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Perfiles que intervienen en el desarrollo de un videojuego

José Luis Ortega

¿En qué punto se convierten los juegos en algo demasiado entretenido?

No suele tenerse en cuenta el laborioso proceso de creación de un videojuego. Podemos hacernos una idea cada vez que acabamos una aventura y los créditos no paran de salir durante varios minutos, con toda la gente involucrada en el proyecto. Pero no siempre se valora de forma justa.

Rime portada charla Level Design

Hay numerosos perfiles inmersos a la hora de desarrollar videojuegos, enmarcados en diferentes facetas. Desde la programación de cada uno de los aspectos o el diseño de niveles, que se erigen como los aspectos más importantes, como las fases de testeo, de localización o de márketing, para hacer llegar el trabajo a los oídos de todos los jugadores y jugadoras del mundo.

Todos estos trabajadores forman parte de un conglomerado necesario para que el producto tenga éxito y alcance. Cada uno de ellos profesa una labor de vital importancia. De poco sirve tener al mejor programador del mundo si el equipo de márketing no realiza una comunicación satisfactoria, y viceversa.

Según datos procedentes del Libro Blanco del Desarrollo español de videojuegos, eso sí, hay dos perfiles imprescindibles para que un videojuego vea la luz: programadores y game designer. Los programadores -developers- están presentes en el 97,8% de las compañías estudiadas, mientras que el game designer están en un 91,3%. En tercer lugar aparecen los artistas, pieza clave, aunque inferior a las dos citadas, con un 84,8%.

Por otro lado, existen otros perfiles profesionales que tienen un nivel de penetración intermedio: animadores, game producers, modellers, especialistas de audio o level designers. Por debajo de ese porcentaje aparecen expertos en marketing (43,5 %) y al perfil relacionado con la calidad del producto, quality assurance testers (34,8 %). El resto de perfiles profesionales gozan de una presencia residual, al menos en lo que a empresas españolas se refiere.

Obviamente, esto depende del tamaño de las empresas. Por ejemplo, en España, la mitad de ellas cuenta con un máximo de cinco trabajadores que reparten funciones. Todo cambia en grandes compañías encargadas de realizar videojuegos triple A.

Incluso en grandes estudios se trata de ahorrar en cierta medida, o de asegurar el éxito, por medio del usuario. Cada vez más desarrolladoras de videojuegos utilizan al jugador de a pie como tester de sus videojuegos mediante fases -alpha o beta-. Así se comprueban varios aspectos; desde la calidad de los servidores en las propuestas multijugador, hasta el factor diversión que todo título debe tener. El feedback del usuario puede desencadenar que el proyecto cambie radicalmente de la premisa inicial planteada en el brainstorming de los desarrolladores.

Perfiles industria

Tal hecho no es óbice para que, a la hora de conformar los primeros pasos de un videojuego, haya que contar con un consultor experto que oriente al equipo. Una de las primeras premisas a la hora de hacer un trabajo así es que no siempre hay que basarse en gustos o inquietudes personales, sino en lo que acabe siendo atractivo para el mercado. Al fin y al cabo, el ocio digital es un videojuego, y debe gestarse con el objetivo de que haya rebote económico.

Crear un videojuego no solo involucra a programadores, como decimos. La historia debe conformarla un equipo de guionistas; la banda sonora debe esbozarla un compositor con su equipo de músicos, así como los efectos de sonido deben realizarlo especialistas en dicho campo. También es importante crear las animaciones de los personajes, ya sea por ordenador o por medio de Motion Capture, elaborada técnica con la que se pretende recrear el mayor realismo posible, requiriendo para ello de actores profesionales.

No menos importante es la localización. Traducir un juego es una labor bastante laboriosa que no puede hacer cualquiera que simplemente conozca la lengua franca. Es importante entender el contexto de la obra para implementar las acepciones que mejor encajen en el producto. Tener un mínimo de conocimiento en el sector del videojuego. Dicha labor tiene un coste del que se prescinde en muchas ocasiones.

Por eso, más de lo que nos gustaría llegan videojuegos sin traducir, como es el caso del próximo Shenmue I & II. Las editoras realizan un estudio de mercado y comprueban si les compensa o no embarcarse en la traducción de un videojuego destinado a un público nicho. Aunque eso, también puede provocar que se echen atrás posibles consumidores potenciales que no dominan la lengua de Shakespeare. Algo parecido se puede aplicar a la hora de doblar al castellano un videojuego. La labor de doblaje es concienzuda y requiere del talento de actores profesionales para estar a la altura.

En una época como la actual, en la que las redes sociales son una parte importantísima de la sociedad, la figura de los Community Manager tienen una influencia considerable en los compases próximos al lanzamiento del título. Una buena comunicación puede ser determinante para que los menos duchos del sector conozcan el trabajo y se puedan incrementar las ventas.

Como veis, hay numerosos perfiles que intervienen en el desarrollo de un videojuego y cada uno de ellos desempeña un papel importante en el proceso creativo.

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