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El Internet de las Cosas: llegan los objetos inteligentes

Noelia Hernández

Internet de las Cosas
¿Qué es el Internet de las Cosas? Un concepto que engloba tantas tecnologías es difícil de definir en pocas palabras, así que hemos buscado ejemplos aplicados a la vida real para tratar de entender de forma práctica cómo será ese mundo de objetos inteligentes interconectados entre sí. 

Imagina que vas al supermercado y dejas tranquilamente el coche en el aparcamiento. Pero mientras estás haciendo la compra, alguien le da un golpe.

Automáticamente tu vehículo, que se ha vuelto “inteligente”, evalúa los daños sufridos y envía un informe a tu empresa de seguros. A continuación, ésta se pone en contacto contigo llamándote al móvil para notificarte la incidencia, y fijar una fecha y hora para recogerlo y que lo vea un perito.

Al mismo tiempo, la aseguradora establece contacto con las cámaras de seguridad del aparcamiento e identifica, a través del reconocimiento de matrícula, al conductor que provocó el choque. Y todo esto, sin que tú hayas tenido que mover un dedo ni dejar de hacer la compra.

¿Estamos preparados?

Con este sencillo ejemplo, Marta Muñoz, directora de investigación de Telecomunicaciones del equipo de IDC, nos explica en qué consistirá exactamente el llamado Internet de las Cosas, o IoT (en sus siglas en inglés, Internet of the Things). Una tendencia que, a priori, puede parecer que venía arrastrándose desde hace tiempo, pero que no es así. 

Una de sus ventajas es que cualquier sector puede beneficiarse de estas tecnologías, siempre que haya unos dispositivos, redes, capacidad de análisis de datos en tiempo real y procesos que establezcan claramente los pasos a seguir, y que hasta ahora no existían.

Esta consultora prevé que para el año 2020 el Internet de las Cosas generará unos ingresos de 7 billones de dólares a nivel mundial. Para entonces, habrá 200 mil millones de cosas y dispositivos conectados a redes presentes en cualquier ámbito de nuestra vida.

Thingful

Para cumplir con estas expectativas hay empresas, como Intel, que llevan tiempo trabajando para acelerar su adopción. “Nuestro departamento de desarrollo, junto con la antropóloga que estudia la relación de los humanos con la tecnología, ya anticiparon esta nueva tendencia”, nos cuenta el director de innovación y soluciones de Intel, Jorge Lang.

Y aquí es donde Intel está enfocando sus esfuerzos, en impulsar proyectos que ayuden a conectar los miles de millones de dispositivos existentes en Internet desarrollando, entre otros, procesadores de bajo consumo y servidores que permitan transformar los datos a gran escala en información útil.

 “A medida que tengamos más objetos conectados, nos enfrentaremos al análisis de los enormes volúmenes de datos que generarán, y tendremos que saber cómo extraer su valor en tiempo real para ayudar a y generar más negocio y, en consecuencia, ofrecer más oportunidades para las personas y los sectores de la sociedad”. 

Y no es el único desafío al que habrá que hacer frente. Todavía faltaría la prueba final: ¿estamos los usuarios preparados para utilizar toda esta tecnología a diario? El IoT lo que busca es que apenas nos demos cuenta de lo que hacemos, que sean procesos automatizados y totalmente transparentes.

“Un factor esencial de su éxito o fracaso es la facilidad de manejo que tenga para el usuario final y las ventajas palpables que éste pueda ver de forma inmediata”, recalca Marta Muñoz. Y aquí es, precisamente, dónde está la clave.

“Wearables”: lo más novedoso

En los últimos meses la mayor novedad del IoT son los dispositivos conectados de uso personal, como smartwatches, gafas de realidad aumentada y prendas tecnológicas, más conocidas como “wearables”. Todos ellos tienen en común que el usuario los lleva encima, y les ofrecen información en tiempo real en función de su actividad.

