Se habla mucho de él, pero lo cierto es que pocos (si es que existe alguien) lo han visto. El caso es que todo apunta a que el nuevo Tesla Model 2, el eléctrico que será la llave de entrada de la marca americana al mercado masivo, está calentando motores para salir (perdón por el chiste).

Por el momento el nombre de Model 2 no está confirmado y algunos rumores aseguran que se podría llamar Model C (por lo del Compact). Lo que sí se sabe es que se va a diseñar y fabricar en China para todo el mundo, y de hecho la marca ha estado buscando diferentes perfiles para trabajar en su eléctrico más barato.

Barato con todas sus letras, ya que, según aseguró el propio Elon Musk ha asegurado, el objetivo es que sea un coche de 25.000 dólares para hacerse con parte del pastel del jugoso segmento de los compactos eléctricos.

Y es que, aunque el Nissan Leaf vivió durante años cómodamente en su mundo, hoy en día llega una ofensiva poderosa: Renault Mégane E-Tech, Opel Astra-e, Peugeot e-308... Y, claro, el Volkswagen ID.3.

En Tesla, como es habitual, no comentan nada acerca de este modelo, lo que llama la atención, ya que otros como el Tesla Semi, el Cybertruck o el Roadster llevan años apareciendo esporádicamente sin que acaben de materializarse.

Sin embargo, parece que el Tesla Model 2 va en serio. El propio Musk se puso como objetivo que apareciera en 2023 dotado del nuevo software de conducción autónoma que le permitiría alcanzar un nivel 4 o incluso 5. Para aclararnos, son niveles en los que no sería necesario un volante...

Esto parece más ciencia ficción que realidad, aunque lo que sí es prácticamente seguro es que estrene las nuevas baterías (lo afirmó el propio Musk en 2020) en las que está trabajando la marca junto a BYD. Gracias a una mayor densidad energética, ocuparán menos espacio (en torno a un tercio menos) y ofrecerán una autonomía de entre 250 y 350 km, que es lo que se estila en el segmento.

Este artículo fue publicado en Autobild por Luis Guisado.