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El peligro que las tormentas solares suponen para nuestro planeta

Alicia Ruiz Fernández

Tormenta solar

Las tormentas solares son un fenómeno que se da en la superficie del sol pero que pueden ser de especial gravedad para nuestro planeta en numerosas ocasiones. Varios científicos advierten de que una tormenta del Sol podría causar que las comunicaciones en la tierra se cortaran y ello supondría un gran daño económico.

Las  tormentas solares ya se registraron en el año 1972, cuando varias minas marinas situadas en la costa de Vietnam explotaron sin un motivo concreto; hace poco se averiguó que en realidad estas misteriosas explosiones se habían debido a las tormentas solares, las cuales se alteran el campo magnético de la Tierra y pueden causar estas catástrofes.

Pero actualmente los daños podrían ser incluso peores, al menos en el ámbito económico, ya que podrían hacer que las tecnologías dejaran de funcionar, incluyendo desde los satélites hasta las redes de electricidad. Por eso estos fenómenos que ocurren a millones de kilómetros de nuestro planeta son importantes y debemos considerarlos y estudiarlos.

Una tormenta solar de 1967 casi inicia una guerra nuclear

El Sol es una estrella compuesta por hidrógeno electrificado que reacciona en su masa hirviendo. Mientras el fluido se mueve, va acumulando energía en su campo magnético. La energía magnética que acumula se va liberando con fuertes destellos de luz que se llaman erupciones solares y con erupciones de materiales  y campos magnéticos que reciben el nombre de expulsiones de masa coronal o tormentas solares.

Así, las tormentas solares pueden tener una energía equivalente a 100.000 veces el arsenal nuclear de todo el mundo, aunque se extendería en un volumen mayor de espacio. Por  tanto el Sol se encuentra lanzando erupciones al espacio en todas las direcciones. Si una de las erupciones se dirige hacia la Tierra, con un campo magnético alineado opuesto al de la Tierra, los campos pueden unirse.

Cuando la tormenta solar pasa, parte del campo magnético de la Tierra se distorsiona, y cuando este se recupera, acelera las partículas electrificadas en dirección al planeta. Las partículas chocan con la atmósfera superior y la calientan, y producen que brille.

Descubren un segundo campo magnético que envuelve la Tierra

Los científicos afirman que es posible que se produzca uno de estos eventos extremos de clima espacial cada 100 años. Así, en 1859 se produjo el evento de Carrington, que fue la tormenta solar más extrema que se ha registrado a día de hoy, y que hizo que los sistemas de telégrafos se encendieran y que las luces del norte se vieran hasta en las Bahamas.

En la fecha actual numerosos satélites espaciales son extremadamente necesarios para la comunicación global, así como los aviones y otras tecnologías indispensables que pueden verse afectados por estas tormentas solares.

Aunque los meteorólogos pueden detectar cuándo una tormenta solar se dirige hacia la Tierra, y predecir su hora de llegada dentro de las seis horas anteriores, este tiempo es muy limitado para prepararse correctamente ante ellas, aunque la previsión reduciría considerablemente los costes en las economías mundiales.

Los climas espaciales aparecen en algunos países como Reino Unido en el registro de riesgos plausibles, junto con otros riesgos como pandemias de gripes o grandes inundaciones. Por ello es de suma importancia que haya suministros de alimentos, medicamentos y otros básicos en caso de emergencia.

Es decir, debemos tener muy en cuenta a las tormentas solares y lo dañinas que podrían ser para el planeta, y estar prevenidos para la próxima vez que una de ellas actúe sobre el campo magnético de la Tierra.

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