Los laberintos son lugares especiales. Hemos podido ver películas que se han desarrollado en uno, como Dentro del laberinto, o en las que han situado alguna de las escenas cúlmenes en él (El resplandor), pero desde la época clásica han fascinado a las personas, ahí tenemos el Laberinto de Creta de la mitología griega de ejemplo. Hoy día siguen existiendo, aunque son poco habituales.

Si quieres adentrarte en un laberinto, quizá prefieras empezar a lo grande con el que se considera el laberinto más grande del mundo: Labirinto della Masone. Esta construido en Parma y también es conocido como el de Franco María Ricci.

Este laberinto situado en la localidad Fontanellato fue creado por el arquitecto Franco Maria Ricci y es un bello cuadrado de ocho hectáreas de superficie, sobre 80.000 m2. Pero no es una construcción de cemento, sino un paraje muy agradable en el que puede ser relajante perderse una rato.

El laberinto más grande del mundo está formado por más de 200.000 plantas de bambú que llegan a alcanzar los 15 metros de altura que cubren de verde los 3 kilómetros que se pueden recorrer. Aquí se puede ver una maqueta de la planta.

En El Mundo recogen las opiniones del arquitecto sobre el gran proyecto: "Cuando se levantó su laberinto, que era una prisión, Minos tenía intenciones crueles; yo imaginé un equivalente endulzado, que fuese un jardín donde la gente pudiese pasear, perdiéndose de vez en cuando, sin correr peligros".

De todas formas, hay que reconocer que se necesita cierto valor antes de aventurarse en el laberinto. Si entrar en uno puede ser inquietante, hacerlo en el más grande del mundo debe causar cierto temor.