservarla de fallos.

Según tus necesidades, te convendrá más elegir una configuración de discos básicos o de discos dinámicos.

¡Ante todo precaución!

Gestionar y modificar disco duros llenos de datos es una actividad que podría considerarse como de alto riesgo. Cualquier descuido por tu parte, o un eventual fallo puede suponer la pérdida de esos datos. Por lo tanto, antes de modificar la configuración de los discos duros, asegurate de tener una copia de seguridad de tus datos en una unidad ajena a estas modificaciones. ¡Evitarás muchos disgustos!

Comprueba tus discos duros


Algunos fabricantes de ordenadores, sobre todo en equipos portátiles, ya incluyen una configuración de discos dinámicos, ya que se necesitan crear varias particiones para alojar herramientas de recuperación del sistema, copia de seguridad, partición de arranque, partición de datos, partición para el sistema, etc.

Puedes acceder al Administrador de discos de Windows para comprobar qué sistema de discos tienes configurado en tu equipo.

Haz clic sobre el botón de Inicio y accede al Panel de control. A continuación, haz clic sobre la categoría Sistema y seguridad y, en el apartado Herramientas administrativas, elige Crear y formatear particiones del disco duro.

Esto te llevará directamente hasta el Administrador de discos de Windows. En él podrás ver de forma gráfica el estado de tus discos y su configuración. En el cuadro que encabeza cada uno de los discos, observa que bajo su denominación se indica si es un disco básico o un disco dinámico. También encontrarás esta información en la columna Tipo de la vista Lista de volúmenes.

Crea un disco dinámico en Windows


Si tu configuración es de discos básicos, puedes agrupar los que vayas a utilizar como almacenamiento para así unirlos todos en una sola unidad, dejando el que tiene instalado el sistema operativo como disco básico.

Crear un disco duro dinámico no puede ser más sencillo.

Accede al Administrador de discos de Windows, siguiendo las instrucciones que indicábamos en el apartado anterior.

A continuación, podrás ver todos los discos que tienes conectados a tu equipo. Haz clic, con el botón derecho del ratón, sobre la cabecera del disco que quieras convertir en dinámico (no sobre la representación gráfica del disco) y elige la opción Convertir en disco dinámico. A continuación, confirma que el cuadro que aparece tiene marcado el disco que quieres convertir en dinámico y haz clic en Aceptar. Después, en el siguiente cuadro emergente, haz clic en Convertir y el disco se convertirá en dinámico.

Añadir un nuevo disco duro al disco dinámico


Ahora que ya sabes cómo crear una unidad de disco dinámico, puedes ampliar su capacidad de almacenamiento añadiendo otros discos, o mejorar la seguridad de tus archivos creando “unidades espejo” que duplicarán tus datos para aumentar el nivel de seguridad de tus datos.

Lo puedes hacer desde el mismo Administrador de discos de Windows.

Antes de añadir un nuevo disco duro al disco dinámico ya existente, éste tiene que estar sin formatear. Es decir, en el Administrador de discos de Windows tiene que figurar como No asignado.

Si ya lo has formateado, haz clic, con el botón derecho del ratón, sobre el espacio del disco y elige la opción Eliminar volumen…. Después, haz clic sobre el espacio del disco que has convertido en dinámico en el paso anterior y elige la opción Extender volumen…. Ahora, en el cuadro que aparece, pulsa en Siguiente para iniciar el proceso de unión de ambos discos duros.

A continuación, selecciona el nuevo disco duro sin formatear en el cuadro Disponibles y pulsa sobre Agregar. Este pasará al cuadro Seleccionados. Haz clic en Siguiente y continúa el proceso. Por último, si todo es correcto, pulsa en Finalizar.

Aunque en el Administrador de discos permanecen separados, observa que ahora ambos discos comparten la misma letra de unidad y etiqueta. Además, en el apartado Equipo del  Explorador de archivos de Windows, comprobarás que existe una sola unidad de disco con una capacidad de almacenamiento que suma las de ambos discos duros.

RAID y tipos de discos dinámicos

RAID (del inglés Redundant Array of Independent Disks) es un sistema de almacenamiento de datos en múltiples unidades de disco. Por lo tanto, los discos dinámicos son, en esencia, una forma de RAID creado por software de forma nativa en Windows.

Al igual que sucede en los RAID creados vía hardware, puedes utilizar varios tipos de distribución de datos en función de si necesitas aumentar la capacidad de almacenamiento, el rendimiento de las unidades de disco o la seguridad de los datos.

Los discos dinámicos se diferencian por su tipo de resistencia. Hay cuatro tipos de resistencia, cada una con sus características propias:

  • Simple o Distribuido: En este modo, los datos se distribuyen por toda la extensión del almacenamiento, optimizando así el espacio de almacenamiento. La unión de los discos actuará como una unidad de disco habitual, sumando sus capacidades. No otorga ningún tipo de protección frente a errores de disco. Requiere al menos una unidad para crearse.
  • Reflejado: Se crean dos copias de los datos que contenga esta unidad. Es decir, que si una de las unidades tiene errores tendrás una copia adicional desde la que podrás recuperar tus datos. Sus capacidades no se suman y se toma como referencia la capacidad del disco más pequeño. Requiere dos unidades para crearse.
  • Seccionado: Combina áreas de almacenamiento disponible de distintas unidades de disco para escribir en ellas de forma simultánea. Con ello se consigue un mejor rendimiento en la lectura y escritura de datos, ya que son dos cabezas lectoras distintas (en dos discos diferentes) las que realizan el trabajo. Ambos discos deben tener la misma capacidad de almacenamiento. No tiene tolerancia a fallos
  • RAID-5 o de Paridad: Almacena tus datos con información de paridad. Es más fiable que los métodos anteriores, más eficiente en el uso del espacio pero algo más lento.

