“Los menores saben usar los dispositivos mejor que los padres”, “nacen con un móvil bajo el brazo” o “parece mentira lo rápido que ha aprendido a usar el iPad con lo pequeño que es”.

Estas son algunas de las frases más habituales que se escuchan en torno a un niño que comienza a incorporar la tecnología a sus vidas. La percepción general es que el menor es capaz de aprender rápidamente el funcionamiento de un dispositivo. Y en gran parte es así.

Los menores tienen una enorme predisposición a aprender y si lo hacen de la mano de un dispositivo diseñado para tener un uso muy intuitivo, no es extraño que aprendan rápido. Pero saber cómo funciona, no significa que sepan cómo usarlo. Son conceptos distintos que en ocasiones se confunden.

Es en ese punto donde debe añadirse un apoyo por parte de los padres en materia de seguridad para que el menor comprenda que en el mundo digital, como en el real, es necesario mantenerse alerta para evitar riesgos y situaciones que pueden tener consecuencias en el mundo físico.

Es muy probable que tus hijos vayan a recibir su propia tableta o dispositivo conectado en las próximas navidades, y es algo positivo que aprendan a desarrollar habilidades en su uso, pero debe hacerse de forma segura y con la supervisión adecuada ya que es una puerta abierta al mundo, con todo lo bueno que eso supone, pero también con todo lo malo.

Hablar de la seguridad, el primer paso para aprender a usar un dispositivo

El hecho de poner un smartphone o tableta en manos de un menor, debe ir acompañado de un mínimo de información sobre seguridad para que el menor entienda que ese dispositivo sirve para jugar y aprender, pero también entraña unos ciertos riesgos y, por lo tanto, debe ir supeditado a unas ciertas limitaciones y pautas de uso.

El acompañamiento y la supervisión debe ser una constante en la relación entre los niños y la tecnología a lo largo de los años, proveyéndoles de las herramientas y madurez necesarias para que sean ellos mismos quienes sean plenamente conscientes de la necesidad de mantenerse protegidos y alerta a las amenazas. La información es el único camino para alcanzar esa madurez en seguridad.

A menudo los menores no establecen la relación entre lo que sucede en su dispositivo, el mundo digital, y lo que sucede fuera de él, el mundo físico, por eso es necesario indicarle que ambos mundos componen el mundo real y que lo que sucede en uno, puede tener consecuencias en el otro. Si habla con alguien online, algún día ese alguien puede aparecer en su mundo físico, y tal vez no sea como decía ser.

Una de las formas más sencillas para educar en seguridad, es poner ejemplos sencillos de comportamientos en el mundo físico que puedan aplicarse en el mundo digital. Por ejemplo, si es necesario cerrar la puerta de casa al salir para que no te roben los juguetes, por qué no hacerlo también con las sesiones en apps o con la protección de acceso del propio dispositivo.

Cinco consejos de ESET para proteger a tus hijos en Internet

El dialogo en materia de seguridad debe ser activo y los menores no deben ver a los padres como una amenaza o como alguien con menos conocimientos en materia de seguridad, sino como un apoyo que puede usar su experiencia para ayudarle ante una situación “extraña” en el mundo digital.

Establecer límites de uso con el control parental

En ese contexto de diálogo constante y fluido sobre seguridad entre padres e hijos, se debe dejar espacio para el uso de herramientas de control parental.

Un sistema de control parental no es otra cosa que un programa o aplicación que se instala en el dispositivo, que permite monitorizar y controlar el uso que se hace de él pudiendo limitar el acceso a determinadas funciones.

ESET Parental Control es una aplicación que ya viene integrada en las soluciones de seguridad de ESET y en forma de app para instalar en tabletas y smartphones Android.

Esta herramienta de protección infantil permite a los padres mantener el control de lo que sucede en el dispositivo, dándoles un mayor control del uso que se hace de él para que el mundo digital no cobre un mayor protagonismo que el mundo físico.

Uno de los conceptos más importantes que deben establecerse de mutuo acuerdo entre los menores y los padres es que las herramientas de control parental no son una forma de castigo, sino un método de protección para su propia seguridad, como cogerlo de la mano al cruzar la calle o abrocharle el cinturón de seguridad al subirse al coche.

Control parental, la fórmula más segura para la vuelta al cole

Hacer ver al usuario que el bloqueo para instalar aplicaciones es para evitar que instale apps maliciosas que, a pesar de venir disfrazadas de juegos, pueden estropear su dispositivo y que el control parental no es en absoluto una forma de castigo sino un aliado en su seguridad.

