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Las tecnológicas chinas sufren la guerra comercial, aunque probablemente la ganarán a largo plazo

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Llevamos desde mayo con el término guerra comercial en la mayoría de conversaciones que se hacen respecto al estado de la industria tecnológica. Desde que Donald Trump vetara las relaciones comerciales con Huawei parece que todo ha cambiado, y a la vez nada lo ha hecho. Sin embargo, más allá de las sensaciones que se tengan, los números indican movimientos.

Después de tres meses y con la guerra comercial en pausa, estamos en la época de la propaganda. Donald Trump asegura que tiene en sus manos a la economía china, mientras que las empresas de ese país transmiten una imagen más desahogada. Porque más allá de Huawei y su caída en ventas, existen empresas como Alibaba y Tencent, cuyo volumen de negocio es comparable a los gigantes estadounidenses, que no se han visto tan resentidas como se presume.

Tanto Alibaba como Tencent esperan un 2019 con ganancias mientras que el sector tecnológico asiático acusa un descenso. El motivo es bastante claro: el grueso de sus beneficios proviene de China.

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Fabricar y vender en China

Si la industria se crea y comercializa en un país, las presiones internacionales y los aranceles carecen de toda la repercusión que quisiera imponer Donald Trump. En ese factor reside una de las principales diferencias entre Estados Unidos y China, ya que el mercado de Estados Unidos no muestra unos síntomas de crecimiento similares a los del país asiático.

Los mayores problemas de Tencent a día de hoy se sitúan en el propio gobierno chino y las pegas que le está poniendo de cara a comercializar algunos de sus juegos por su alto contenido violento. De aprobar una media de 200 juegos por mes ha pasado a hacerlo en solamente 50.

Es más, según informes estratégicos chinos, valoran como más peligrosos los movimientos separatistas que existen en algunas regiones que la presión estadounidense. Mientras, desde Estados Unidos se observa a China como el gran enemigo de la economía nacional desde casi cualquier rango ideológico.

No todo es hardware

Igual que está sufriendo en este momento Apple una caída en ventas de iPhone, las empresas tecnológicas reciben gran parte de sus ingresos desde otros ámbitos, como juegos, almacenamiento en la nube o aplicaciones. Se prevé que Alibaba anuncie en las próximas semanas un importante aumento en sus ingresos de los últimos meses gracias a estas áreas.

El mercado de Tencent crece en numerosas direcciones dentro del país, desde WeChat a servicios como servicios de mensajería, entrega de alimentos, aplicaciones para compartir vehículos y otros tantos negocios que ya están a nuestro alrededor pero que todavía no han abordado del todo su país.

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Con todo esto se puede ver observar cómo Estados Unidos vive de la continua apuesta por nuevos enfoques y tecnologías que reemplacen a las anteriores, mientras que China y su vasta población es un mercado más virgen donde implantar negocios que se han mostrado seguros en otros países.

Como bien se ha podido ver en el pasado, Donald Trump es un empresario que siempre ha arriesgado y obtenido distintos resultados, desde triunfar a llevar a la bancarrota a sus empresas. Esa perspectiva de competencia directa es la que trata de imponer entre ambos países, aunque todavía no ha alcanzado a la economía China todo lo que él anuncia. Se espera que la guerra comercial continúe y dé nuevos giros, veremos quién triunfa. 

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