La UE tiene en el punto de mira los mandos de los televisores y este es el motivo

La Unión Europea se ha tomado muy en serio el hecho de tener que asegurar que el futuro sea sostenible a nivel tecnológico y, de hecho, en las últimas semanas se ha hablado acerca de una prohibición a los televisores que superen tanto un tamaño de diagonal como una resolución que, por fortuna, todavía no es popular.

Estos cambios y propuestas que tiene la Unión Europea entre manos no son del agrado de todo el mundo y, de hecho, muchos usuarios se han quejado al respecto de lo que tienen planeado. Pero los planes no terminan ahí y, ahora, la Unión Europea ha puesto el foco del ecologismo en los mandos a distancia de los televisores.

Sí, has leído bien. Los mandos con los que se encienden o apagan los televisores suponen un problema ecológico para la Unión Europea. Exactamente no es el mando en conjunto el que resulta un problema y, es que, es un componente del mismo el que ha hecho que la Unión Europea tome cartas en el asunto de una forma nunca vista.

El elemento que alimenta a estos dispositivos está en el punto de mira. De hecho, el principal problema que la Unión Europea quiere eliminar son las baterías. Estos componentes que alimentan a los diferentes mandos normalmente no son reemplazables y, por lo tanto, suponen un riesgo para el medio ambiente.

Primero los televisores y ahora los mandos a distancia: este es el plan de la UE

Si fuesen reemplazables no habría ningún problema ya que la vida útil del dispositivo se podría alargar y no dependería de que un componente pueda alimentarlo o no. Por lo que se ha visto gracias a AVPasion, la Unión Europea habría empezado a hacer los planes suficientes como para poder acabar con estos componentes.

Eso sí, esto no repercute únicamente a las baterías de los televisores. De hecho, la normativa de las baterías que tiene la UE entre manos afectaría tanto a dispositivos móviles como a relojes inteligentes y, por supuesto, a los mandos a distancia que se encuentran en los televisores de los hogares.

Aparte del hecho de que las baterías deberían ser reemplazables lo que propone la Unión Europea es conseguir que los fabricantes ofrezcan información acerca de cómo disponer de estas baterías una vez han sido utilizadas. Además, de mostrar con todo detalle las características técnicas de las mismas para su fácil sustitución en caso de que se agoten.