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Fallece Barnaby Jack, uno de los hackers más reconocidos

Claudia del Castillo

Barnaby Jack, hacker neozelandés
Jack era reconocido como un hacker "white hat", que utiliza sus conocimientos para detectar fallos antes que otros piratasSus hallazgos en la medicina y la seguridad bancaria, entre sus aportes más reconocidosLa muerte de Jack se da una semana antes de la conferencia Black Hat 

Barnaby Jack, un hacker neozelandés de 35 años, falleció repentinamente en su hogar de San Francisco. La muerte de Jack ha sorprendido a muchos dentro del mundo hacker, que no se explican lo sucedido. Jack estaba supuesto a presentar cómo era posible atacar un marcapasos para causarle la muerte a una persona a 9 metros de distancia durante la conferencia Black Hat, a celebrarse en Las Vegas (Estados Unidos).

Él era reconocido dentro de su profesión por ser uno de los mejores hackers white hat: a diferencia de los hackers black hat, que atacan redes seguras para destruir datos o que convierten portales de una compañía seria en una página para chistes, los hackers white hat penetran los esquemas de seguridad por razones muy diferentes, como lo pueden ser para probar un sistema de seguridad propio o como parte de su labor en una compañía que fabrica software de seguridad. 

La especialidad de Jack era encontrar fallos en los micrordenadores que controlan equipos determinados, como dispositivos utilizados en medicina y cajeros automáticos, lo que obligaba a los creadores de dichos equipos a repensar sus creaciones. Dos de sus logros más reconocidos son el ataque exitoso a un cajero automático en el 2010 para que dispensara billetes sin tener que tocarlo, o "jackpotting", y sus investigaciones en el campo médico.

Su demostración puso contra la pared a muchos fabricantes de cajeros, quienes se vieron obligados a modificar sus diseños o convertirse en el objeto de críticas por más de un experto en seguridad. 

En el 2011, Jack se encontraba trabajando con un equipo en McAfee y decidió concentrarse en la medicina. ¿Su descubrimiento? Atacó una bomba de insulina a 9 metros de distancia de forma inalámbrica y demostró, gracias a un maniquí transparente que se llenó totalmente, que era posible liberar toda la dosis de insulina sin pausa alguna lo que convertía a una máquina inocua en un dispositivo letal. Con esta prueba, el fabricante de equipos médicos Medtronic tuvo que modificar sus diseños después de las pruebas presentadas por Jack.

Hace una semana, Jack habló de sus descubrimientos más recientes con Reuters y sobre cómo era posible atacar el sistema inlámbrico que conectaba los marcapasos y los desfibriladores con los monitores que reciben información acerca de las operaciones llevadas a cabo sobre el paciente. Jack no dió el nombre de la compañía para la cual estaba trabajando, pero esperaba encontrar una forma de prevenir ataques intencionales sobre pacientes con dolencias cardíacas.

Al momento de su muerte, el pirata era el Director de Seguridad para Dispositivos Integrados en IOActive, una compañía especializada en seguridad para ordenadores. 

Sus colegas en el campo han descrito su muerte como una tragedia que los ha privado de una persona brillante, creativa y energética: incluso el gobierno de los Estados Unidos elogió la labor de Jack, añadiendo que sus descubrimientos habían contribuido a mejorar el campo de los dispositivos médicos.

Black Hat ha anunciado que no ocupará el tiempo asignado a Jack para su conferencia, dedicándolo en cambio a recordar su labor y su legado. La muerte de este hacker se suma a otros fallecimientos destacados en el campo de la piratería, como lo es el caso de Aaron Swartz, y de otros innovadores en sus campos como Amar Bose e Ilya Segalovich, cofundador de Yandex. 

Imagen tomada de Business Insider

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