Tan sólo han pasado tres años, pero cuando se habla de tecnología... Fue en 2011 cuando Samsung presentaba su primer Galaxy Note, un terminal con una pantalla por encima de las 5" -más concretamente 5,3"- que, además, sacaba del baúl de los recuerdos el lápiz digital o stylus.

Bautizado como S Pen, desde Samsung recuperaron una herramienta que, antaño, se veía como el gadget perfecto para controlar dispositivos con pantallas resistivas pero que, con la llegada de las pantallas táctiles capacitivas, quedó relegado al fondo del cajón. Samsung lo reinventó.

Fueron muchos los que pusieron el grito en el cielo criticando, tanto al fabricante, como a los que recibíamos con buena cara aquella nueva gama de producto. ¿Tamaño desmedido? ¿Para qué un Stylus? Menudo despropósito.

Pero tres años dan para mucho. Por un lado, en Samsung tienen claro que no se equivocaron, y asistir a la presentación de la cuarta generación de Note lo deja patente. Por otro, son muchos fabricantes -por no decir todos menos uno- los que han seguido sus pasos, y cada vez más los usuarios que demandan pantallas de mayor tamaño.

ACTUALIZADO: UNBOXING DEL GALAXY NOTE 4

Es lo que tiene utilizar el teléfono para, principalmente y cada vez más, consumir y, sobre todo, crear contenidos. Todo el mundo lo veía venir hace años, pero Samsung fue el único que arriesgó… y acertó. Y por esta razón no hay quien le haga sombra a día de hoy en el mercado de los phablets algo más “pro”.

Y con esto, a la de Note, a la de II y la de 3: ya tenemos el nuevo Samsung Galaxy Note 4 con nosotros. El Unpacked al que hemos asistido hoy ha sido una presentación en la que, en vez de hacer hincapié en las especificaciones a nivel hardware puro y duro -unas pocas pinceladas en este sentido durante toda la puesta en escena-, se han centrado en la funcionalidad del software y la experiencia de usuario que este aporta.

Presumir de especificaciones lo dejan para otros, lo que desde mi punto de vista es un acierto. Es una carrera en la que ya no merece la pena andar sacando pecho: el que vale lo sabe y no necesita presumir. 

Entrando en materia, el nuevo Note 4 presenta una pantalla de 5,7", igual que su antecesor. De hecho, es el primero de los Note que no aumenta en tamaño de pantalla si se compara con la anterior generación. Se trata de una pantalla Quad HD Super AMOLED 2.560 x 1.440 píxeles.

La densidad de píxel asciende a 515 ppp y el gamut de color que es capaz de ofrecer alcanza, según el fabricante (habrá que ver como se defiende en las pruebas de laboratorio, pero viendo los últimos dispositivos lanzados por Samsung apostaría a que dará la talla), cotas dignas de un terminal de su categoría. Quizá tal densidad de píxel sea desmedida, pero lo cierto es que si son capaces de fabricar pantallas así, ¿por qué no aprovecharse? No deja de ser la tarjeta de presentación de todo terminal, y la pantalla del Note 4 se ve realmente bien.

A nivel de diseño lo cierto es que me esperaba algo más rompedor (en este sentido, la mejor parte se la ha llevado el nuevo Galaxy Note Edge). El Galaxy Note 4 presenta un acabado en la línea del Note 3, con una tapa trasera de textura muy similar y unos perfiles de aluminio que mejoran a los de su predecesor, que pretendían aparentar lo que no eran.

Nunca he criticado los acabados plásticos/policarbonatos: si es plástico, es plástico, y punto. No por ello será mejor o peor móvil. Y con el Note 4 lo cierto es que, lo que ves, es lo que parece: aluminio que es aluminio y plástico que es plástico. Una mejora sustancial respecto a su antecesor.

Si hablamos de controles y botones físicos, la verdad es que tampoco presenta novedad alguna. Botón de encendido, controles de volumen, jack de audio y un conector USB 3.0 que ya presentaba el Note 3. Pocas novedades en este aspecto.

De serie incorpora escáner de huella, barómetro, pulsómetro y tres micrófonos que trabajan de forma simultánea para tomar notas de voz, entre otros. Son prestaciones que hace que gane enteros, pero que también se han pasado bastante por alto durante el evento.

Hablemos ahora de las cámaras. El Note 4 monta nuevos sensores de mayor resolución, tanto frontal como trasero, y ópticas más luminosas. La cámara principal alcanza los 16 megapíxeles e incorpora estabilizador óptico de imagen. Las primeras pruebas realizadas dejan el terminal a la altura del S5, con buenos resultados tanto en calidad como en velocidad, sin perder de vista que es un teléfono: da para lo que da pero, lo que hace, lo hace muy bien.

En lo que respecta a la cámara frontal, sube hasta los 3,7 megapíxeles con una luminosidad de 1:1,9, perfecta para hacer selfies, incluso con poca luz. Tenemos la ayuda, además, de un nuevo modo panorámico para hacer autofotos con un campo de visión de 120º, similar al modo Groufies del Huawei P7. Habrá que ver cómo se comporta en el día a día pero, por lo pronto, promete ser una funcionalidad que otros muchos copiaran en breve.

Y como no podía ser de otra forma en un Note, el plato fuerte viene de la mano de la integración del S Pen con el software del terminal, más concretamente con la capa TouchWiz y los S Pen Widgets. Lo cierto es que se han incluido nuevas funcionalidades -y mejorado las ya presentes- en este aspecto, pero los cambios anunciados el año pasado fueron más notables y rompedores y, en este nuevo equipo, era complicado superarse a ese nivel.

En resumen, el Note 3 dejó el listón muy alto y era difícil mejorarlo. ¿Lo han conseguido con el Note 4? ¿Necesitaba más memoría RAM? ¿Más capacidad de almacenamiento? ¿Un SoC con más núcleos o de 64 bits? No era imprescindible. Pienso que la carrera de los smartphones actualmente pasa más por tener un purasangre en cuanto a funcionalidades y UX, y no tanto por ser el más potente en hardware. No obstante, el Note 4 también está entre los mejores en este aspecto.

Con todo, creo que en Samsung han estado a la altura y, posiblemente, estemos ante uno de los terminales de 2014 más interesantes, si no el que más. Y es que el pescado ya está practicamente todo vendido y parece que nadie más pueda hacerle sombra. ¿O quizá sí? El día 9 saldremos de dudas.

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