Puede que aún sea pronto para saber el alcance que la influencia de la inteligencia artificial tendrá en la sociedad. 

¿Hasta qué punta afectará a la economía? ¿Hay puestos de trabajo que peligran con la popularización de la IA? ¿Cómo transformará el mundo del arte? Lo que está claro es que de muchas formas ya se ha dejado notar por todo Internet.

Una de ellas, según parece, sirve para sacar al artista que dicen que todo el mundo lleva dentro. Ya sea por este motivo, o quizá por intentar sumar beneficios económicos, un sinfín de usuarios se han lanzado a autopublicar libros ayudados por ChatGPT y herramientas similares. Hasta el punto de que la propia Amazon ha tenido que tomar medidas al respecto. 

La inteligencia artificial y la escritura

En los últimos años, Amazon se ha vuelto una alternativa más que interesantes para escritores noveles y no tan principiantes, con condiciones de autopublicación que en ocasiones igualan o mejoran notablemente las de algunas editoriales. 

Prácticamente lo único que se necesitaba para publicar un libro en su tienda era saber escribir. Ahora, ni eso. 

La facilidad con la que herramientas de inteligencia artificial como ChatGPT permiten crear escritos sin necesidad de reunir ningún talento, parece haber inspirado a muchos pseudoautores. La fórmula es sencilla: la IA te escribe un libro, tú lo publicas en Amazon y, si tienes suerte y el público “pica”, consigues llevarte algunos beneficios con la obra. 

Utilizo todos los días GPT-4, la inteligencia artificial de ChatGPT, pero nunca he gastado un euro por ello

Tanto, es así, que Amazon se ha visto obligada a tomar cartas en el asunto. ¿Cómo? Pues básicamente limitando la publicación de tres libros al día. Puede parecer una exageración, y desde luego serlo desde un punto de vista literario, pero demuestra la desproporción a la hora de subir escritos a la plataforma. 

Por supuesto, este fenómeno, si se quiere llamar así, ha hecho saltar las alarmas de mucha gente. No solo dentro de Amazon, sino en lo que concierne a los autores “de verdad”, que han visto con preocupación cómo la competencia se ha incrementado de manera desproporcionada con la llegada de recursos como ChatGPT. 

¿Dónde está el límite?

Está claro que el impacto que la inteligencia artificial ya tiene en el mundo literario es algo que debe tomarse muy en serio, tanto por parte de las editoriales como en lo que se refiere a comercios como Amazon. ¿Es legítimo publicar libros creados mediante inteligencia artificial, sobre todo a un ritmo increíblemente alto? ¿Cómo puede afectar esto a la calidad del sector? 

Un asunto que profundiza también en otra polémica habitual: el respeto por los derechos de autor. Muchos libros publicados en Amazon se basan en otros originales, los resumen, provocando que, al menos en apariencia, se crucen muchas líneas a la hora de respetar las obras ajenas. 

Sin poner en duda los supuestos beneficios que la inteligencia artificial puede tener en muchos aspectos fundamentales del día a día, salta a la vista que otras desventajas también están ahí, y ya se están apreciando sin necesidad de esperar más. ¿Será posible ponerle límites antes de que su relevancia sea mayor? ¿Realmente se quiere hacer? Solo el tiempo lo dirá.