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Asteroides, la desconocida amenaza que llega desde el espacio

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Un enorme asteroide visible a simple vista llegará a la Tierra en 2029

Si la extinción de los dinosaurios fue el resultado del impacto de un gran asteroide contra la Tierra, ¿podría volver a ocurrir? ¿Seremos capaces los seres humanos de detener la catástrofe?

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En los últimos meses varias cámaras de seguridad en países como Japón o Australia captaban increíbles estelas de luz en el cielo nocturno. Eran varios meteoros atravesando la atmósfera y abrasándose hasta casi desaparecer. Este fenómeno es bastante común y no suele implicar grandes daños materiales o físicos. 

Sin embargo, la imagen de estas rocas espaciales chocando contra nuestro planeta suele despertar el miedo a morir por el impacto de un enorme asteroide. El cine nos ha mostrado esta posibilidad en innumerables películas como la aniquilación de ciudades y miles de personas o el fin del mundo. 

Que los dinosaurios murieran por el impacto de un asteroide hace 66 millones de años, es un motivo más para que muchas personas entren en pánico cuando oyen hablar del tema. Aún así, el miedo a que este suceso tenga lugar y acabe con la Tierra es muy similar al miedo a volar en avión, las probabilidades son ínfimas.

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BBC Radio 5 ha entrevistado a algunas de las científicas de la NASA que trabajan en proyectos relevantes dentro de la agencia espacial. Una pregunta consistía en valorar positiva o negativamente cinco películas o sagas de ciencia-ficción desde el punto de vista de un científico de la NASA.

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Es complicado encontrar noticias sobre algún asteroide o meteorito que haya causado daños más haya de lo anecdótico. La NASA asegura que un meteorito abrió un agujero en la parte trasera de un automóvil en 1992 y que un dormitorio de Alabama también sufrió daños por la caída de escombros espaciales en este siglo. Pero, no hay muchos datos sobre muertes o daños mayores provocados por estas rocas espaciales.

Antes de plantearnos hasta qué punto estamos en riesgo por un posible impacto de un objeto espacial como estos, vamos a detenernos un momento en comprender qué son los asteroides y cómo llegan hasta la superficie de nuestro planeta.

Qué son los asteroides

Un asteroide es un pequeño objeto rocoso que orbita alrededor del Sol. Estos objetos son más pequeños que los planetas, pero mucho más grandes que las pequeñas rocas que han llegado a la superficie terrestre y que llamamos meteoroides y meteoritos. La mayoría de los asteroides que hay dentro de nuestro Sistema Solar se encuentran en un gran cinturón de asteroides entre las órbitas de Júpiter y Marte, aunque algunos se han ido acercando al Sol y a la órbita de la Tierra.

Cinturón Asteroides

NASA

Son los escombros del Sistema Solar, hace 4.500 millones de años, las rocas y el polvo se agruparon en  lo que se conoce como protoplanetas. En su interior se depositaron los elementos más pesados como el hierro, níquel e iridio que se hundieron en el núcleo de estos planetas fundidos, mientras los metales más ligeros permanecieron en la superficie. Algunos de estos protoplanetas crecieron hasta convertirse en los planetas que hoy conocemos, pero otros chocaron entre sí destruyéndose en pequeños pedazos que quedaron orbitando alrededor del Sol y entre los planetas.

En su camino alrededor del Sol, a veces estos asteroides chocan entre sí y de esa colisión se desprenden algunas pequeñas piezas de roca. A estos trozos se les denomina meteoroide, los cuales  también pueden tener su origen en los cometas. Si un meteoroide llega a la Tierra, la atmósfera que nos protege lo desintegra creando un haz de luz en el cielo, muy similar a las maravillosas estrellas fugaces que tanto nos gusta ver por las noches. 

Dependiendo de su tamaño, los meteoroides no siempre se evaporan al atravesar nuestra atmósfera y algunos fragmentos consiguen sobrevivir y alcanzar la superficie del planeta. Esas pequeñas rocas se denominan meteoritos. El Centro Espacial Johnson de la NASA tiene una amplia colección de meteoritos que se han ido recogiendo de diversos lugares de la Tierra. Gracias al estudio de esas rocas podemos saber más sobre el origen del Sistema Solar, ya que los asteroides se formaron en ese periodo inicial, hace 4,6 millones de años. 

Cualquier roca espacial con un diámetro de aproximadamente 10 metros se destruye en la atmósfera de la Tierra provocando explosiones térmicas. Los ingenieros de las diferentes agencias espaciales destruyen parte de la basura espacial, los escombros de sus naves. Por lo que no debemos preocuparnos en exceso por ellas. Son las rocas de mayor tamaño las que pueden acarrear más problemas.

Qué pasaría si llegara alguno de gran tamaño

No podemos asegurar con certeza las consecuencias del impacto de un asteroide contra la Tierra. El resultado depende de muchos factores como la composición del objeto, su masa o el ángulo con el que entre en la Tierra. El 15 de febrero de 2013 un asteroide de 17 metros de diámetro atravesó la atmósfera provocando una explosión 35 veces más potente que la bomba atómica de Hiroshima. Se convirtió en una enorme bola de fuego, pero por suerte, su composición no era muy densa (pueden estar formados por el exterior ligero de los protoplanetas o por los metales pesados del interior) y se desintegró casi por completo en el aire. 

