Lo que Chernobyl ha unido, que no lo separe Juego de Tronos
Jakub Motyka
HBO no las tenía todas consigo tras el final de Juego de Tronos. Pese a que ha sido uno de los fenómenos televisivos de la década, la realidad es que vivimos en un mundo en que la suscripción a las plataformas de vídeo en streaming está liderada por Netflix: a día de hoy, alrededor de 150 millones de personas (y subiendo) tienen una cuenta de pago en el servicio de Reed Hastings, lo que desde hace un tiempo supera ya los últimos datos que hay al respecto de HBO, cuya base de usuarios está cifrada en alrededor de 130 millones de suscriptores.
La suscripción más barata de Netflix parte ahora mismo de los 7,99 euros al mes, lo que se sitúa a la par del plan más accesible de HBO (además, tanto la una como la otra están disponibles a través de operadoras: ya sea mediante Movistar, en el caso de Netflix, como mediante Vodafone, en el caso de HBO). Pero en un país en que Netflix manda, convencer a los usuarios para que paguen dos suscripciones mensuales es algo que solamente un fenómeno de la talla de Juego de Tronos parecía ser capaz de lograr (al menos durante un tiempo). Tras el final de la serie, cuando el desastre parecía ya inevitable, resulta que en realidad HBO tenía un as bajo la manga: Chernobyl.
El final de Juego de Tronos dejaba a HBO expuesta a la posibilidad de que buena parte de sus usuarios de pago, suscritos en muchos casos únicamente para seguir la serie basada en la novela de George R. R. Martin, decidieran no renovar su suscripción una vez finalizada la última temporada de la serie. Ironías de la vida, ha sido precisamente un desastre –en este caso, nuclear– el que ha evitado que HBO caiga en el olvido dentro del competido, saturado y efímero mercado de las series en streaming.
Chernobyl se ha convertido en una de las series de televisión mejor valoradas de la historia, según datos del portal Rotten Tomatoes. En realidad es una mini-serie, ya que se trata de una emisión de una única temporada que consta de un total de cinco episodios. Y está confirmado que no tendrá segunda temporada. Pese a todo, y a falta de conocer datos concretos de suscripciones actuales en España, ha conseguido generar el suficiente ruido como para que muchos hayan conseguido reemplazar el vacío que dejó Game of Thrones.
Hablar del éxito de Chernobyl requiere hacer un acto de fe, ya que sin datos concretos sobre la mesa –datos que resulta imposible conseguir salvo que HBO dé cifras exactas de suscripciones en los últimos meses, cosa a la que la compañía se ha negado al ser contactados durante la elaboración de este reportaje– todo lo que podemos hacer es basarnos en lo que la serie ha generado a su alrededor: además de su buena acogida entre la crítica, la serie ha sido capaz de poner nerviosa a Rusia, reavivar el turismo en Chernobyl y, sobre todo, sacar a relucir de nuevo sobre la mesa la historia de un desastre que precipitó la caída de la URSS.
Ante todo, una historia cuidada y bien contada
Dejando a un lado el aspecto más personal –aquel por el cual cada uno es libre de valorar mejor o peor la serie en función de su gusto–, si en algo están de acuerdo todos los expertos es que Chernobyl ha cuidado mucho el rigor de los acontecimientos que en ella se cuentan. Profesionales del mundo de la energía nuclear coinciden en que los creadores de la serie se han documentado en profundidad para recrear todos los acontecimientos, y diferentes análisis de la serie han corroborado que lo que se muestra en ella pasa el filtro del "fact-checking".
Diga lo que diga el Kremlin, la serie Chernobyl de HBO pone sobre la mesa la realidad de un desastre que afectó directamente a miles de personas (se estima que la radiación causó alrededor de 4.000 muertes), e indirectamente a todo el mundo: a partir de ese día, la visión de la energía nuclear por parte de las grandes potencias mundiales cambió para siempre. Pero, sobre todo, la salida a la luz de las verdades del accidente aceleró la inevitable disolución de la URSS: Chernóbil es, por todos esos motivos, uno de los acontecimientos históricos más importantes de las últimas décadas.
