Guía y consejos para comprar un objetivo para tu cámara réflex
Juan Carballo

Si ya has amortizado el 18-55mm y estás buscando nuevas experiencias fotográficas, te ofrecemos consejos para comprar un objetivo para tu cámara réflex sin arruinarte en el intento.
Para acertar en tu elección, a la hora de comprar un objetivo para tu cámara réflex tienes que tener en cuenta una serie de factores. Se trata de una de las decisiones más importantes que debe tomar un fotógrafo, ya sea profesional o aficionado, por lo que no debes tomarla a la ligera.
Por este motivo, antes de lanzarte a recorrer las tiendas físicas o analizar a fondo los catálogos de objetivos de las tiendas online, hay una serie de aspectos que tienes que tener claros, entre ellos cuáles son tus necesidades o qué uso le vas a dar, así como las características técnicas de la cámara.
En primer lugar, estar bien informado es crucial para no tomar una decisión equivocada. Apresurarse a la hora de comprar un objetivo puede tener consecuencias muy desagradables para nuestra cuenta corriente. La lente tiene que estar en sintonía con el tipo de réflex en la que se montará. Por ello, ¿qué tipo de cámara tenemos? ¿De principiante o profesional? ¿Es compatible?
El mercado de la fotografía está enfocado a tres tipos de usuarios distintos: principiante, aficionado y profesional. Las cámaras de fotos para principiantes, como la Nikon D5300 o la Canon EOS 1300D, suelen tener un precio por debajo o rondando los 500 euros y sus especificaciones técnicas y materiales son más modestas que los de otros modelos. La principal diferencia que encontramos entre las cámaras para aficionados (rondan los 1.000 euros) y para profesionales (por encima de los 1.000 euros) tienen que ver con las prestaciones extra que necesita un fotógrafo: más batería, conexión WiFi, cuerpo sellado…
Teniendo esto en cuenta, a la hora de comprar un objetivo para la cámara réflex hay que seguir esta misma lógica. Invertir una cuantiosa suma de dinero en una óptica que no se corresponde con nuestro tipo de réflex no es nada recomendable, y por este motivo hay que tener muy claro cuál va a ser el uso que le vamos a dar al objetivo. La mayoría de cámaras se venden en un pack junto a un 18-55 mm y, aunque versátil, puede no ser suficiente.

A grandes rasgos, hay seis tipos de objetivos: de lente fija, normal, el teleobjetivo, el gran angular, el macro y ojo de pez. A continuación vamos a repasar las características de cada uno de ellos.
Índice de contenido:
- Objetivo de lente fija
- Objetivo normal
- Teleobjetivo
- Objetivo gran angular
- Objetivo macro
- Objetivo ojo de pez
- La importancia del estabilizador de imagen
- No seas tacaño
Objetivo de lente fija
En este tipo de objetivos, la característica esencial es la apertura y la luminosidad, por lo que la distancia focal queda en un segundo plano. Estamos hablando de objetivos con apertura máxima de f/1.2. Además de reducir las aberraciones, este tipo de objetivos nos permiten hacer fotografías con mucha luz, por ejemplo realizar fotografía en interiores, con luz natural, sin flash, lo que nos dará unas imágenes nítidas y con colores más naturales.
Gracias a estos objetivos luminosos, podrás conseguir el tan deseado efecto Bokeh. Esta técnica no es ni más ni menos que el efecto óptico mediante el cual enfocamos bien al sujeto y dejamos el resto de los elementos, tanto delante como detrás de él, desenfocados.
A la hora de apostar por un objetivo de lente fija, conseguirás reducir la horquilla de precios pero en el lado opuesto, limitarás la versatilidad de la cámara.
Objetivo normal
El objetivo normal o 18-55mm es el más común y ofrece una imagen muy similar a la del ojo humano. Suelen tener ópticas muy luminosas con una apertura del diafragma muy generosa. No distorsiona las líneas del horizonte, como sí que hace el ojo de pez o el gran angular, y sirve de “todoterreno”, es decir, puede capturar tanto retratos como paisajes.
Teleobjetivo
El teleobjetivo o 55-200mm es muy útil para hacer fotografías en la distancia. Es una parte imprescindible del equipo de los fotógrafos especializados en naturaleza y deporte.
Aunque este tipo de objetivo permite obtener capturas de sujetos que están bastante lejos, presenta ciertos inconvenientes que hay que tener en cuenta. Para que el teleobjetivo esté a la altura de las circunstancias es importante que sea muy luminoso, de lo contrario nos encontraremos con imágenes movidas. Sin embargo, uno de estos objetivos con una buena apertura (f4 por ejemplo) exige desembolsar bastante dinero.

