Opinión de The Last of Us Parte 1 en PS5, la confusión que genera la nostalgia

Acaban de salir los análisis del Remake de The Last of Us, llamado “Parte 1” para ir a juego con la segunda parte lanzada hace un par de años, y ya puedes leer el análisis de TLOU Parte I Remake para PS5 de mi compañero David Martínez en HobbyConsolas.

Desde que se anunció el título se ha leído mucho por redes esa corriente de opinión que tacha el juego de “innecesario”, de “caro” para ser un remake y también esa idea de que no se nota en absoluto cuál es el remake y cuál la versión remasterizada lanzada en su día para PS4 (que funciona perfectamente en PS5).

También se han dicho otras cosas, pero creo que de entre “innecesario”, “caro” y “que no se nota”, lo único cierto es lo segundo, ya que son 80 euros para un juego cuyo original no tiene ni 10 años. Lo de “innecesario” es subjetivo y lo de que no se nota es, directamente, falso.

Empecé The Last of Us Parte 1 hace unos días y lo primero que exclamé en la intro fue un “se ve igual que el original”. Sin embargo, al llegar a cierto momento en el que una granja está en llamas, empecé a ver cositas que no recordaba así en el original y dije “para el carro, pon el Remastered”.

Lo hice y, desde el primer segundo, noté que, efectivamente, el cambio gráfico y artístico se nota. En algunos puntos es sutil, pero en otro es un enorme paso adelante ya que hay elementos nuevos y, además, assets de la segunda parte de la saga.

En ese momento recordé lo que me pasó hace muchos años con Prince of Persia Las Arenas del Tiempo. En su día, jugué a la versión de PS2 y los gráficos eran preciosos, sí, pero me parecía igual que el lanzado en 1989. Lo jugué con unos 7 años y, en mi cabeza, el del 89 tenía los mismos gráficos que el del 2003. 

Como puedes ver en estas imágenes, ni de casualidad se parecen:

Hace menos tiempo, para el análisis de una de las versiones HD de Age of Empires, volví a exclamar lo mismo, que el original ya se veía así y, aunque en ese caso las diferencias son menores, la versión remasterizada se come a la original, algo totalmente lógico, por otra parte.

Con The Last of Us Parte 1 me ha pasado lo mismo y no hace falta poner uno al lado de otro para ver las diferencias, pero sí es cierto que si juegas al nuevo y vuelves al original, encuentras esas cositas nuevas de la versión actual mucho más gratificantes.

La nostalgia, muchísimas veces, nos hace idealizar el pasado, no solo nuestro estado de ánimo o disposición, sino también distorsionando la idea, el recuerdo, de lo que vimos en el pasado.

Entre estas líneas te he dejado dos vídeos en los que comparo mano a mano las intros tanto de Left Behind como del juego original y es evidente que hay un cambio visual al utilizar mejores modelados de personajes, pero el lavado de cara no se reduce a eso.

Tenemos nueva geometría en los escenarios, una vegetación más prolífica, nuevos elementos en pantalla, objetos animados que no lo estaban en el original (telas, elementos de las mochilas de los protagonistas, etc) y, sobre todo, un cambio abismal en texturas de mundo y personajes… y la iluminación.

En las escenas más oscuras en las que no hay una fuente potente de luz, es cierto que el impacto es menor. Ahí el original y el remake estarían más mano a mano (aunque el remake sigue siendo superior por el resto de elementos mejorados), pero cuando entra en juego la luz, el cambio visual es imponente.

El estudio ha aplicado un filtro tipo ‘Pro Mist’ para estas fuentes de luz, difuminándolas y haciendo que la luz volumétrica que se consigue con las partículas que están por el ambiente genere una imagen más rica. 

También se han mejorado algunos interiores con esta iluminación al “abrir” ventanas que antes estaban tapiadas para que la luz natural bañe la escena y, sobre todo, se han mejorado los efectos tanto del fuego como de explosiones y las zonas en las que hay esporas en el ambiente.

La linterna también ofrece una iluminación más natural, generando unas sombras menos duras (hablando de sombras, en el original eran dinámicas para lo que hacíamos nosotros y para ciertos puntos concretos, aquí eso ha mejorado) y, en definitiva, la mejora de la luz es un gran avance.

Algo que también me ha gustado es que la paleta de colores es más natural algo que, junto al modelado de ciertas partes de los personajes (el pelo ha mejorado una barbaridad en todos ellos), consigue eliminar ese efecto ‘cartoon’ que tenía el original en algunos puntos.

Es algo que con el lanzamiento en PS3 no se notaba, pero sí con el remaster de PS4. Los tonos de piel se han mejorado y el balance de blancos es mejor dependiendo de la situación (interiores, sótanos, exteriores…) y también hay ligeros cambios en animaciones y expresividad de personajes.

Al final del día, te puede parecer que es sutil para llamarlo Remake y cobrar 80 euros, pero lo único que puedo decirte es que han puesto al día un juego de PS3 que, ahora, es digno de PS5 y, además, hay algunas cositas nuevas aquí y allá que detalla mi compañero David Martínez en su análisis de HobbyConsolas.

Y bueno, aunque se me caiga la baba con el lavado de cara a nivel visual y sonoro (jugarlo con auriculares buenos es un placer), entiendo las críticas al precio, sobre todo por el recorte del maravilloso modo multijugador que tenía el original y el remaster… y que se pierde en este salto a la actual generación.