Un equipo de investigadores de la Universidad de Valencia ha llevado a cabo un estudio de más de 100 muestras de marcas de café que se venden en España y han descubierto que varias de ellas contienen micotoxinas.

Estas sustancias son metabolitos tóxicos producidos por setas y hongos, levaduras y mohos que tienen un efecto nocivo en la salud de animales vertebrados, y por tanto en las personas.

Los síntomas y los efectos de la intoxicación con micotoxinas varían en función de la sustancia en concreto y de las características de cada paciente. Pueden ocasionar daños en los pulmones y el sistema inmunitario, inhibir la síntesis de proteínas, producir irritaciones y alergias, así como aumentar la sensibilidad a las toxinas bacterianas. 

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De las 103 muestras de café comercializado en nuestro país que han sido analizadas, han encontrado concentraciones bajas de micotoxinas en varias de las marcas. Sin embargo, cinco de ellas han presentado unos niveles más elevados de los permitidos de la micotoxina ocratoxina A, la única que está legislada, así como fumonisinas, aflatoxinas y tricotecenos en concentraciones que van desde 0,10 a 3,570 microgramos por kilogramo. 

 "La ausencia de legislación en el café para el resto de las micotoxinas detectadas, sus efectos tóxicos y los valores de concentración obtenidos hacen necesario prestar especial atención a estos contaminantes en un producto tan consumido", afirma la doctora Emilia Ferrer, miembro de la investigación.

Las cinco muestras que excedían los límites incluían dos de café descafeinado (6,20 y 9,30 mg / kg), dos de cápsulas de café con cafeína (6.91 y 11.43 mg / kg), y una de cápsulas de café descafeinado (32,40 g / kg), que supera seis veces el límite establecido por ley. 

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Las sustancias encontradas pueden ser agentes cancerígenos y perjudiciales para el hígado, el sistema hormonal y el sistema inmune. Sin embargo, en la actualidad aún no se ha llevado a cabo una evaluación del riesgo para la población del consumo de estos elementos tóxicos, de manera que desconocen los niveles que pueden ocasionar problemas de salud.

Los investigadores consideran necesario revisar los procesos de fabricación y envasado del café para evitar que se siga produciendo esta contaminación.