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BMW C 400 X, probamos su tecnología

Jakub Motyka

BMW C 400 X, prueba de su tecnología
Pensada para la ciudad, la BMW C 400 X es una moto apta para el carné A2 que parte de un precio de 6.850 euros. En ComputerHoy.com hemos probado esta moto de ciudad durante una semana, y traemos un análisis a fondo de su tecnología. Porque las motos, al igual que ya pasa con los coches, también empiezan a ser cada vez más tecnológicas.

La conectividad ha llegado (por fin) a las motos. Después de años viendo coches conectados en el mercado, las marcas de motos se han puesto las pilas –nunca mejor dicho, ya que muchas de ellas también han llevado la electrificación a las dos ruedas– y han empezado a apostar cada vez más por la tecnología a bordo de las motos. La BMW C 400 X es lo que técnicamente podríamos definir como una moto conectada, y nosotros la hemos conducido.

Empecemos por unas cifras breves de sus características: la C 400 X de BMW Motorrad está pensada para ser llevada por cualquiera que disponga del carné A2, tiene un motor de 350 cc, desarrolla 34 CV y alcanza una velocidad máxima de 139 km/h. Es la típica scooter de ciudad que, en caso de que necesites salir a carretera, te permitirá mantener un ritmo de 110-120 km/h sin mayores problemas.

Por la parte de tecnología y conectividad, dispone de especificaciones tales como el arranque sin llave, un estuche de carga para el móvil o, la que seguramente sea su característica tech más destacable, todo un abanico de funcionalidades que giran alrededor de su navegador de 6,5 pulgadas.

BMW C 400 X

 

Decimos que la C 400 X es una moto conectada porque, efectivamente, se puede conectar con nuestro smartphone: tanto si usas Android como si tienes un iPhone, a través de la tecnología de Connected Ride puedes tener el móvil vinculado a la moto mientras estás en marcha. Si además tenemos un casco con manos libres, podremos ver en la pantalla del navegador quién nos está llamando antes de contestar a la llamada.

Lo que BMW Motorrad ofrece con estas soluciones de conectividad son dos cosas: por un lado, disponer de información útil durante la conducción como por ejemplo las indicaciones del mapa, los límites de velocidad o las llamadas de voz entrantes; por otra parte, también permite controlar funciones del teléfono desde la propia moto, como es por ejemplo el caso de la reproducción de música.

Ahora bien, ¿qué tal se comporta la tecnología de esta moto de BMW Motorrad en el día a día? ¿Es realmente práctica, o se trata de un añadido que no merece la pena? Lo descubrimos en esta prueba tecnológica de la C 400 X.

Navegador de la BMW C 400 X

 

La vinculación entre nuestro móvil y la moto es sencilla: te descargas la aplicación oficial de BMW (se llama BMW Motorrad Connected, y está tanto en la Google Play como en la App Store, es de descarga gratuita), vinculas el teléfono con la moto a través de Bluetooth y, una vez la app haya reconocido la conexión, ya puedes empezar a utilizar todas sus funcionalidades.

Lo primero que deberás hacer para sacarle todo el partido a la aplicación es descargar los mapas offline, ya que el sistema de navegación requiere que los tengas bajados en tu teléfono (no pueden utilizarse solo online como en Google Maps). Estamos hablando de varios (bastantes) GB que ocuparán los mapas en la memoria interna de tu móvil –el de España ocupa 1,01 GB–, pero no es algo excesivamente dramático en una era en la que raro es el terminal que trae menos de 32 GB de almacenamiento.

Una vez configurada esa parte, lo que verás es algo tal que así:

Aplicación de BMW Motorrad Connected

 

Viajes grabados (sirve para almacenar nuestros recorridos de forma detallada), información de nuestra moto, mapas... a la aplicación ciertamente le falta un lavado de cara en cuanto al diseño de la interfaz –se siente muy de hace unos cuantos años, sobre todo en la parte del menú inferior y los mapas–, pero pese a ello es muy funcional.

De todas sus funcionalidades, la más interesante seguramente sea la de enviar una ruta de navegación del móvil a la moto. Buscas el destino en el teléfono, configuras el tipo de ruta –con más o menos curvas, la más rápida, la que mayor disfrute te vaya a generar...– y envías el guiado al destino a la moto: a partir de ese momento, lo verás directamente en el navegador.

Navegador de la BMW C 400 X

 

Las indicaciones del navegador se muestran en forma de flechas (con nombres de calles y distancias), de manera que nada tienen que ver con las indicaciones tipo Maps que estamos acostumbrados a ver en los coches conectados. Es una navegación que resulta menos engorrosa de lo que pueda parecer a primera vista, pero desde luego no es tan visual como la que puede tener cualquier navegador con una interfaz gráfica más avanzada.

Se echa mucho en falta algún tipo de Android Auto para motos, y aunque existen proyectos personalizados que lo han conseguido, de momento no parece que Google esté muy por la labor de integrar su sistema operativo en el mundo de las dos ruedas. Es una pena, porque la interfaz de Google Maps le daría otro toque completamente diferente al navegador de esta BMW C 400 X.

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Por otra parte, el hecho de descargar los mapas al móvil y vincular la moto con él también nos brinda la posibilidad de ver en la pantalla del navegador los límites de velocidad de cada tramo. Dado que la moto se conecta al Bluetooth del teléfono en cuanto la ponemos en marcha, no hay que acordarse de conectarlo manualmente porque la conexión se realiza de forma automática.

¿Qué más funcionalidades del teléfono tenemos a nuestro alcance en la moto? Principalmente, otras dos: el control multimedia, mediante el cual podemos controlar la reproducción de música del teléfono (conectado previamente al manos libres del casco) utilizando los botones del manillar izquierdo; y la información de llamadas, que nos permite navegar por nuestra agenda de contactos sin necesidad de sacar el móvil del bolsillo.

La interfaz propiamente dicha del navegador, independientemente de si conectas o no el móvil a la moto, está distribuida en diferentes apartados –con diferentes modos de vista– por los que se navega con el control giratorio que tenemos en el lado izquierdo del manillar, justo en la maneta. Podemos elegir qué información queremos tener a la vista en la pantalla (revoluciones del motor, consumo medio, velocidad actual...), y desde los menús también podemos personalizar diferentes ajustes de la moto.

BMW C 400 X

 

Para terminar, es interesante destacar también el sistema de Keyless go, que permite encender y arrancar la moto sin necesidad de introducir la llave (basta con llevarla en el bolsillo), y el detalle de que dentro de uno de los estuches delanteros hay espacio –con una base de goma– para colocar el teléfono y dejarlo cargando en la toma de tipo mechero.

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Disponible a un precio de partida de 6.850 euros, la BMW C 400 X es una alternativa a tener en cuenta para todo aquel que esté en la búsqueda de una moto scooter para la ciudad. Buena parte de las tecnologías que hemos mencionado a lo largo de este reportaje solamente están disponibles en forma de extra en la moto, de manera que deberás desembolsar más dinero en la compra si la quieres tal cual te la hemos descrito en este artículo.

Toda la tecnología adherida a Connected Ride, por ejemplo, es un extra que se factura a razón de 600 euros adicionales; el casco que la marca ofrece con esta scooter (BMW Sistem 7), que incluye el sistema de manos libres ya instalado, está disponible por 900 euros.

Para terminar, si estáis en la búsqueda de un análisis más técnico de sus especificaciones desde el punto de vista del motor os remitimos a las pruebas de motos de nuestros compañeros de Autobild.es, quienes ya tuvieron la oportunidad de echarle el guante a la C 400 GT (2019).

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