PS5 en 2021, análisis y opinión del primer año de la nueva generación de Sony
Repasamos el primer año de vida de PlayStation 5, la consola de nueva generación de Sony que llevamos usando desde el día de lanzamiento el 19 de noviembre de 2020 y que tantas alegrías como jugadores nos está dando. Vamos a ver su evolución, lo que tiene que pulir y cómo se plantea el futuro.
Hace justo un año, miles de PS5 estaban volando hacia las casas de los compradores que hubieran reservado alguna. En algunos mercados la consola se lanzó el 12 de noviembre, pero en otros, España incluido, llegó el 19 de noviembre.
Como os contamos en el análisis del primer año de Xbox Series X que publicamos la semana pasada, fue complicado hacerse con una consola de lanzamiento si no la tenías reservada y, de hecho, la situación no ha cambiado mucho.
Nosotros tenemos la suerte de contar con nuestra unidad y a continuación vamos con un análisis de PS5 en 2021 en el que vamos a ver cómo ha evolucionado la consola, si cambia nuestra opinión inicial tras todo un año jugando con ella y también veremos qué nos depara el futuro como jugadores de PlayStation.
Apartados del análisis de PS5 en 2021:
- Diseño: enorme, distinta y con una unidad de discos algo ruidosa
- Mando: el DualSense me sigue pareciendo mágico
- Evolución del sistema y almacenamiento: una experiencia de nueva generación que podemos ampliar fácilmente
- Juegos: buen ritmo de lanzamientos con algunos de los mejores juegos del año
- Conclusión: no es fácil de encontrar, pero te va a dar muchas alegrías
Enorme, distinta y con una unidad de discos algo ruidosa
Parece mentira que ya haya pasado un año, pero lo cierto es que así es y mi PS5 está en estos momentos en el mismo punto en el que la coloqué de cara al análisis: tras uno de los laterales del televisor.
No es la consola más fácil de colocar debido tanto a su diseño como a su tamaño y bueno, la tengo en vertical porque, como os comenté en el análisis, el sistema de peana que tiene no me da ninguna confianza.
Pero bueno, ahí está y lo cierto es que me he ido acostumbrando a su silueta y me gusta. Me parece de mucha utilidad el sistema de LED que avisa del estado de la máquina y me gusta la manera en la que, con una casa en la que hay varios animales tirando pelo, el sistema de disipación sigue haciendo poquito ruido, como el primer día.
A veces sopla más de la cuenta con algún juego, pero es un momento muy puntual. Lo que no me gusta tanto es que la unidad de discos sigue haciendo bastante ruido en algunos momentos cuando inserto una película o cuando se realiza la carga inicial del juego.
De hecho, tengo ese problema en el que a mitad de la partida la máquina realiza una comprobación del disco, o algo así, y se pone a sonar a lo loco.
Que sí, que no molesta, pero tengo que comentarlo. Lo que no tengo es coil whine de la fuente de alimentación, ese pitidito que emiten algunos dispositivos y que otros usuarios sí han sufrido.
De hecho, nuestros compañeros de HobbyConsolas os lo cuentan a la perfección.
Como digo, me gusta el diseño aunque, de nuevo, admito que no es fácil que cuadre en algunos muebles, pero lo que no me gusta nada es el frontal.
Sí, queda muy chulo cuando lo ves por primera vez con ese acabado brillante, pero se marca con mirarlo y con los puertos delanteros es fácil producir rayones cada dos por tres. Habría preferido una textura mate, la verdad.
Y en este año no he tenido problema alguno de disipación o temperatura, y creo que es algo que interesa mencionar porque no deja de ser un tiempo bastante más dilatado de juego que el que tuvimos los medios antes del análisis de 2020. De momento, y toco madera, el enorme sistema de disipación funciona de maravilla.
El DualSense me sigue pareciendo mágico
Hay algo que me sigue gustando tanto como la primera vez que inicié PS5: el mando. Me parece que el DualSense es el principal responsable de esa sensación de tener una nueva generación entre nosotros cuando estamos con PS5.
Te puede gustar más o menos la forma y la ergonomía y los gatillos pueden parecerte más o menos endebles, pero en cuanto empiezan a entrar en juego los sistemas hápticos y de resistencias, es una auténtica gozada.
Ahora mismo estoy jugando Dark Souls, un juego que no aprovecha ninguna de estas características del DualSense, pero de cara a este texto he vuelto a algunos de los juegos que sí aprovechan el mando como Control -análisis de HobbyConsolas-, Ratchet & Clank Una dimensión aparte -análisis- o Demon's Souls -análisis de nuestros compis de HobbyConsolas- y lo cierto es que el juego cambia por completo.
Ese combo entre los sonidos del altavoz del mando, los gatillos adaptativos y la vibración avanzada es espectacular porque, junto al apartado audiovisual, consigue transmitir mucho mejor lo que estás viendo en el televisor.
En este año no he tenido problema alguno de drift en los sticks y se le ha metido bastante caña (amén de un par de caídas) y lo cierto es que sigue como el primer día.
Ojo, esta es mi opinión basada en mi experiencia, así que no puedo decir otra cosa. Eso sí, hay juegos, como el propio Control, que son extremadamente exagerados sacando partido al DualSense y, de hecho, creo que si no se usa bien el tema de los gatillos es algo que puede arruinar la experiencia.