A lo largo de los cinco capítulos de su única temporada, la serie aborda no tanto los motivos técnicos que llevaron al accidente de Chernóbil –que también lo hace, pero no es el eje principal de cada episodio–, sino que sobre todo cuenta la actitud que tuvieron al respecto todas las personas implicadas. Tal y como afirmaba El País en un reciente reportaje, lo realmente peligroso de este accidente fueron las mentiras radiactivas que, de no ser por unos pocos, quizás nunca hubieran salido a la luz.
Pero que esté bien documentada no quiere decir que todo lo que se cuenta en ella ocurriera al pie de la letra del guión. El creador de la serie, Craig Mazin, tuvo que inventarse para el guión un personaje femenino –Ulana Khomyuk– que, en la realidad, representa a todos los científicos nucleares que participaron en la investigación de las verdaderas causas del desastre.
A HBO se le da bien esto de las mini-series
Chernobyl es una mini-serie, y en eso HBO se mueve como pez en el agua. Si sumamos todas las valoraciones que han obtenido sus mini-series en Rotten Tomatoes, Metacritic e IMDb, en realidad Chernobyl no es la serie de televisión mejor valorada de la historia: lo es The Corner, una serie de HBO del año 2000 que nadie recordará pero que nació bajo el seno de David Simon, el que más tarde daría vida a la mítica The Wire.
El ránking de las series de televisión mejor valoradas de la historia está protagonizado en gran medida por las mini-series de HBO: Hermanos de sangre, The Night Of, Olive Kitteridge... una lista que, pese a estar basada en un número reducido de valoraciones, dice mucho acerca de lo bien que se le da a HBO eso de llegar, pegar y seguir adelante.
El trabajo de marketing ha dado sus frutos
HBO se jugaba mucho con el estreno de esta serie, y es evidente que habrá puesto toda la carne en el asador para asegurarse de que su estreno llegaba al mayor público posible. Para dar visibilidad a la serie, la compañía ha tomado decisiones tan curiosas como la emisión de un podcast simultáneo en el que el propio Craig Mazin, creador de esta producción, ha ido comentando semana tras semana los entresijos de cada uno de los capítulos.
El estreno realmente bien planteado en cuanto a tiempos tras el final de Juego de Tronos, sumado a la sed de series nuevas que tenían los espectadores de HBO, ha conseguido que el trabajo de marketing que la compañía haya realizado sobre la serie haya empujado hacia arriba su popularidad.
Si nos vamos a las cifras de espectadores en la tele de pago de Estados Unidos, veremos que la emisión de esta serie ha acumulado una audiencia de algo más de seis millones de personas, no tan lejos de los 8,1 millones que consiguió este año 2019 la serie True Detective. Pese a que en este reportaje nos centramos sobre todo en el streaming online, no hay que olvidar que, a diferencia de Netflix, HBO es un gigante asentado en la industria de la televisión de pago en Estados Unidos.
Chernobyl ni de lejos ha llegado a ser un fenómeno como Juego de Tronos, pero a la vista está que toma la batuta del gigante de gigantes y ha puesto a la compañía en el buen camino. Ahora, de ellos depende que eso siga siendo hasta la próxima renovación del pago de los 7,99 euros que recibirán muchos usuarios en las siguientes semanas.
Lo que HBO ya está ofreciendo para retener a sus usuarios
Pero HBO no se acaba tras Chernobyl, al igual que no lo ha hecho después de Juego de Tronos. Hay más por venir, empezando por los estrenos de las nuevas temporadas de algunas de las series más exitosas de la plataforma.
La serie ya ha terminado, pero de forma simultánea se acaba de empezar la tercera temporada de El cuento de la criada, así como también la segunda temporada de Big Little Lies. De momento, los usuarios de pago de HBO ya tienen material para seguir entretenidos durante algunas semanas más.
En el horizonte tenemos también estrenos por llegar de la talla de la serie de Watchmen, la sexta temporada de Silicon Valley o la tercera de Westworld. Y si nos centramos en el público español, seguro que a nadie le pasará despercibida la llegada de El Pionero.
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