La historia de Encarta, la enciclopedia de Microsoft que este año cumpliría 25 años

Aquellos lectores que pasen de la treintena probablemente todavía recordarán como era estudiar y recabar información para los trabajos de clase antes de la llegada de Wikipedia, Internet y el todopoderoso Google. No importaba que todavía no existieran, aquella generación vería nacer Microsoft Encarta, el lugar donde cabía todo el conocimiento del mundo.

Los jóvenes estudiantes de mediados de los 90 del siglo pasado debíamos navegar entre interminables volúmenes de grandes enciclopedias encuadernadas con filigranas doradas y cruzando constantemente los dedos para encontrar la información que buscabas en el lugar que debía estar. Vamos a recordar la historia de Encarta, así era la enciclopedia de Microsoft que cumpliría 25 años.

En ese contexto tan analógico, irrumpe una ya poderosa Microsoft en 1993 con algo tan revolucionario para la época como el CD-ROM aplicado a la informática, que permitía al usuario insertar el CD de Encarta en el ordenador y acceder con un par de clics a todo el conocimiento que hasta la fecha solo estaba disponible en carísimas enciclopedias que por aquel entonces podían costar hasta 100.000 pesetas, unos 600 euros actuales.

Imaginad el impacto que produjo en los usuarios que todo el contenido que antes ocupaba casi un metro y medio de estantería quedara reducido a un simple CD en el que, además de encontrar todo el texto y la información que contenían las ediciones impresas de las enciclopedias, se complementara con contenido multimedia. ¡Si es que daba gusto aprender con Encarta!

Los principios siempre son complicados

Pero la historia de Encarta se remonta algunos años más atrás, concretamente a 1989 cuando la Enciclopedia Compton's consiguió digitalizar toda la información que contenían los 26 volúmenes de su edición impresa en un CD-ROM que podía usarse para consultarla desde el ordenador, convirtiéndose así en la primera enciclopedia multimedia de la historia.

En ese momento Microsoft se encontraba en plena campaña de promoción del uso del CD-ROM como soporte multimedia para ordenadores (cuyo soporte incluían su sistema operativo Windows, claro) por lo que la idea le pareció brillante y decidió promover nuevas iniciativas en esa línea.

Para ello pidió la colaboración de las figuras más destacadas y prestigiosas del panorama enciclopédico del momento con publicaciones como la Encyclopædia Britannica, con más de 220 años de trayectoria en la publicación de contenido académico, pero que no estaban dispuestas a ceder ni un ápice de su trocito de pastel editorial.

Esta negativa marcaría el impulso definitivo que necesitaba el Project Gandalf, nombre con el que se conocía de forma interna lo que más adelante se conocería como Microsoft Encarta. El primer triunfo del proyecto fue hacerse con los derechos de algunos de los libros de consulta y referencia más populares de la época como Funk-Wagnalls, Collier’s y New Merit Scholar.

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Con esa base documental empezarían a construir su megaproyecto en el que implicarían varios equipos encargados de digitalizar más de 7.000 fotos e ilustraciones, 30 vídeos en color, 80 animaciones, nueve horas y media de audios y 427 mapas entre otros contenidos interactivos que finalmente tendría la versión final de Encarta en marzo de 1993, convirtiéndose así en la obra de consulta multimedia más accesible de la historia.

Encarta en español

Tuvieron que pasar cuatro años desde su lanzamiento para el mercado anglosajón hasta que en Microsoft se dieron cuenta que estaban desperdiciando la oportunidad de llegar a más público traduciendo Encarta a otros idiomas.

En marzo de 1997 se anuncia la llegada de la versión de Encarta en español con todo el contenido de referencia y multimedia completamente traducido y añadiendo el diccionario general de la lengua española VOX. En su edición en español, Encarta llegaba con un precio de 24.900 pesetas, unos 150 euros actuales.

Su principal objetivo era convertirse en una importante herramienta de apoyo educativo, por lo que se aseguró el apoyo de los actores más importantes del sector en España, entre los que se encontraban la editorial Santillana, una de las principales editoras de los libros de texto que se utilizaban en la escuela por aquel entonces.

El hundimiento de un icono

Durante los últimos años de los 90 y primeros del 2.000, Encarta fue una fuente de beneficios para Microsoft. Pero con la democratización del acceso a Internet, se estaba debilitando la estructura de negocio de Encarta.

Para tratar de mitigar este efecto, Microsoft decidió adoptar un modelo que hoy conocemos como Freemium, es decir, crear un portal de acceso gratuito con una pequeña parte del contenido disponible en Encarta, pero si querías obtener el producto sin limitaciones, debías adquirir la licencia completa de uso de la versión en CD-ROM o la versión de pago descargable.

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Fue a partir de 2003 cuando comenzaría el declive de Encarta como referencia enciclopédica ante un nuevo servicio se hacía popular a pasos agigantados en Internet ¿quién querría pagar por una obra de consulta, cuando se podía obtener la misma información gratis en Wikipedia?

El proyecto de enciclopedia colaborativa de Wikipedia daría al traste con todos los intentos de Microsoft por reflotar las ventas de Encarta que, en un intento desesperado, intentó pivotar hacia el modelo colaborativo de Wikipedia, pero sus estrictas normas de control sobre el contenido añadido harían inviable este camino.

Tras sucesivas bajadas de precio, Encarta finalmente pondría punto final a su historia a finales de 2009 tras el anuncio de Microsoft de descontinuar el desarrollo de este producto, llevándose consigo el recuerdo y reconocimiento de muchos estudiantes de varias generaciones que descubrieron el mundo a través de una plataforma multimedia, interactiva e innovadora para la época que le tocó vivir. Gracias por todo Encarta.