Es en el ámbito de la salud donde dieron sus primeros pasos, sobre todo para medir la actividad física, aunque es ahora cuando su uso se está popularizando y, según ABI Research, en el año 2016 se venderán 80 millones de dispositivos de este tipo. La mayoría de ellos tienen en común que necesitan de un smartphone para poder controlarlos y, cómo no podía ser menos, Google no quiere dejar pasar estar oportunidad.

A la expectación por la llegada al mercado de sus Google Glass, ahora se une la presentación de Android Wear en la última conferencia para desarrolladores de la compañía. Una versión de su plataforma para dispositivos móviles orientada, de momento, a los smartwatches, pero para la que no se descartan otros dispositivos en un futuro todavía indeterminado.

“Es una visión del futuro en la que aquellos que deseen estar conectados de una forma semi permanente podrán, en teoría, hacerlo. No es algo que se vaya a hacer realidad en los próximos tres años, sino que estaría hablando de muy largo plazo”, considera la analista de IDC, que señala que ahora mismo existen limitaciones para su implantación, como el acceso a Internet en cualquier lugar o la cobertura de datos

Google Glass
Gafas de realidad aumentadaGoogle lanzó su prototipo, las Google Glass, en 2013 y se espera que llegue al mercado en 2014 con un precio de unos 1.100 euros.
Polar
Salud personalEn 2013 ya hubo una explosión de las ventas de dispositivos para monitorizar variables de salud. Está previsto que se mantenta el ritmo hata alcanzar los 18 millones de unidades en 2016.
Ropa
La ropa como sensorEmpresas como Nike o Rest Devices, entre otras, ya empiezan a incluir sensores en la ropa para monitorizar algunas de nuestras actividades.
Samrtwatch
SmartwatchLos de Sony o Qualcomm hicieron su aparición a finales del año pasado. LG y Samsung acaban de lanzar sus modelos con Android Wear, y la propuesta de Apple se espera para los próximos meses.
Smartphone
SmartphoneSe convierte en el centro de control de todas estas prendas tecnológica, aunque es necesario que cuente con las últimas versiones de los sistemas operativos. 

Por lo que hemos visto, Android Wear se ajusta al concepto del IoT: automatiza tareas que requieren cero o muy poca atención del usuario, y hace un uso intensivo de los comandos de voz. Sólo tienes que decir “Ok Google” para preguntar o hacer cosas. También te avisará cuando sea la hora de salir a una cita, podrás llamar al taxi para que te lleve al restaurante, ver cómo está el tráfico y mandar un mensaje a un amigo cuando hayas llegado.

Por supuesto, está estrechamente integrado con los servicios de Google, sobre todo con Google Now, y usa la información que recopila sobre el usuario para saber qué es lo que le interesa y cuándo, para proporcionarle resultados deportivos, actualizaciones meteorológicas, de noticias, de sitios web, tarjetas de embarque… y todo en su smartphone.

Unos datos que son perfectos para llevar en la muñeca. De momento, son tres los smartwatches que llevarán Android Wear: LG G Watch y Samsung Gear Live ya están a la venta por 199 € y,  Motorola Moto 360, que estará disponible en los próximos meses.

El papel de los desarrolladores

El potencial de Android Wear está en lo que los desarrolladores de software sean capaces de ofrecer a los usuarios. Una de las empresas que ya está trabajando en ello es Intelygenz. Figura entre los 2.000 elegidos que Google aceptó para participar en su programa Google Glass, y todos los proyectos que desarrolla están ligados al concepto del Internet de las Cosas.

Aunque ellos dan un salto más y, según nos cuenta su cofundador, Fréderic Alluin, prefiere referirse a él como el Internet de Todas las Cosas: “básicamente porque dentro de poco todo estará conectado. Los objetos cotidianos y también los hábitos de las personas –si duermo bien, mi salud…–, y cada uno de esos datos estarán almacenados, procesados y utilizados para mejorar nuestras vidas que, al fin y al cabo, es el objetivo final”.

