Dicen que las malas noticias nunca llegan solas y la racha que está sufriendo el bitcoin viene a demostrarlo. En las últimas semanas está recibiendo una serie de golpes que han provocado una importante pérdida en su valor, y como consecuencia también en el de otras criptomonedas, y ahora ha llegado otra noticia desde Irán que afecta a su producción.

En las últimas semanas hemos visto que Tesla dejó de permitir la compra de sus coches con bitcoins a causa del coste ambiental que tiene el minado de esa criptomoneda, después China le puso una serie de restricciones y ahora Irán ha prohibido durante cuatro meses el minado de criptomonedas a causa del consumo eléctrico que conlleva.

Reuters ha publicado esta noticia y para entenderla del todo hay que saber que la red eléctrica iraní es de las más baratas que existen al estar subvencionada por el Estado, lo que ha provocado la proliferación de granjas de minado.

Tal es el impacto que tiene el minado de criptomonedas en Irán que está ocasionando cortes puntuales de electricidad y existe preocupación por lo que pueda suponer al sumarse al mayor consumo que se realiza en verano por parte de los ciudadanos.

De cara a solucionarlo, Hassan Rouhani, presidente de la República Islámica de Irán, ha anunciado que prohíbe cualquier minado desde ahora hasta el 22 de septiembre.

Es un duro golpe para la criptomoneda al estimarse que sobre el 4,5 % de los bitcoins se minan en Irán. Este aspecto también supone un impulso a la economía del país, según algunos medios, aunque Rouhani afirma que sobre el "85% de la minería actual en Irán no tiene licencia". Como con otros temas de este país, es complicado saber a ciencia cierta los números reales.

Lo que faltaba: las criptomonedas contribuyen a agravar la crisis ecológica

El uso (y producción) de criptomonedas requiere de grandes centros de datos que tienen un alto consumo energético en todo momento. Analizamos dónde están esos centros y el daño que pueden provocar al medio ambiente.

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En definitiva, sea por motivos ecológicos, desconfianza, políticos o de abastecimiento, los problemas a los que se enfrenta el bitcoin en los últimos meses parecen haberse agudizado. Veremos qué consecuencias tiene todo esto en la criptomoneda, aunque es mejor no apostar en ninguna dirección concreta vista su volatilidad.