Ya sabemos que a Instagram no le gusta que nadie suba fotos desde otro lugar que no sea Instagram, en el móvil.

Pero esto es un problema cuando tienes fotos en el ordenador o cualquier otro lugar que deseas subir a la popular social. Antes tienes en enviarlas a la app Instagram, y subirlas desde allí.

Caleb Benn es un estudiante de instituto que maneja el contenido social del consejo de estudiantes, y acumula muchas fotos en su ordenador Mac que desea subir a Instagram, así que le toca enviarlas primero a su móvil, lo cual resulta un engorro. Intentó descargar alguna app de Instagram en la App Store, pero cayó en la cuenta de que entre las más de 15 apps disponibles, ninguna permite subir fotos a Instagram. Así que decidió crear una app para Mac llamada Uploader for Instagram, que hace justo eso: subir fotos desde el ordenador directamente a Instagram.

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Caleb decidió cobrar 5 dólares por la app, y en un mes recaudó 6.000 dólares, que pensaba destinar a pagarse los gastos de la universidad, pues el año que viene cursará la carrera de informática en la Universidad de Berkeley.

Sin embargo, el pasado 28 de marzo recibió un email de Alberto Tretti, un "ingeniero asociado" de Instagram, que le instaba a ajustarse a las normas de Instagram, a no usar el API de Instagram para propósitos no permitidos, y a no solicitar credenciales y cuentas de Instagram a otros usuarios. Y le daba dos días, hasta el 30 de marzo, para "arreglar las cosas".

Caleb intentó contactar con Alberto Tretti y con Instagram, para que le explicasen los motivos, pero no ha recibido respuesta de nadie. El plazo se ha cumplido, la app Uploader for Instagram sigue en la App Store, y Caleb ha comprobado que de momento no hay denuncia contra él. Pero nadie enInstagramle da explicaciones de ese email.

¿Instagram no desea que la app de Caleb suba fotos a la red social desde el ordenador? ¿Le amenaza porque la apps usa los nombres de usuario y contraseña de los usuarios para subir las fotos?

Caleb ganó unos cuantos miles de dólares hace unos meses vendiendo una guía del juego Temple Run, pero también fue obligado a retirarla. Se queja de que, como adolescente que es, intenta aprender leyes e investigar sobre lo que puede o no hacer, pero las propias compañías no comunican sus exigencias, o sus razones, cuando le piden que retire sus proyectos.

De momento no piensa retirar su app Uploader for Instagram de la App Store, hasta que Instagram le de una explicación de por qué debe hacerlo. Veremos cuánto tiempo tarda en dar señales de vida la compañía... o sus abogados...

[Fuente: Ars Technica]