"El Internet de todas las Cosas es seguir viviendo como hasta ahora, pero con una vida más sencilla e interesante"

Alluins considera que “el valor añadido de este IoE (Internet of the Everything) es la parte del software, cómo interconectamos todos estos actores, qué algoritmos utilizamos, cómo podemos mejorar nuestras arquitecturas para hacer que ese flujo masivo de datos se pueda utilizar de manera eficiente y en tiempo real”.

Un ejemplo es la aplicación que han desarrollado en Inteygenz para la empresa de seguridad Prosegur con la que sus empleados, equipados con un reloj inteligente, podrán conectar y desconectar una alarma, así como recibir fotografías del interior del domicilio en el que se ha registrado una incidencia.

El desarrollo de objetos inteligentes abre la vía a nuevas experiencias y formas de utilizar la tecnología en el día a día. Es seguir viviendo como hasta ahora, pero con un acceso casi permanente a una información que nos puede hacer la vida más sencilla e interesante”.

También en casa

AVM Fritz

Por supuesto, el hogar también entra dentro de esas intenciones de hacernos la vida más fácil. Para seguir la pista a estas tendencias sólo hay que estar pendiente de los pasos del omnipresente Google. Algo se mueve en el sector de los electrodomésticos “inteligentes” cuando este gigante tecnológico decide que ha llegado el momento de entrar en el negocio de la Smart Home.

A principios de año comunicaba la compra de Nest Labs, un fabricante de termostatos y alarmas de humo al frente del cual está uno de los creadores del iPod, Tony Fadell. El acuerdo supuso un desembolso de 3.200 millones de dólares (unos 2.300 millones de euros), y es la mayor adquisición de los de Mountain View después de la compra de Motorola en 2012 -de la que se ha deshecho después de quedarse con sus patentes-. Lo que haga a partir de aquí es todo un misterio.

Lo que sí hizo Google es aprovechar la mencionada conferencia de desarrolladores para recordarnos que hace un año lanzó –con escaso éxito– Chromecast, “un dispositivo pequeño y económico, que te permite transmitir vídeos, música o cualquier otra cosa de Internet a tu televisor”, y que durante 2014 estará disponible Android TV.

Pero la clave de una casa “inteligente”, de una casa del Internet de las Cosas, no está en lo que podamos hacer con nuestro televisor, sino en lo que la tecnología es capaz de hacer por nosotros estando fuera de casa. Se espera que los fabricantes aprovechen la celebración en septiembre de IFA, feria anual dedicada a la electrónica de consumo, para contarnos cuáles son sus intenciones en este sentido.

LG Home
LG Home ChatEsta aplicación utiliza la tecnología LINE para que puedas controlar todos los electrodomésticos e, incluso, programar pautas concretas para todos ellos con una sola orden. No disponible.
Cafetera
Saeco GranBaristo AvantixYa no hace falta que esperes para tomarte un café, esta cafetera sabe cuáles son tus preferencias y sólo necesita que se lo pidas. No disponible en España.
Samsung prestige
Samsung Triangle Desing H7000La serie H de Samsung dispone de la función Smart WiFi, con la que el sistema puede ser controlado desde un dispositivo móvil, tanto dentro como fuera de casa. Precio: 819 €
PHilips Hue
Philips HueEstas bombillas con iluminación LED se controlan con una aplicación que permite elegir el color e intensidad de la luz y el momento en el que quieres que se enciendan, aunque no estés en casa. Precio: 199,95 € (paquete de inicio)
Nest
Nest TermostatoSe puede controlar desde un smartphone y programar la temperatura a la que queremos que esté nuestra casa cuando lleguemos del trabajo, o apagarlo mientras estemos de vacaciones. No disponible en España.

Philips, por ejemplo, tiene claro que este es el camino hacia el que vamos, y por eso no tendremos que esperar mucho para que sea habitual utilizar aplicaciones que mejoren nuestra relación con nuestro robot de cocina, la afeitadora o, incluso, el cepillo de dientes. El año pasado ya lanzó al mercado europeo la cafetera Saeco GranBaristo Avanti, que se conecta a Internet y, a través de una app, permite configurar el café a tu gusto y enviárselo a la máquina para que lo prepare, aunque todavía no está disponible en España.

