Los giros del lenguaje y trucos de las etiquetas nutricionales para hacernos creer que un producto es sano
¿Mienten las etiquetas nutricionales de los alimentos? Técnicamente no, pero podríamos decir que usan "expresiones creativas" para esconder información, o mencionar solo lo que les interesa. Y eso puede jugar en contra de los consumidores. Vamos a desvelar algunos de esos trucos...
Dicen que a la hora de vender un alimento, el 50% es marketing y el resto... más marketing. No podemos negar que en muchas ocasiones hemos comprado productos en el supermercado solo porque están de moda, o nos hemos dejado engatusar por conceptos como comida light, sin azúcares añadidos, o cantidad diaria recomendada.
Las etiquetas nutricionales técnicamente no mienten (sino serían castigadas por la ley), pero en muchos casos no dicen toda la verdad. Esconden lo que les interesa o dan más valor a ciertos datos, cuando los que importan son otros que aparecen en letra pequeña. Bienvenidos al retorcido mundo de los giros del lenguaje y trucos de las etiquetas de los alimentos...
Las etiquetas nutricionales tienen como misión informar al consumidor del contenido y los ingredientes de los alimentos. Incluso de su origen. Están reguladas por ley y deben incluir ciertos datos obligatorios. Pero otros son opcionales, o se usan trucos como resaltar en un tipo de letra más grande lo que interesa y usar otro más pequeño para información que se quiere pasar por alto.
Es importante conocerlos porque así podremos desenmascararlos cuando nos los encontremos al leer la etiqueta de un alimento.
Nos ayudará a comprar mejor y, sobre todo, acomer más sano.
Los trucos de las etiquetas de los alimentos
- Alimento "tradicional"
- Nombres cambiados
- El origen de los alimentos
- 100% carne o pescado
- Colores chillones y dibujos graciosos en alimentos infantiles
- Cantidad diaria recomendada
- Vitaminas, minerales, hierro
- Sin azúcares añadidos
- Extrajugoso
- "Cero grasas" o "cero azúcar"
- Bio, eco, orgánico, natural
- ¿FIambre o carne?
Alimento "tradicional"
Muchos alimentos llevan la coletilla "tradicional": galletas tradicionales, receta tradicional, etc. En algunos casos se acompañan con fotos que muestran el alimento en cestas de paja, o en un casa de campo, para dar a entender que son los mismos que elaboraban nuestras abuelas en el pueblo.
Pero si miramos la lista de ingredientes en la etiqueta nutricional, vemos que aparecen términos como aceite de palma, jarabe de glucosa y fructosa, dextrosa, gasificantes (carbonato ácido de sodio y carbonato ácido de amonio) y otros. No recordamos que nuestras abuelas tuviesen estos ingredientes en su despensa, ¿verdad?
Nombres cambiados
Otro truco utilizado por las marcas, es ocultar el verdadero nombre de un ingrediente.
Por ejemplo, la mayoría de los consumidores sabemos que los ingredientes que empiezan por E-, como por ejemplo E-102, E-104, E-106, etc., son aditivos artificiales. Así que las marcas a veces intentan ocultarlos.
Tal como explica el blog Scientia, en muchas etiquetas nutricionales aparecen los ingredientes "correctores de la acidez: ácido cítrico y citrato sódico". Es una forma coloquial de llamar a los aditivos artificiales E-330 y E-331, sin mostrar su código, que tiene mala prensa... Aunque en este caso son aditivos inofensivos. Pero la trampa está hecha...
El origen de los alimentos
Desde hace unos años, todos los alimentos tienen la obligación de especificar su origen en la etiqueta nutricional. Pero hay que tener cuidado, porque una cosa es el origen, y otra dónde se fabrica.
Hace unos años saltó a las noticias el caso de la conservera Conservas de Navarra, que vendía bajo la marca Navarra espárragos que importaba de Perú y China. Tuvo que pagar una multa de 30.000 euros.
En otros casos se intenta dar a entender, mediante fotos o dibujos, que un producto tiene cierto origen, pero luego en la etiqueta se descubre que proviene de otro lugar.
100% carne o pescado
Otro malentendido perfectamente intencionado por el marketing, es el término "100%". Es habitual encontrar envases con el término 100% carne de pavo o 100% carne de pollo.
Si miramos la etiqueta nutricional, vemos que indica: Carne de pollo (44%). De nuevo, no mienten: toda la carne que hay es de pollo, pero es menos de la mitad de la salchicha. La mayoría es fibra vegetal, almidón, y proteína de soja.
Colores chillones y dibujos graciosos en alimentos infantiles
Quizá no has caído en ello, pero los productos envasados destinados a los niños, suelen tener colores muy chillones y dibujos graciosos.
No es solo porque son productos infantiles: está estudiado que los niños, especialmente los más pequeños, se siente atraídos por estos dibujos y colores y piden a sus padres que se lo compren, incluso aunque no les guste demasiado el contenido.
