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Por qué es mala idea ahorrar a la hora de comprar una fuente de alimentación

Ordenador por dentro

A la hora de montarnos un ordenador, mucha gente solo piensa en el procesador y en la tarjeta gráfica que le va a poner. El resto de componentes pasan a un segundo plano. Menos la fuente de alimentación, que va directamente al tercer plano, por detrás de la caja y el RGB. Hoy te explicamos la malísima idea que puede ser pensar así.

Es lógico que, de cara a comprarnos un ordenador, haya componentes que nos hacen mayor o menor ilusión. Ese momento en el que te pones a elegir las piezas solo hay dos que copan toda tu atención: la CPU y la GPU.

El mundo del gaming (y el profesional) tiene una obsesión por los componentes. Que si mejor Intel, que si mejor AMD; que debería tirar por la RTX 3080, que no, que mejor la RX 6900 XT... es difícil ponerse de acuerdo.

Por esto, una vez que ya hemos decidido qué componentes principales queremos, el resto es coser y cantar. "¿La RAM? Da igual, con que sean 16 GB y tenga RGB todo bien. ¿Y la caja? Una bonita con cristal templado, más preguntas. Y... ¿la fuente de alimentación? Pues mira, eso no lo había pensado".

Esta cuestión es un clásico. A nadie le importa su fuente de alimentación, solo la quieren con los suficientes vatios para que de energía suficiente al ordenador y que la RTX 3080 no se apague en mitad de la partida. No se mira ni marca, ni eficiencia, ni certificados de seguridad... da igual.

Por eso mi trabajo es explicarte por qué es importante gastarse dinero en la fuente de alimentación y por qué debe ser una elección que nos lleve, al menos, unos minutos tomar. Vamos, sin más dilación,  a repasar todo lo necesario para salir de aquí sabiendo de fuentes de alimentación.

La función principal de la fuente de alimentación

La función principal de la fuente de alimentación (PSU) es suministrar la energía adecuada a todos y cada uno de tus componentes, ya sea una tira RGB o una tarjeta gráfica.

Los componentes que elijas dictarán la cantidad de vatios o la potencia de la fuente de alimentación que necesitas, ya que los componentes más potentes, como una RTX 3090, necesitarán más potencia que una RTX 2060, por ejemplo. El gaming se merece lo mejor.

MSI GeForce RTX 3080 Ti VENTUS 3X OC 12GB GDDR6X

MSI

Si no seleccionas bien la potencia que necesitas en tu ordenador en función de tus componentes correrás el riesgo de sufrir problemas de inestabilidad energética, que implican fallos en el arranque y apagados aleatorios.

Sin la potencia suficiente, podrías estar limitando tu hardware, especialmente cuando se trata de componentes que hacen overclock automático. Dicho esto, una PSU de alta potencia no equivale a una fuente de alimentación de alta calidad.

La calidad y la potencia de salida son dos categorías distintas que debes tener en cuenta a la hora de elegir la fuente de alimentación correcta.

Fuente de alimentación

Por qué es importante la calidad

Una fuente de alimentación de buena calidad es esencial para cualquier sistema que quiera rendir y durar años sin dar fallos.

Una fuente de alimentación de gran potencia y calidad mediocre puede alimentar sus componentes sin problemas a corto plazo, pero corre el riesgo de romper todo tu equipo en caso de catástrofe (subida de tensión de la red, por ejemplo).

Las fuentes de alimentación de mala calidad se quedan cortas en categorías como: condensadores,  potencia de salida,  eficiencia y seguridad. ¿Quién en su sano juicio se compraría un BMW de competición y le pondría ruedas de segunda mano y en mal estado? Eso solo acaba en accidente, aquí igual.

Las empresas de renombre, como Seasonic, EVGA o Corsair suelen vender fuentes de alimentación con una garantía de 10 años, lo que significa que estas empresas confían en la vida útil de sus productos y son capaces de lograr de media fuentes que viven 10 años o más.

Fuente de alimentación

El I+D que se emplea en la fabricación de estas fuentes de alimentación es increíble. Todo, desde el ventilador hasta los condensadores japoneses, son de buena calidad.

Una fuente de alimentación de mala calidad tiene componentes baratos, como condensadores y transistores, y la vida útil de estas PSU es muy inferior a la de las de buena calidad. Además, sus garantías son mucho más cortas (de 2 a 3 años, lo mínimo legal en Europa).

Esto significa que tendrás que sustituir tu fuente de alimentación con mucha más frecuencia en caso de que falle y acabarás gastando más dinero que si hubieras comprado una de buena calidad desde el principio.

No todo es potencia, pero es importante

Fuente de alimentación

Como se ha mencionado anteriormente, la potencia bruta también es importante para garantizar que todos tus componentes funcionen sin problemas. La potencia de salida que anuncian las empresas de renombre, por ejemplo 750 W, suele ser la potencia continua que suministra la fuente de alimentación.

Esto significa que, durante un periodo de tiempo prolongado, la fuente de alimentación suministrará los 750 W necesarios al resto del sistema. Una fuente de alimentación de una empresa poco fiable dirá 750 W en la caja, pero puede ser solo la potencia pico (o máxima) en lugar de la continua.