Es lo que ellos mismos denominan “Appcesorios”: dispositivos que funcionan con una app y se controlan desde un móvil o tablet. Como también lo son sus monitores de vigilancia In.Sight, que mandan alertas a tu smartphone si detectan movimiento o ruido en casa mientras no estás.

LG, por su parte, ya presentó a principios de este año HomeChat, para “hablar” con tus electrodomésticos a través de la aplicación de mensajería LINE y darles indicaciones. Así sabrán que si te vas de vacaciones, el frigorífico debe activar su modo de ahorro de energía y el robot aspirador limpiar un par de veces a la semana en lugar de todos los días.

Y no estamos hablando de domótica: “Internet permite dar un paso más allá en los sistemas de automatización de las viviendas. Sirve como canal de comunicación entre los usuarios y los sistemas que tenemos en un hogar”, puntualiza el director de marketing de LG España, José María Zamora. “No va a ser un cambio brusco, que ocurra de la noche a la mañana, más bien veremos cómo se introducen novedades de manera progresiva y los usuarios accederán a ellas sin problemas”.

Internet sobre cuatro ruedas

Aunque desde IAB Spain lo ven de otra forma. Esta empresa dedicada a la investigación de mercados, y que en septiembre tiene previsto poner en marcha una comisión dedicada en exclusiva al Internet de las Cosas, cree que los usuarios van por delante, ellos son los que marcan el camino y son las empresas las que deben identificar cómo generar valor añadido para satisfacer sus demandas.

No se trata de una lucha entre el mundo digital y el offline, sino de entender que el siglo XXI es un mundo híbrido que aprovecha las ventajas de ambos entornos y elimina sus desventajas”, considera Javier Clarke, Mobile & New Media Manager de IAB Spain. “El Internet de las Cosas llega de la mano de la sociedad digital. Es el momento de transformar todos los procesos de todos los mercados de todas las industrias”.

En respuesta a esto, hace unos días presentaron el ‘Primer Estudio de Coches Conectados’ después de detectar que “Los usuarios prefieren tener Internet en el coche antes que en relojes, gafas o frigorífico”, según explica Clarke, que considera que con estas nuevas tecnologías estamos aún en la fase embrionaria.

Pone como ejemplo el mercado aún incipiente del coche conectado: “En el informe analizamos 21 modelos de 15 fabricantes, y podemos concluir que aunque ya hay coches con Internet, no existe mercado en torno a él. Es un sector hiperfragmentado (cada fabricante hace la guerra por su cuenta), no hay estándares (de formatos, de medición, de comercialización), no hay siquiera consenso en si las pantallas distraen o no al conductor”.

Para empezar, a día de hoy, hay cuatro sistemas operativos desarrollados, pero no disponibles: Android Auto, de Google; Car Play, de Apple; Mirror Link, de Nokia; y Windows in car, de Microsoft. Lo que sí han detectado es una mayor apuesta por la voz como sistema de comunicación con el vehículo, dejando de lado las grandes pantallas y las funciones táctiles.

Todo parece indicar que no está lejos el día en el que puedas irte a hacer la compra después de dejar el coche bien aparcado. Él sabrá cuidarse solo.  

Coche
Android AutoEs el sistema al que previsiblemente se unirán la mayor parte de los fabricantes. El conductor usará Google Now para manejarlo e incluirá todos los servicios de Google.
Car play
Car PlayYa son 29 los fabricantes que han confirmado que lo incorporarán a sus modelos. Sólo para usuarios de iPhone, se controlará con la función de voz Siri o en la pantalla táctil.
Mirror
Mirror LinkEs el estándar el que está trabajando el Consoricio del Coche Conectado para que se convierta en referencia. El desarrollo corre a cargo de Nokia.
Windows
Windows in the CarBasado en la tecnología Mirror Link, su base es Windows 8 y, según las primeras noticias, parece que se utilizará recurriendo a una pantalla táctil. 

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