Llama a la policía porque hay un ladrón en casa, termina detenido en calzoncillos... y el ladrón era su Roomba

Los robots de limpieza se están convirtiendo en un miembro más de la familia. Pero a unos les cuesta más que a otros asimilar su presencia. Un hombre de Carolina del Norte llamó a la polícia porque oía golpes fuertes en la planta baja de la casa, de madrugada. Acabó detenido en calzoncillos, con cuatro cámaras de la policía grabándole. El ladrón resultó ser... su robot Roomba.
En defensa de Thomas, que es como se llama el asustadizo propietario de la casa, el Roomba era un regalo de Navidad, así que solo lo habían estado usando dos días y todavía no se habían acostumbrado a él.
Todo comenzó cuando Thomas y su mujer Elisa estaban viendo una película en la cama, a las 12:30 de la madrugada. Comenzaron a escuchar golpes fuertes en la planta baja, que se repetían cada poco tiempo. Thomas llamó a la polícia y sacó un arma de sus tiempos de militar, dispuesto a defender a su familia.
Su hijo de dos años dormía, sin enterarse de nada, en una habitación un poco más adelante. Estaba dispuesto a hacer cualquier cosa si alguien abría esa puerta.
Recordando su entretamiento militar trazó mentalmente las rutas que podrían tomar los ladrones, y se colocó para cubrir el paso y minimizar el riesgo.
La policía llegó en poco más de un minuto. Justo en ese momento Thomas había alterado las luces de la casa desde su móvil, a través de su altavoz Alexa, contribuyendo a la confusión. La policía llevó a donde estaba, y al verlo armado lo detuvieron. Estaba en calzoncillos y cuatro cámaras que llevaban los agentes en el pecho, lo estaban grabando en ropa interior. Otro golpe fuerte parecía indicar que el ladrón estaba poniéndose nervioso.
Tras registrar la planta baja, los agentes descubrieron que el ladrón era... el robot Roomba que habían recibido como regalo de Navidad.
Sin saber como (seguramente porque no lo habían programado bien), el Roomba se había puesto en marcha de madrugada. Se había metido debajo de las escaleras y se había quedado atascado. De vez en cuando intentaba liberarse, y esos eran los golpes que escuchaban. Al sonar en el interior de la escalera, se amplificaban por toda la casa.
Los policías se lo tomaron a broma y todo acabó bien. Le aseguraron que "esta situación es más común de lo que parece", y que otros compañeros también habían recibido llamadas de auxilio por culpa de roombas trasnochadores que asustan a los dueños de la casa.
La conclusión es sencilla: si compras un robot de limpieza, hay que leerse los manuales de instrucciones...
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