Cómo te engañan con la capacidad de los discos duros y las tarjetas de memoria

Cuando vamos a comprar discos duros uno se pregunta muchas cosas. Ya puede ser un HDD, un SSD o una tarjeta MicroSD. Cualquier almacenamiento digital es válido en el supuesto que hoy vamos a explicar: cómo nos engañan con la capacidad de los discos duros y las tarjetas de memoria.

Hace décadas apenas teníamos los discos duros tradicionales y los disquetes. Al menos en el mundo informático. 

Entonces fabricaban estos dispositivos un puñado de marcas, todas famosas y reputadas. De ahí que no hubiera demasiado engaño. Aunque lo había. Ahora tenemos que si HDD, que si SSD, que MicroSD y podríamos seguir un rato.

Ahora tenemos cientos de empresas chinas encargándose del almacenamiento interno de millones de usuarios y, si bien casi todas son buenas compañías, algunas aprovechan para colarnos dispositivos que no son lo que aseguran ser. Sí, seguro que recuerdas esas MicroSD de 8 GB que en realidad llevan 4 GB de almacenamiento.

Pero este es solo uno de los casos de engaño. Hoy vamos a repasar todas las formas en las que el sector del almacenamiento digital nos la cuela a diario. Desde las capacidades, el redondeo, las velocidades de transferencias y las categorías. Toca dar palos a todo el mundo.

Así te engañan con la capacidad de los discos duros y las tarjetas de memoria:

• El redondeo de los gigas y los teras
• Velocidades y clases que tanto importan
• Las MicroSD y Pen Drive que prometen más gigas que un NAS

El redondeo de los gigas y los teras

Todos nos hemos comprado un HDD de 512 GB y al enchufarlo al ordenador hemos visto que, en realidad, teníamos 464 GB disponibles. Lo mismo con el SSD de 256 GB que, en realidad, son 232 GB. Y si nos vamos al HHD de 3 TB que compramos como gran almacén este tiene reales 2,72 TB.

Es decir, ¿por qué los gigas y teras que dicen tener los SSD y HDD del mercado son falsos? Y no solo, son siempre menos de los que nos prometen en la portada del producto. Pues bien, hay una explicación basada en la informática que te dejará tranquilo... si bien no te quitará el enfado ni te devolverá los gigas perdidos.

A pesar de que la unidad básica de informática (bit) se trata de un sistema binario de 0 y 1, las unidades empleadas a la hora de manejarse en cifras más conocidas se basan en un sistema decimal.

Y es que mientras que las unidades binarias hacen referencia al bit -tanto el MB como el GB o el TB- las unidades decimales comprenden el byte, al menos de manera comercial. La relación nos deja una proporción similar a la siguiente:

• 1 byte es igual a 8 bits
• 1 kilobyte es igual a 8 kilobits (u 8.000 bits)
• 1 megabyte es igual a 8 megabits (u 8*10^6 bits)
• 1 gibabyte es igual a 8 gigabits (u 8*10^9 bits)
• 1 terabyte es igual a 8 terabits (u 8*10^12 bits)

A esto hay que sumarle que un kilobyte no se corresponde con 1.000 bytes, sino con 1.024 bytes, al contar con una base de 2.

Recordemos que el sistema que representa es binario, por tanto, ha de hacer uso de múltiplos de 2.

• 1 kilobyte es igual a 1.024 bytes
• 945 kilobytes es igual a 967.680 bytes
• 100 gigabytes es igual a 102.400 megabytes
• 3 terabytes es  igual a 3.072 gigabytes

Partiendo de esta premisa, la fórmula para calcular la capacidad real de un disco duro se resuelve basándonos en la siguiente variables: Capacidad real del disco = Capacidad indicada por el fabricante x 0,9313.

De esta forma podemos entender que las marcas no nos engañan cuando nos dan las capacidades de los discos duros (ya sean SSD, HDD o MicroSD), pero sí que se aprovechan de que la fórmula les beneficia a ellas, quienes pueden redondear siempre al alza sin peligro a ser demandados por mentir.

Velocidades y clases que tanto importan

Otra cuestión que muchos fabricantes suelen obviar es la calidad del disco duro. Esto solo se puede saber, hoy día, comprobando las velocidades de transferencia que da una unidad tanto en lectura como en escritura.

En las tarjetas MicroSD se mide con las categorías. Los expertos siempre recomiendan que la Categoría 10 es la mínima que debemos comprar, ya que asegura 10 Mbps tanto en lectura como en escritura, suficiente para casi cualquier tarea. Pero muchas marcas aseguran ser de una categoría que, claramente, no cumplen.

En ese sentido lo que podemos aconsejarte es que compres marcas fiables, por el hecho de que las clásicas Kingston, Crucial, SanDisk, Samsung o Lexar no te van a mentir con sus velocidades, se juegan la reputación y una buena demanda. En cambio, las marcas clónicas chinas sí que no van a dudar en mentirte, no se juegan nada.

En cuanto a discos duros, es decir HDD y SSD, el tema está más igualado. En este campo casi todos dan las mismas velocidades y solo las unidades prémium pueden presumir de mejores números en lectura y escritura. Pero, antes de comprar, fíjate bien que dicha velocidad coinciden con el resto de la competencia, para saber donde situar la unidad que vas a comprar.

Por cierto, y como consejo, en un SSD de 2,5" que vaya por conexión SATA III que no os engañen, ninguno te va a dar más de 550 Mbps de lectura, no por la tecnología del SSD en sí, sino por la conexión SATA III que no da más de sí.

Las MicroSD y Pen Drive que prometen más gigas que un NAS

Por último tenemos el caso más moderno de tiendas en Amazon que nos prometen capacidades de almacenamiento totalmente irreales a precio de risa. En esos casos solo los precios y las gigas tienen que alertaros: nadie ofrece 1 TB a 10 euros. Seamos inteligentes.

Las tiendas de internet están llenos de Pen Drives o tarjetas MicroSD que aseguran tener de 500 GB hasta 2 TB de capacidad y no suelen sobrepasar los 20 euros. Las marcas, siempre, son desconocidas. Y solo hace falta echar un vistazo a los comentarios de la gente: son un timo.

Cuando enchufas uno de estos a tu ordenador el PC se te dará la capacidad prometida, pero es mentira, están siendo engañados por el propio Pen Drive / MicroSD que han sido trucados de serie para hacer creer al ordenador que poseen dicho almacenamiento. Y también lo hacen con discos duros y SDD. Así que, ya sabes, ve con cuidado ahí fuera.