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Este cambio en la retina podría ser un signo oculto de alzhéimer

Andrea Núñez-Torrón Stock

Ojos, gafas, fatiga

Getty

Los signos ocultos de la enfermedad neurodegenerativa del alzhéimer pueden aparecer décadas antes de la aparición de los primeros síntomas. Un nuevo estudio publicado en JAMA Ophthalmology sugiere que el adelgazamiento de la retina en la mediana edad es un indicador del estado de salud del cerebro. 

Los primeros síntomas de alzhéimer son el deterioro de la memoria, la confusión con los lugares o el paso del tiempo, la dificultad para completar tareas o la dificultad de concentración. Sin embargo, podría haber signos ocultos de la enfermedad que aparezcan muchos años antes de que estalle.

Según la definición de Mayo Clinic, el alzhéimer se trata de un trastorno neurológico progresivo que hace que el cerebro se encoja y que las neuronas cerebrales mueran. En la fase más avanzada, las complicaciones derivadas de la pérdida grave de la función cerebral, como la deshidratación, la malnutrición o la infección, causan la muerte.

Una nueva investigación publicada en JAMA Ophthalmology apunta a que el adelgazamiento de la retina de una persona en la mediana edad está relacionado con el rendimiento cognitivo en su vida temprana y adulta. Dicho de otro modo, esta parte del ojo constituye un importante indicador de salud cerebral.

Aunque es muy pronto para cantar victoria en relación al descubrimiento, este podría ser la base para una futura prueba ocular que pueda predecir esta forma de demencia y otras afecciones en etapa preclínica, cuando todavía existe oportunidad de intervención, informaScience Alert.

Una buena parte de los pacientes de alzhéimer padecen discapacidad visual, lo cual acrecenta su confusión mental, retraimiento social y desorientación.

El nuevo estudio se suma al cuerpo de evidencias científicas que apuntan a los ojos como medidores de la salud cerebral. Más de 10 años atrás hallaron proteínas beta amiloides, el sello distintivo de la enfermedad de Alzheimer, en las retinas de afectados por el trastorno. 

Además, otros estudios posteriores de imágenes oculares revelaron que las personas con demencia también tenían retinas más delgadas. Por otra parte, una investigación de 2018 halló potentes vínculos entre el alzhéimer y enfermedades comunes de los ojos, como el glaucoma y la degeneración macular.

Para la nueva investigación los científicos, dirigidos por la investigadora en salud Ashleigh Barrett-Young de la Universidad de Otago en Nueva Zelanda, emplearon datos del Estudio Dunedin de larga duración, que ha hecho un seguimiento a lo largo del tiempo de 1.000 bebés nacidos a principios de la década de 1970 en un hospital neozelandés. 

5 décadas más tarde se seleccionó del experimento a un segmento de 865 adultos a los que se les habían realizado escáneres oculares a los 45 años, junto con una batería de pruebas neuropsicológicas en la edad adulta y la primera infancia. 

En las pruebas se midió el grosor de dos partes distintas de la retina: capas de fibras nerviosas retinales y capas de células ganglionares.

Las personas con retinas más delgadas tuvieron un puntaje más bajo en las pruebas cognitivas

La investigación mostró que los participantes en el estudio con capas más delgadas en la retina mostraban un peor desempeño en las pruebas de rendimiento cognitivo, tanto en la infancia como en la mediana edad.

No obstante, no se pudo encontrar la asociación entre el adelgazamiento de esta parte del ojo y la peor función cerebral entre la niñez y la edad adulta. No se sabe si la disminución de la velocidad de procesamiento cognitivo es un síntoma del envejecimiento o un signo relacionado con el alzhéimer y otros tipos de demencia. 

"Los hallazgos sugieren que el grosor de la retina podría ser un indicador de la salud general del cerebro", dice Barrett-Young, autora al frente del estudio. 

Aunque todavía queda mucha investigación por delante, análisis previos estimaron que la pérdida de grosor en la retina puede preceder al deterioro cognitivo y al diagnóstico de demencia. Lo que hay que determinar es el orden de los eventos, a fin de averiguar si este cambio en el ojo es síntoma o reflejo del envejecimiento u otros factores del estilo de vida. 

De confirmarse como biomarcador del cambio cognitivo, el adelgazamiento de retina podría medirse en pruebas oculares menos costosas y más sencillas que los escáneres cerebrales. 

"La inteligencia artificial podría usarse para una tomografía de coherencia óptica típica, realizada por un optometrista, y combinarla con otros datos de salud para determinar su riesgo probable de desarrollar alzhéimer", explica Barrett-Young. 

Este artículo fue publicado en Business Insider España por Andrea Núñez-Torrón Stock.

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