Aún así, la explosión se acabó notando en las ciudades cercanas donde se registraron daños materiales en más de 7.000 edificios y miles de personas sufrieron daños, principalmente por la rotura de cristales. El incidente se conoce como el asteroide de Chelyabinsk, población de Rusia afectada por la explosión. Es lo que se conoce comúnmente como un "city killer", asteroides que pueden alcanzar los 50 metros de diámetro y que, según las condiciones del impacto o de la explosión resultante, pueden ser muy destructivos.

En el caso de la roca que firmó la sentencia de muerte de los dinosaurios, las repercusiones y el caos que provocó en todo el planeta fue, como ya sabemos, aún mayor. Se ha calculado que su tamaño fue de unos 10 kilómetros de diámetro. Su impacto levantó una cantidad de polvo tan grande como para cubrir la atmósfera durante dos años, impidiendo que el Sol llegara a la superficie y, por lo tanto, provocando un cambio climático que les puso las cosas muy difíciles a los dinosaurios. 

A la falta de luz constante y la consecuente falta de fotosíntesis y alimentos para plantas y demás animales, se juntaron fenómenos como incendios forestales, erupciones volcánicas que incrementaron las partículas que impedían la entrada de luz y el resultante enfriamiento drástico del planeta. Un cataclismo único en la historia.

Simulador impacto asteroides

Páginas como down2earth.eu, del proyecto del telescopio de Faulkes, ofrecen simuladores con los que podemos jugar a ser dioses y impactar el asteroide del tamaño y composición que queramos en la zona del planeta que más rabia nos dé. Nosotros hemos elegido Londres y sus cercanías, pero con todo nuestro cariño. Así es más fácil hacerse una idea de las consecuencias que pueden ocasionar. 

Simulador impacto asteroides

Qué probabilidad hay de que ocurra

Según la NASA, la probabilidad de que un asteroide del tamaño suficiente para destruir una ciudad golpee la Tierra es del 0,1% cada año. Si alguno choca contra la Tierra, hay un 70% de probabilidad de que aterrice en el océano y un 25% de probabilidad de que lo haga en un área relativamente despoblada. Esto es es el caso del impacto de Tunguska en Rusia hace poco más de cien años.

La probabilidad de que un asteroide de más de 5 km de ancho, como el que inicio la extinción de los dinosaurios, golpee una vez más la Tierra es de 0.000001%. Steve Hawking consideró en su último libro que el impacto de un meteorito sería la mayor amenaza para la vida en la Tierra, lo cual no quiere decir que sea la más probable.

En este video de Domain of Science, podemos apreciar muy bien una comparativa entre sucesos tan destructivos como el impacto de un asteroide, pero muy poco probables y otros acontecimientos como las pandemias o el cambio climático que pueden llegar a ser, de forma gradual, igual de destructivos y sí son más probables. Deberíamos estar más preocupados por los efectos del cambio climático que por el choque de un meteorito contra nuestra ciudad.

Cómo nos estamos preparando

La mayoría de los asteroides tienen una órbita estable, pero continúan chocando con otros y rompiéndose o desviando su trayectoria. También hay que tener en cuenta la gravedad de los planetas, menor que la del Sol, pero capaz de influir a la hora de desviar a algunos de esos asteroides.

Durante todos estos millones de años, no ha vuelto ningún asteroide tan destructivo como aquel que acabó con la era de los dinosaurios. El peligro de estas rocas radica en que son muy numerosos y detectarlos y tener todos controlados para saber cuándo y dónde van a impactar es muy complicado. Desde 1988, más de 1.200 asteroides de más de un metro han chocado con la Tierra y solo cinco fueron detectados antes de su entrada en la atmósfera.

Asteroide

Getty Images

Encontrar asteroides en el espacio y determinar la amenaza que supone cada uno para los seres humanos y demás especies de nuestro planeta es muy difícil. Gracias a los telescopios podemos descubrir esos puntos que se mueven alrededor del Sol, mientras que las estrellas y otros objetos del espacio no tienen un movimiento tan rápido. 

Los asteroides son ásperos y oscuros, solo reflejan alrededor del 15% de la luz que les llega. Para verlos, el mejor momento que tenemos es cuando los ilumina el Sol, de ahí que el 85% de los asteroides que hemos sido capaces de detectar desde la Tierra estaban a 45 grados en el cielo, en el lado opuesto al Sol, lo que se conoce como efecto de oposición. Aquellos que se aproximan a nuestro planeta por otro lado pueden pasar muy desapercibidos hasta que atraviesan la atmósfera provocando una explosión. 

Hasta ahora se han detectado millones de asteroides gracias a los telescopios, pero incluso si pudiéramos detectar todos, determinar su trayectoria con precisión es una tarea compleja. La influencia de todos las astros del Sistema Solar hace que su recorrido vaya cambiando y no sea tan constante como el de los planetas.

Además de mejorar los sistemas de detección de los telescopios, las diferentes agencias espaciales trabajan en proyectos para impedir ese impacto. Misiones como AIDA proponen desviar ese asteroide que se aproxima a la tierra antes de que entre en la atmósfera. Lejos de recrear la película Armageddon, la NASA y la ESA pretenden impactar contra la roca espacial la nave DART y con el golpe desviar su trayectoria para que pase de largo. 

También la agencia espacial china ha planteado un proyecto para desviar asteroides peligrosos. En este caso, sus ingenieros proponen el Impacto Cinético Mejorado que consiste en recolectar rocas espaciales, antes de impactar contra el asteroide y así aumentar la fuerza del golpe y conseguir una desviación mayor.

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