Logo Computerhoy.com

Más de 2.000 USB ocultos en el mundo: la curiosa historia detrás de Dead Drops

En 2010, el artista alemán Aram Bartholl inició su curioso proyecto con nombre 'Dead Drops'. Durante una visita a Nueva York, escondió cinco memorias USB en varios lugares públicos. Ahora hay más de 2.000.

USB escondidos

Dead Drops

A día de hoy casi no existe casa o persona que no tengan en su posesión un USB. Aunque cada vez menos usados, estos pequeños dispositivos de almacenamiento han sido la gran salvación para estudiantes, familias que quieren recuperar fotos antiguas o para llevar a las míticas tiendas de impresión y así imprimir papeles importantes. 

Lo cierto es que su uso hace 14 años fue más allá y un artista alemán con nombre Aram Bartholl creó un proyecto conocido como Dead Drops. ¿En qué consistía? Incrustó memorias USB en las paredes y otros tantos sitios de varias ciudades para que cualquiera pudiera usarlas y compartir archivos de manera anónima. 

En 2010, mientras estaba en Nueva York, Bartholl inició este proyecto. Colocó cinco memorias USB en diferentes sitios públicos de la ciudad, incrustándolas en paredes y muros. Solo el conector USB sobresalía, permitiendo a las personas conectar sus portátiles y acceder a los datos. La idea era simple: crear una red fuera de línea donde la gente pudiera compartir información sin depender de la nube.

El manifiesto en el sitio web de su proyecto dice: "¡Libera tus datos en cemento para el público en general! ¡Instala tu propio Dead Drop hoy! ¡Libera tus datos de la nube, ahora!". A día de hoy esto que empezó de forma casi silenciosa ha crecido mucho desde entonces. Ya hay más de 400 memorias USB incrustadas en las paredes de Alemania y alrededor de 2.300 en todo el mundo. En total, almacenan más de 72.734 GB de datos. 

USB escondidos

Dead Drops

Un proyecto que nace de buena fe, pero que, como siempre, se complica

Teniendo en cuenta que fue colocando USB por varias ciudades, cualquiera puede cargar malware en estas memorias. Si todo el mundo tiene acceso a este dispositivo, con que tan solo una persona con mala fe decida hacer lo que no debe, puede acabar infectando miles de dispositivos que luego se conectan a este.

Aunque algunas memorias USB han sido hackeadas y, por supuesto, robadas, la comunidad sigue contribuyendo al proyecto. La red de Dead Drops continúa creciendo, con nuevos dispositivos añadidos y la idea de compartir datos de esta forma sigue manteniéndose fuerte.

Desde Nueva York hasta París, Vietnam y Dakar, existe una base de datos donde puedes ver en qué ciudades están, una ubicación más o menos precisa y el espacio con el que cuentan. Por ejemplo, en Madrid hay varios en la calle Balbina Valverde, 17 o en Bilbao, en la Plaza de Unamuno.

Conoce cómo trabajamos en ComputerHoy.

Etiquetas: USB, Almacenamiento, Memoria