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Esto significa que esta fuente de alimentación solo entregará 750 W en ráfagas cortas y probablemente no podrá mantenerlos durante un período prolongado de tiempo. Invertir en una fuente de alimentación de buena calidad te asegura que tu sistema siempre obtiene la potencia que necesita.

Una característica tan sencilla para una fuente de alimentación, como es la capacidad de sobrevivir a un pico de energía repentino, suele darse por sentada. Y esa protección extra es lo que hace que valga 20 euros de más que la competencia. Pero tienes que entender que ese dinero extra acaba de salvar a todo tu PC de una subida de tensión inesperada.

Qué es la eficiencia y por qué es vital

Fuente de alimentacion

Además de una salida de energía consistente, la eficiencia es otro beneficio que ofrecen las fuentes de alimentación de calidad. La certificación 80 Plus es una necesidad para cualquier fuente de alimentación que pienses comprar. Nada con una certificación menor merece la pena, ni será de calidad.

A partir de ahí puedes ir subiendo. Puede ser una fuente de alimentación certificación 80 Plus Bronce, Plata, Oro, Platino o Titanio, en orden creciente en cuanto a eficiencia (las Plus Titanio son las más eficientes del mundo).

En cualquier caso, una certificación 80 Plus significa que su fuente de alimentación tendrá, en el peor de los casos, un 80 % de eficiencia en las cargas que incluyen el 20 %, el 50 % y el 100 %.

Este alto nivel de eficiencia significa que la fuente de alimentación tendrá que consumir menos vatios de la toma de corriente para alcanzar sus niveles de potencia. Por ejemplo, una fuente de alimentación de 1.000 W con una carga del 100% necesita una potencia de 1.000 W para alimentar un sistema.

Una fuente de alimentación con una eficiencia del 80 % tendrá que consumir 1.250 W de la toma de corriente para alcanzar los 1.000 W necesarios. Por otro lado, una fuente de alimentación de 1000 W con una eficiencia del 50 % necesitaría tomar 2000 W de la pared para alcanzar los 1000 W de salida.

Persona jugando en un PC Gaming con LEDs RGB y torre con cristal templado

Unsplash

El exceso de potencia de 250 W de la fuente de alimentación con calificación 80 Plus es mucho menor que el exceso de potencia de la variante con un 50 % de eficiencia.

De esta forma ahorrarás más electricidad con una fuente de alimentación más eficiente y, a su vez, ahorrarás unos cuantos euros a lo largo de su vida útil (que puede ser de más de 10 años, no lo olvides).

La mayor ventaja de una fuente de alimentación eficiente está en las temperaturas. El exceso de vatios de la energía extraída de la pared se convierte en calor y más exceso de vatios significa más calor.

Una buena fuente de alimentación, independientemente de su eficiencia, tiene un ventilador fiable para disipar este calor, que no será demasiado teniendo en cuenta sus bajos niveles de exceso de potencia.

Esto contrasta significativamente con una fuente de alimentación de mala calidad que generará altos niveles de calor debido a su ineficiencia. Esto provoca ruidos fuertes y molestos del ventilador.

Además, los ventiladores de las fuentes de alimentación malas son conocidos por su baja fiabilidad. Se rompen sin avisar y, en mitad de la partida, la PSU se apaga por el calor (o revienta, depende de lo mala que sea a nivel de condensadores).

Conclusiones finales a la hora de comprar una fuente de alimentación

Mirando ordenador experto PcComponentes

PcComponentes

Una vez visto todos los puntos importantes vamos a repasar qué necesitamos para nuestra siguiente compra de hardware.

Para empezar medir el consumo que vamos a tener, de forma estimada. Si la CPU tiene un TDP de 100 W, la GPU de máximo llega a 230 W, y cuentas con un SSD, un par de pastillas de memoria RAM y una placa base con RGB, a los 330 W de la CPU y la GPU siempre debemos sumarle unos 50 W del resto del equipo.

Si volvemos a sumar vemos que nos da 380 W. Por seguridad, y sabiendo que las fuentes van perdiendo potencia con el paso de los años, lo mejor es que sumarle otros 100 W, lo que nos daría una fuente de unos 500 W redondeando por arriba. Ahora sí que estaríamos cubiertos ante imprevistos energéticos.

Mi recomendación es que estiremos siempre un poco hacia arriba, ya que si el día de mañana decides comprarte un mejor procesador o una tarjeta gráfica más potente, si en su momento elegiste una PSU con vatios de más, ya no tendrás la necesidad de comprar una nueva.

Una vez repasada la potencia, lo ideal es que elijamos una marca reconocida, sobre todo aquellas que den muchos años de garantía. Seasonic, EVGA o Corsair son de las más reconocidas, pero hay muchas más.

Y, por último, que valoremos muy positivamente el grado de eficiencia. No bajar de Plus 80 nunca, ya que de lo contrario cada vez que estéis usando el ordenador estaréis pagando dinero de más por culpa de la fuente de alimentación.

10 años jugando con una PSU mala pueden ser miles de euros de energía despilfarrada por una mala eficiencia.

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