Por ejemplo, FIFA o Call of Duty Cold War son... "complicados", dejémoslo ahí, cuando activamos la resistencia de los gatillos. De hecho, en esos juegos prefiero jugar sin esta característica. Pero cuando los desarrolladores lo aprovechan como es debido es un auténtico gustazo.
Una experiencia de nueva generación que podemos ampliar fácilmente
¿Y qué pasa con el sistema? Como os conté en el análisis de Xbox Series X en 2021, Microsoft ha ido mejorando la experiencia en el dashboard añadiendo algo más de fluidez y resolución 4K, entre otras opciones como ayudas para que sepamos qué juegos usan Quick Resume o características como el HDR automático.
En PS5 lo cierto es que no hemos tenido demasiados cambios porque el sistema ya era uno completamente nuevo desde el día que se lanzó la consola.
Ha habido optimización y algunos cambios menores, pero lo cierto es que la experiencia sigue siendo muy similar a la que teníamos hace un año.
Lo que sí ha mejorado, gracias a una necesaria actualización, es el almacenamiento y la posibilidad de ampliarlo fácilmente.
Y es que, como ocurre con Xbox Series X y Series S, los juegos exclusivos de nueva generación o los que aprovechan el hardware de las nuevas máquinas solo se pueden jugar desde el SSD interno o desde un dispositivo externo -las tarjetas en el caso de Xbox- que cumplan un estándar de velocidad.
En PS5 no se podían ampliar los escasos 800 GB de base hasta hace unos meses cuando, por fin, tras una actualización, la consola nos permite instalar sistemas SSD PCIe Gen4 para ampliar este almacenamiento.
Las unidades PCIe Gen4 son caras, pero al no ser un formato propietario, lo cierto es que el precio está bajando de forma muy interesante y salen modelos con características especiales, como disipadores integrados, que cumplen los estándares de la consola.
De este modo podemos seguir jugando con la velocidad de carga de los títulos next-gen de Sony, pero en una unidad 'externa'.
Y sí, no es tan rápido ni sencillo como el método de Xbox con sus tarjetas, pero como os contamos en este tutorial, es algo que es bastante fácil y, sobre todo, tiene la ventaja de no ser un formato propietario.
Buen ritmo de lanzamientos con algunos de los mejores juegos del año
Pero lo importante en una consola son, evidentemente, los juegos y si con Xbox Series X tenemos ahora -desde este verano con Flight Simulator- la sensación de que empieza a despegar con títulos como Forza Horizon 5 -análisis- o el inminente Halo Infinite, con PS5 esa sensación se ha mantenido constante desde el lanzamiento.
De inicio, además de Astro's Playroom, tuvimos el lanzamiento intergeneracional de Spider-Man Miles Morales y el de Sack Boy y poco a poco han llegado juegos como Returnal, Ratchet & Clank o Kena Bridge of Spirits -análisis-.
También hemos ido viendo parches de juegos gratuitos, como los de Xbox, en Final Fantasy VII o Days Gone, por ejemplo, pero otros que han seguido una estrategia diferente.
Por ejemplo, Death Stranding -análisis de HobbyConsolas- o Ghost of Tsushima -análisis de Hobby- han recibido mejoras de rendimiento y gráficos con parches ligados a una expansión de pago. Añaden mejoras gráficas y contenido.
Sony ha cambiado su enfoque estos últimos meses y de ir a lanzar juegos solo para PS5, han pasado a lanzar algunos de los más esperados también para PS4.
Es el caso de Gran Turismo 7, God of War Ragnarok u Horizon II: Forbidden West, que también saldrán en la máquina de anterior generación sin perjudicar, o eso dicen, el lanzamiento de PS5.
Así que, exclusivos de PS5 o no, lo cierto es que el futuro pinta muy, muy bien.
No es fácil de encontrar, pero te va a dar muchas alegrías
Y bueno, llegamos al final de este análisis de PS5 en 2021 y lo cierto es que no hemos visto tantos avances como en Xbox Series X, pero también es justo decir que es porque Sony ya apostó de inicio por un enfoque más 'de nueva generación'.
Hemos tenido mejoras de rendimiento, parches para juegos de la generación pasada, la posibilidad de instalar un SSD PCIe Gen4 y muchos lanzamientos tanto exclusivos como intergeneracionales, pero con mejoras para PS5.
Si estáis buscando una, sigue siendo una muy buena consola y estoy muy contento con ella, igual que con Series X pese a los fallitos de una y otra, pero también os digo que no va a ser fácil encontrar una consola de cara a esta navidad.
¿Por qué? Pues porque la crisis de los semiconductores sigue ahí y, de hecho, como os hemos contado, Sony planea reducir el número de consolas que va a fabricar de cara a los próximos meses.
Es complicado encontrar una consola (tanto PS5 como Xbox Series X y Nintendo Switch OLED) y la situación no va a mejorar próximamente. Y, precisamente por eso, tanto Sony como Microsoft el resto de empresas seguirán desarrollando para las máquinas de anterior generación.
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Descubre más sobre Alejandro Alcolea Huertos, autor/a de este artículo.
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Productos: Sony PlayStation 5