La evolución es el proceso por el que hoy somos lo que somos, pero no se limita sólo al ser humano, ni mucho menos. Los animales y plantas que nos rodean también tienen ancestros, aunque en algunas ocasiones no sepamos como fueron. No es el caso de las flores, cuyo antepasado común ya tiene rostro, metafóricamente hablando.

Los autores del logro forman parte de un grupo de científicos que, basándose en los datos de las flores de las que disponemos hoy en día, han conseguido recrear cómo sería laprimera flor de la historia. Se trata de la del angiosperma, una bastante peculiar.

Según la descripción que se hace de esta prehistórica planta, se trata de un caso especial. Para empezar, tenía órganos reproductores masculinos y femeninos, los llamados carpelos y estambres. Además, su aspecto externo es completamente simétrico.

¿Por qué son especialmente curiosas estas dos características? Porque significan que todas las flores posteriores son una copia modificada de la original. Incluso podría decirse que nos encontramos antes copias que no llegan a la perfección de la primera de ellas.

Eso sí, hay que tener en cuenta que si la evolución ha hecho que las flores con planta posteriores sean así, es porque esas condiciones garantizan mejor su supervivencia que las originales.

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La labor necesaria para alcanzar estas conclusiones ha sido titánica. Se han cruzado millones de características y datos de las plantas que tenemos hoy para desentrañar su modelo evolutivo. A partir de ahí y basándose en las características comunes, se ha conseguido averiguar cómo debieron ser en un principio.

Hace 140 millones de años que esta flor no existe sobre la Tierra. Mucho tiempo ha pasado y entonces el planeta era sustancialmente distinto, clima incluido. Quizás esa sea la causa de la evolución de las flores hacia una forma y unas funciones radicalmente nuevas.

[Fuente: Sinc]