Objetivo gran angular
El gran angular suele tener una distancia focal entre 12 y 20 mm y permite capturar fotografías con un encuadre mucho más amplio que el de los objetivos normales. Es apropiado para los paisajes, aunque en ocasiones puede llegar a distorsionar la imagen y curvar las líneas del horizonte como un ojo de pez.
Objetivo macro
Por último, el objetivo macro se utiliza para fotografiar sujetos a muy poca distancia, por ejemplo una flor o un insecto. Donde el 18-55mm o el gran angular no logran enfocar, el macro permite al fotógrafo obtener espectaculares imágenes llenas de detalles y texturas. Su uso es muy específico pero, depende del tipo de fotógrafo, es también muy necesario.

Objetivo ojo de pez
Son los objetivos con el mayor ángulo de visión, alcanzan los 180º o más, y su distancia focal suele estar entre los 6 y los 16mm. Como particularidad decir que tienen la lente curva, adoptando una forma semiesférica que hará que no podamos añadirle ningún filtro si no es con un anillo adaptador.
Podemos encontrar dos tipos de ojos de pez: los que van a cubrir toda la superficie del sensor, con los que obtendremos una imagen rectangular; y por otro lado están los que nos forman una imagen circular cubriendo un ángulo superior a los 200º, en la que podemos apreciar un viñeteo o marco negro rodeando la imagen.
Con este tipo de lentes podrás reducir la distancia focal para introducir en tu composición el mayor número de objetos y terreno y la profundidad de campo va a ser mucho mayor, lo que le aporta a tus fotografías una halo de inmensidad.
La importancia del estabilizador de imagen
Podemos decir que en el mercado existen dos tipos de cámaras: aquellas que tienen estabilizador de imagen integrado en el cuerpo, o las que lo incluyen en el objetivo. En ambos casos, la finalidad de contar con este elemento es la misma: reducir las vibraciones en las fotografías cuando se producen movimientos indeseados.
El estabilizador de imagen en Nikon se llama VR y en Canon se le conoce bajo las siglas IS. En sus especificaciones indican que se puede disparar hasta 4-5 pasos más lentos de obturación, es decir, disparar a una velocidad más lenta que es adecuada para situaciones con poca luz o en las que no se puede usar el flash.
Antes de comprar un objetivo te recomiendo encarecidamente que consideres la posibilidad de comprarlo con estabilizador de imagen, especialmente para objetivos de una larga distancia focal (200 ó 300mm).
No seas tacaño
Vistos los principales tipos de objetivos y sus funciones, ¿qué más tenemos que tener en cuenta? Más allá de las necesidades específicas de cada fotógrafo solo nos quedan recordar algunas generalidades.
Aunque los precios de los objetivos superan en algunos casos al de la propia cámara réflex no hay que pecar de tacaños. A veces optar por un objetivo de marca blanca nos acaba forzando a comprar uno con “pedigree” unos meses después. Son caros, sí, pero las opciones baratas tienen consecuencias como el viñeteado o las aberraciones cromáticas.
Puestos a invertir dinero, lo mejor es estudiar bien los catálogos de fotografía. Ante la duda, el mejor objetivo es el más luminoso. Cuanto mayor sea la apertura, es decir, cuanto más pequeño sea el número que acompaña a la “f” más luminosa será la óptica y mejores resultados obtendremos. Por ejemplo, entre F1.4 y F1.8 mejor decidirse por el primero. En otras palabras: cuanta más luz llegue al sensor menos ruido y desenfoques padeceremos.
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