Reduce el tamaño un disco dinámico desde Windows


Para reducir el espacio de almacenamiento o separar uno de los discos duros que has unido al disco dinámico desde Windows, debes reducir su contenido tanto como para que éste quepa en el almacenamiento que quede disponible tras retirar uno de los discos duros.

Es decir si, por ejemplo, cuentas con una capacidad total de 300 GB, distribuidos entre dos discos de 150 GB cada uno, y tienes 200 GB ocupados, debes reducir esos 50GB de datos de diferencia, hasta poder retirar uno de los discos.

Limpia y libera espacio en el disco duro

Tras ajustar los datos hasta adaptarlos a la capacidad del disco que se mantendrá como dinámico, accede al Administrador de discos de Windows, tal y como hiciste en los apartados anteriores.

A continuación, haz clic sobre el espacio del disco que quieres separar y elige la opción Reducir volumen…. En el cuadro que aparece, en el apartado Tamaño del espacio que desea reducir, en MB, escribe la cantidad equivalente al disco duro a desmontar, en el caso de este ejemplo, será de aproximadamente 150 GB. En la casilla Tamaño total después de la reducción, en MB puedes ver el almacenamiento que conservará el disco dinámico. Después, pulsa sobre Reducir y se liberará la cantidad de memoria indicada.

No te preocupes si el indicador de espacio del Administrador de discos de Windows te indica que no has liberado toda la memoria de este disco duro, puedes repetir esta operación hasta que el disco quede totalmente liberado.

Cuando esto suceda, haz clic con el botón derecho del ratón, sobre el cuadro de la cabecera del disco que deseas retirar y elige la opción Convertir en disco básico. Con esto, el sistema cambiará la designación del disco y pasará de disco dinámico a disco básico, pudiendo retirarlo del equipo cuando desees.

Convierte discos dinámicos sin perder datos


Como ya has podido comprobar, Windows permite cambiar de disco básico a disco dinámico en apenas unos minutos y de forma muy sencilla.

Sin embargo, el camino para convertir un disco dinámico en disco básico no es tan sencillo.

Esto es debido a la compleja distribución de los datos entre los distintos discos duros que prácticamente obliga a la eliminación de todos los datos que contiene el disco dinámico antes de volver a convertirlos en básicos.

Pero que Windows no sea capaz de conseguir convertirlos sin pérdida de datos, no significa que no se pueda. Con herramientas especializadas en la gestión de discos duros y particiones como AOMEI Dynamic Disk Manager puedes conseguirlo de forma sencilla e intuitiva y sobre todo, sin pérdida de datos.

AOMEI Dynamic Disk Manager, aunque cuenta con una versión de prueba para que veas lo sencillo que resulta gestionar los discos dinámicos, es un programa de pago y para usarlo debes adquirir una licencia. Una vez adquirida esta licencia, puedes acceder a todas las funciones de gestión de discos.

La más interesante de todas ellas es la capacidad de convertir los discos dinámicos en discos básicos sin pérdida de datos en el proceso. Realizar este proceso no puede ser más sencillo.

Inicia AOMEI Dynamic Disk Manager.

La parte principal de su interfaz es muy similar a la del Administrador de discos de Windows, con una representación gráfica de los discos en la parte inferior y sus características en la parte superior. Localiza los discos configurados como discos dinámicos. Haz clic, con el botón derecho del ratón, sobre la cabecera del disco que quieres convertir en básico y elige la opción Convert to Basic Disk.

A continuación, en el cuadro que aparece, haz clic en OK para confirmar que, efectivamente, ese es el disco que quieres convertir. Aparentemente, el disco seleccionado ha cambiado su estado a disco básico, pero en realidad todavía debes aplicar los cambios para que la modificación se produzca. Haz clic sobre el icono Commit y, en el cuadro emergente, pulsa sobre Proceed. Es más que probable que sea necesario reiniciar el ordenador para que los cambios surjan efecto. AOMEI Dynamic Disk Manager se encargará del reinicio y de analizar el estado de los discos tras el reinicio. Cuando vuelva a iniciarse el sistema, el disco aparecerá en el Administrador de discos de Windows como disco básico.

Cambia el tamaño de los discos dinámicos


Con AOMEI Dynamic Disk Manager también puedes gestionar tus discos dinámicos, ampliar o reducir su capacidad o sustituir los discos duros que forman parte del conjunto.

Para ello, basta con hacer clic, con el botón derecho del ratón, sobre el espacio de almacenamiento del disco a modificar y elegir alguna de las opciones que permiten modificar su tamaño, borrarlo, mover el contenido de un disco dinámico a otro para sustituirlo o cambiar el nombre y letra de la unidad.

Tras elegir la opción apropiada y realizar las modificaciones propias de cada operación, se muestra una simulación de cómo quedará la configuración de discos. Para aplicar esos cambios, haz clic sobre Commit y, en el cuadro emergente, pulsa sobre Proceed.

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Etiquetas: Discos duros