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Con un móvil plegable, cuando haces pop... ya no hay stop

Análisis Galaxy Fold 4

El Galaxy Fold 4 no es un móvil perfecto, ni mucho menos, pero definitivamente es especial porque me ha permitido hacer cosas que con un móvil normal son más tediosas y, además, olvidar la tablet en muchísimas situaciones.

Siempre es complicado salir de la zona de confort. Para alguien que analiza móviles, cambiar de dispositivo y poner la SIM cada semana o semana y media en un móvil nuevo, la zona de confort no existe. Hay veces que me alucinan los móviles que analizo y otras que estoy deseando que pase la semana para poder pasar a otro. Sin embargo, con el Fold la cosa ha sido... diferente.

Hasta hace unos días he estado analizando el Samsung Galaxy Z Fold 4, un móvil que está en boca de todos ahora mismo y que tiene un montón de fans y haters. Casi a partes iguales, diría. Que si caro, que si no tiene una carga rápida, que si delicado...

De la manera que sea, lo he tenido que soltar porque llevo desde la semana pasada con un móvil cuyo análisis publicaré muy pronto y, como se suele decir, me he acostumbrado tanto a los procesos del Fold que todo lo que no sea eso pues... me está costando, la verdad.

No, tranqui, no voy a decir lo típico de "jolín, solté el plegable y cuando cogí un móvil normal intenté doblarlo instintivamente", ya que mis neuronas aún funcionan (regular a veces, pero ahí van tirando), pero es cierto que me noto mucho más limitado en un móvil convencional. De los que no se doblan tipo libro, vaya.

Y mira que he probado el Oppo Find N, pero no es lo mismo y no tanto por el formato, ya que el terminal de Oppo es igual que el Fold (incluso me gusta más al ser más compacto). Aquí es el software el que parte el bacalao.

Samsung tiene tan medido el software de su plegable estrella (al menos en cuanto a características y no tanto en lo que respecta a ventas) que pasar de este móvil a otro no te diré que es una pesadilla, pero definitivamente sí es un paso atrás.

De hecho, creo que tengo claros los cuatro puntos en los que un plegable me ha hecho la vida más fácil estos días y por lo que me está costando volver a acostumbrarme a uno normal.

Así se fabrican los móviles plegables de Samsung

📺 Y es que, el primer paso atrás es el consumo de contenido. Si no tienes mucho hueco (en el metro, por ejemplo) puedes ir viendo tu serie en la pantalla externa, pero si estás parado en un sitio durante más tiempo, desplegar la pantalla es un gustazo. Un viaje en avión o tren te lo soluciona fácil.

🤳🏻 Las cámaras me han gustado y sí, le falta un teleobjetivo periscópico por el precio que tiene, pero tiene dos detalles que me encantan. El primero, obviamente, que puedes hacerte selfis con las cámaras principales mientras te ves en la pantalla externa. Esto es supercómodo y las imágenes tienen más calidad. Sin embargo, si haces fotos con el móvil abierto, aunque es más aparatoso, en un lado de la pantalla tienes la cámara y en el otro las fotos que vas haciendo para que veas si te gustan sin tener que meterte en la galería.

⌨️ Evidentemente, la productividad gana enteros gracias tanto a Flex (el modo que adapta apps a la pantalla interna cuando doblamos el móvil) como al dock. En la pantalla interna tenemos un dock que contiene las apps que hayamos puesto ahí, como si fuera el dock de un Mac o un PC y es comodísimo lanzar tanto aplicaciones como gestionar la multitarea. Estoy muy acostumbrado en PC a usar la pantalla dividida y con el Fold es superfácil.

🚀 Y, por último, la experiencia de "tablet" para navegar por internet. Aquí no tiene misterio, ya que cuanto más grande la pantalla, más cómodo es todo esto, pero ahora en casa no tengo la necesidad de coger el iPad, simplemente sigo con el móvil, pero en pantalla completa.

Y ya sé que te puede parece que estoy justificando el Fold o los plegables tipo libro en general, pero lo cierto es que esta semana que estoy con otro terminal estoy echando mucho de menos lo que me ofrece una tecnología que ha llegado para quedarse y a la que le falta pulir cositas, como la resistencia de la bisagra ante el polvo y, sobre todo, la protección de la pantalla interior.

Eso es lo que menos me gusta de los plegables, ya que el plástico sigue siendo plástico y ya veremos qué tal resiste el Fold 4 el paso del tiempo. Sus hermanos, hasta ahora, no lo pasaron muy bien tras unos meses de uso...

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Etiquetas: Smartphones