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El MIT imprime en 3D un motor a reacción de plástico... ¡y funciona!

El MIT imprime en 3D un motor a reacción de plástico... ¡y funciona!
El Instituto Tecnológico de Massachussets ha podido imprimir un motor de cohete de plástico con una impresora 3D, y ha conseguido que funcione.

Utilizamos las impresoras 3D para tareas cotidianas como imprimir figuras, tunear drones o coches de radiocontrol, crear herramientas, pequeños juguetes, etc.

A nivel profesional se usan para imprimir prótesis, prototipos para los clientes, piezas para el trabajo, y otras muchas aplicaciones.

Las impresoras 3D cada vez tienen más utilidades, pero los científicos siempre van un paso más allá, intentando exprimir y expandir la tecnología. Space X o la NASA ya imprimen parte de sus cohetes en 3D, pero lo hacen con impresoras 3D profesionales que imprimen directamente con metal. Por eso esta noticia resulta tan interesante. El MIT Rocket Team, el equipo de desarrollo de cohetes del Instituto Tecnológico de Massachussets, ha conseguido imprimir el motor de un cohete a reacción de plástico con una impresora 3D estándar. Y lo más asombroso es que funciona, pues consigue crear flujo supersónico capaz de producir empuje. Puedes verlo en este vídeo:

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Es la primera vez que se consigue fabricar un cohete a reacción de plastico con un impresora 3D, que funcione y no se funda. Tal como explica el MIT Rocket Team, en la primera prueba se utilizó un combustible de baja potencia. El plástico resistió sin problemas, fundiéndose apenas unos milímetros en el exterior del tubo. Decidieron volver a utilizar el mismo cohete de plástico en una segunda prueba con un combustible más potente, y aunque también generó el flujo supersónico necesario para alcanzar la impulsión, el plastico no aguantó y terminó fundiéndose.

El mérito de esta prueba está en que los cohetes impresos en metal se fabrican con impresoras 3D que cuestan millones de dólares, mientras que el MIT Rocket Team ha utilizado la impresora comercial The Mark Two de Markforged, que cuesta 13.499 dólares (unos 12372€).

Si se consiguiesen cohetes a reacción de plástico con una impresora 3D, los costes de producción se reducirían en millones de dólares para la industría aeronáutica. Sería también una valiosa ayuda para los astronautas, que podrían fabricar sus propios cohetes de forma sencilla y barata en estaciones espaciales o en la exploración de planetas.

[Fuente: MIT Rocket Team]

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