Después de un año de pruebas los drones de la DGT ya son capaces de poner multas si te pillan realizando una infracción al volante, pero ¿qué clase de multas pueden poner estos dispositivos?

Este método de control y vigilancia de las carreteras desde el aire lleva tiempo funcionando en otros países, aunque no es perfecto y desde hace una semana ha comenzado su andadura en nuestro país. De manera paulatina irán abarcando más capacidades y poniendo más tipos de multas, aunque por el momento estás sean muy escasas. 

Por ahora, estos dispositivos se dedicarán a infracciones como no llevar el cinturón puesto, no realizar un STOP correctamente, un adelantamiento peligroso y otro gran número de errores que cometemos conduciendo y que sólo requieren de una cámara de gran resolución para ser registrados desde el aire. 

Ya sabemos alguna de las carreteras donde están multando los drones de la DGT

Sin embargo, las multas en referencia a la velocidad de los vehículos aún seguirán siendo tarea exclusiva de los radares. En este aspecto los drones aún cometen fallos para determinar la velocidad a la que circula un coche o una moto, pero sin lugar a dudas, conseguir esta función es uno de los objetivos de la DGT, por lo que en los próximos años podrían dar la noticia de que los drones comienzan a multar por exceso de velocidad. 

La altitud máxima a la que pueden volar estos dispositivos es de 120 metros de altura y cuentan con una autonomía de 20 minutos de vuelo, lo que les permite cubrir un radio de 500 metros para registrar con su cámara las pruebas que justifiquen multar a un conductor por una infracción. 

De esta manera la DGT cubre todas esas zonas en las que una cámara fija no puede llegar y prevenir accidentes disuadiendo a los conductores de realizar maniobras peligrosas que serán grabadas por el dron y utilizadas para abrir un expediente a ese vehículo.

Estos drones serán más difíciles de detectar y no se podrá avisar de su presencia como sí pasa con los radares en algunas aplicaciones de navegación. De todas formas aún cuentan con una reducida capacidad de maniobra y no pueden operar de forma autónoma por lo que requieren de un operario que los dirija desde tierra.