Solo de ese modo, con información, diálogo y consenso, el usuario no se convertirá en una amenaza para sí mismo que hará todo lo que esté en su mano para saltarse esa prohibición.

Controla el tipo de contenidos que ven tus hijos

Puedes dar por seguro que tu hijo terminará por ver contenido en YouTube o navegando por Internet buscando información sobre todo lo que le interesa: un juego, su serie de dibujos animados favorita o música de su cantante preferido.

Por ello resulta imprescindible que la información y el contenido al que tienen acceso sea adecuado para su edad. Las herramientas de control parental simplifican esa tarea de filtrado de contenido para que en la pantalla de ese dispositivo solo se muestre contenido adecuado para la edad del usuario.

Con solo configurar las temáticas que están permitidas y la franja de edad del usuario, la aplicación de control parental instalada en el dispositivo se encargará de bloquear el acceso a ese contenido inadecuado, dejando libertad de uso para el resto de contenido que sí es adecuado para menores.

Así te protege ESET Internet Security 2018

El sistema de control parental para Android desarrollado por ESET obtuvo el Premio 2017 de Control Parental por parte de AV-Comparatives, la organización de análisis y comparativas de herramientas de seguridad más prestigiosa del mundo, certificando la eficiencia de ESET Parental Control como herramienta de control de contenido para tus hijos.

Mantén limpio el dispositivo

No, no solo se trata de limpiarse las manos para usar el dispositivo después de haberse comido un pastelito. Hablamos de limpiar el dispositivo de aquellas apps que ya no utilices, pero que tienden a quedarse instaladas en el dispositivo.

Este es un problema que afecta tanto a adultos como a niños sin distinción, pero que supone un riesgo potencial para la seguridad.

Las actualizaciones de las apps sirven para mucho más que para cambiar su diseño o para añadir nuevas funciones, también sirven para reforzar su seguridad y reparar pequeños fallos antes de que puedan convertirse en un coladero para el malware.

Cuando una app deja de recibir actualizaciones, su seguridad se ve comprometida y su seguridad se vuelve vulnerable. Por ello, es importante usar apps que mantengan activas esas actualizaciones periódicas, encontrando otra alternativa para dejar de usar las que ya no las reciban y desinstalarlas del dispositivo.

Manteniendo limpio el dispositivo no solo se hace un uso eficiente del espacio de almacenamiento disponible, también se elimina la amenaza de una puerta trasera que permitiría ataques a la seguridad del dispositivo incluso aunque nunca uses la app.

Privacidad, estas son las claves para blindar tu ordenador

Es importante que sea el propio menor quien se implique en la responsabilidad de mantener limpio su espacio en el mundo digital, pero también puedes supervisarlo mediante el control de aplicaciones de la herramienta de control parental.

Dispositivo siempre protegido

Incluso cuando el dispositivo esté siendo usado de forma exclusiva por un menor, conviene introducir conceptos como la privacidad de la información para que el menor se familiarice con el uso de sistemas de protección de acceso a sus cuentas, servicios y dispositivos.

Los patrones de desbloqueo son un recurso muy gráfico y tus hijos no tendrán ningún problema para usarlo, creando con ello un hábito de protección para su información privada.

Además de eso, y a pesar de que el dispositivo puede estar siendo usado por un menor que no cuenta con acceso a cuentas bancarias o tanta información confidencial como un adulto, también está haciendo uso de unas determinadas credenciales para identificarse en servicios como YouTube. Sin la debida protección, estas credenciales podrían verse comprometidas si el dispositivo se pierde y no cuenta con la protección de acceso adecuada.

Usa el sentido común en el mundo digital

Te hemos dado algunas claves para que tus hijos disfruten de una experiencia de uso segura de sus dispositivos conectados. Es necesario acompañarles en este proceso de aprendizaje y descubrimiento de la tecnología que van a tener que usar durante el resto de su vida. Cuanto antes adquieran esos “hábitos saludables” en lo que a su propia seguridad se refiere, mejor capacitados estarán para usar la tecnología en el futuro.

Una de las claves más importantes es el dialogo y explicarles que las razones por las que se controla y limita el uso de sus dispositivos no es a modo de castigo porque ellos hagan algo mal o solo por fastidiar, sino que es algo necesario para protegerlos de ciertos riesgos a los que todos los usuarios nos enfrentamos al conectarnos a Internet.