Cantidad diaria recomendada
Casi todas las etiquetas nutricionales suelen indicar la cantidad diaria recomendada de cierto componente, o del producto en sí.
Por ejemplo si leemos: "una ración tiene el 25% de la cantidad de grasas saturadas recomendadas", podemos pensar que si nos tomamos cuatro raciones no habremos pasado del 100%, y estamos comiendo sano.
Pero aquí hay una trampa: estas recomendaciones se basan en un consumo diario de 2.000 calorias, que suele ser una dieta media. Si estás tomando menos de 2.000 calorías, algo muy normal si estás a régimen, entonces tienes que reducir esas cantidades recomendadas en el mismo porcentaje.
Vitaminas, minerales, hierro...
Muchos productos para niños, y otros que no lo son, llevan etiquetas con las palabras "Con vitamina C, E", etc., acompañadas de fotos de frutas que dan a entender que se trata de un producto natural, con muchas vitaminas.
Pero tal como explica la OCU, si miramos la etiqueta, vemos que son vitaminas añadidas, es decir, no provienen de la fruta que contienen. Así que no es tan natural como aparenta...
Sin azúcares añadidos
Muchos alimentos indican en su etiqueta, en letras bien grandes, la frase Sin azúcares añadidos.
Eso puede hacernos pensar que es un alimento sano o que engorda poco, pero no es así. Técnicamente es verdad: al alimento no se le añade azúcar. Pero eso no significa que no lleve.
Como vemos en la etiqueta anterior, aunque indica "Sin azúcares añadidos", tiene 6 gramos de azúcar por cada 100 gramos. Es el azúcar natural de la leche y el chocolate, pero azúcar al fin y al cabo. En otros casos se trata de fruta que tiene mucho ázucar, como el plátano, la uva o los higos.
Hay que mirar siempre la cantidad de azúcares totales, así como las calorías.
Extrajugoso
Los envases usan palabras positivas y atrayentes, que intentan vender el producto. Pero a veces, aunque se trate de una palabra que parece deseable en un alimento, puedo significar peor calidad.
Un ejemplo es este jamón cocido que se califica como "Extrajugoso". Y en efecto, tal como explica la OCU, es extrajugoso porque... lleva más agua y menos jamón que otros.
"Cero grasas" o "cero azúcar"
Otro truco muy común de las etiquetas de los alimentos es añadir, con letras bien grandes, "Cero grasas" o "Cero azúcar".
Como otras veces, lo importante no es lo que dicen, sino lo que no dicen. Tal como explica la nutricionista Libby Mills en The Healthy, la grasa y el azúcar proporcionan sabor, así que si se eliminan las marcas buscan una alternativa.
Los productos con cero grasas suelen tener más sal o más azúcar, y los cero azúcar, más sal o más grasa. Todos son igual de perjudiciales.
Bio, eco, orgánico, natural
El marketing de las productoras de alimentos siempre intental asociar un producto con lo natural. Aunque sea un ultraprocesado.
Por eso existen multitud de sinónimos, que llegan a confundir: Bio, eco, orgánico, natural... ¿Cuál es mejor?
Para la legislación española, Bio, eco y orgánico significa lo mismo. Solo se puede llamar así a los alimentos que no están modificados genéticamente, y no se han usado pesticidas ni abonos artificiales para su cultivo o alimentación. En el caso de animales, no se usan hormonas ni antibióticos, y se alimentan con comida orgánica.
Sin embargo, la definición de natural es mucho más vaga. Una alimento natural ha sido procesado "mínimamente". El problema es que ese término no está muy definido, y la mayoría de los alimentos naturales llevan algún tipo de procesamiento.
Si podemos elegir, es mejor orgánico que natural. Y también es mejor natural que procesado, aunque puede que la diferencia no sea tan grande...
¿Fiambre o carne?
¿Qué es mejor, el fiambre de jamón o el jamón cocido? Es una práctica habitual que las marcas busquen nombres atractivos para ocultar una peor calidad.
Es el caso de los fiambres de jamón cocido, que llevan almidón y tienen menos carne que los productos que se llaman jamón cocido, a secas.
Hemos visto 12 giros del lenguaje y trucos de las etiquetas nutricionales para hacernos creer que un producto es sano.
Otros artículos interesantes:
- Cuidado, estos alimentos te ayudan a... envejecer más rápido
- Alimentos que nunca deberías comer después de su fecha de caducidad
- ¿Estás triste o decaído? Estos alimentos mejoran tu estado de ánimo
- Nuevo Samsung Galaxy S24 Ultra: mejora la experiencia con la Inteligencia Artificial Galaxy AI
Descubre más sobre Juan Antonio Pascual Estapé, autor/a de este artículo.
Conoce cómo trabajamos en Computerhoy.