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Toyota importa tecnología de sus coches de competición para los híbridos

Alfredo Rueda

Toyota Gazoo Racing Experience
Axel Springer España

Hoy en día, Toyota aprovecha la tecnología del prototipo híbrido con el que Toyota Gazoo Racing compite en el Campeonato Mundial de Resistencia -World Endurance Championship (WEC)- y los modelos de la gama híbrida de Toyota.

Sin embargo, la transferencia tecnológica arrancó justo al revés, llevando la tecnología híbrida eléctrica de la gama de modelos disponibles a la competición en 2007, con el Toyota Supra HV-R, que además logró un histórico triunfo en las 24 horas de Tokachi: fue el primer híbrido en ganar una carrera a nivel internacional. Aquella victoria fue la semilla del proyecto de Toyota y su tecnología híbrida en competición, materializado a partir de 2012 con la participación en el WEC a partir de entonces.

Grandes similitudes

Los modelos que forman parte de la gama híbrida de Toyota, hasta nueve actualmente en el mercado español, entre los que destaca el Toyota Camry, el Toyota Prius, el Toyota RAV4 y, por supuesto, el Toyota C-HR, son conceptualmente muy parecidos a los dos prototipos Toyota TS050 HYBRID con los que Toyota Gazoo Racing compite en el WEC.

La tecnología de los híbridos de calle y competición es muy similar, ya que, en concepto, el funcionamiento del sistema de propulsión híbrido, la gestión de la energía eléctrica y la frenada regenerativa, así como la aerodinámica o el trabajo para lograr la máxima reducción de peso es común.

Así, el Toyota Hybrid System (THS) que montan, en diferentes versiones y potencias, los diferentes modelos de la marca japonesa, tiene un esquema idéntico al del TS050 HYBRID del WEC: propulsor de gasolina asociado a uno o varios motores eléctricos, que se alimentan de la energía almacenada en una batería.

En ese punto entra en juego otra de las tecnologías en común, el sistema de gestión de la energía eléctrica, que permite a los híbridos de Toyota circular hasta más de un 80% del tiempo en modo cero emisiones.

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La regeneración de energía es otro de los aspectos que comparten los híbridos Toyota, de calle y de competición, porque todos recargan la batería eléctrica en deceleraciones y frenadas, al igual que la aerodinámica, clave para obtener la máxima eficiencia gracias al menor coeficiente aerodinámico (Cx).

La reducción de peso en todos se logra con el empleo de materiales ligeros en su fabricación. La competición también sirve para testar la resistencia de componentes y piezas durante largos periodos de tiempo en condiciones extremas, aplicándose mejoras en los modelos destinados al público.

Además, la conexión entre la calle y la competición se hace evidente en los equipos de trabajo, ya que parte de la estructura del equipo de competición en el WEC va rotando, con ingenieros que tras acumular una gran experiencia desarrollando el TS050 HYBRID llevan todo lo aprendido en competición a los centros de investigación y desarrollo para vehículos comerciales de Toyota. Y, de eso, salimos beneficiados todos…

Este artículo fue publicado en Autobild por Alfredo Rueda.

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