Imagina entrar a una oficina para hablar sobre cómo los móviles de Oppo consiguen hacer buenas fotos. En tu mente están las preguntas que harás con expertos, de cómo trabajan, pero cuando entras  al laboratorio donde trabajan te encuentras una docena de habitaciones, robots y menos humanos de los que te esperabas.

Así es como describiría el laboratorio de imágenes de Oppo que tiene en Guangzhou (Cantón), dentro un enorme campus en el que cuenta con laboratorios de desarrollo e investigación, además de parte de sus líneas de producción donde montan sus móviles.

Lo interesante del laboratorio de imagen de Oppo es cómo han utilizado robots para agilizar un trabajo en el que pocos, o nadie, piensa, pero es un trabajo que en el desarrollo de un móvil debe realizarse. Porque para que un móvil tenga una buena cámara, no basta con tener le mejor sensor, hay un gran trabajo detrás para que la información que captura el sensor se traduzca en una buena fotografía.

Una vez están listos los prototipos de los móviles que se van a lanzar, Oppo necesita miles de fotos por cada sensor para poder realizar los ajustes necesarios para que una foto salga bien.

La fotografía móvil no es algo sencillo. Las iluminaciones cambian cada segundo, no todo el mundo sujeta el móvil correctamente, tampoco tenemos el mismo pulso, pero sobre todo, todos tenemos tonos de piel diferentes que una cámara de un móvil puede sacar bien o acabar siendo un desastre.

En este laboratorio Oppo ha montado una serie de habitaciones abiertas donde te encuentras diferentes situaciones comunes, como una recepción de un hotel, una tienda, un restaurante, un salón, una discoteca y otras estancias.

Todas tienen iluminaciones diferentes y representan los sitios más normales donde nos solemos hacemos fotos.

Si creías que un equipo de ingenieros serían los responsables de hacer las fotos, te equivocas, son robots los que hacen el trabajo más repetitivo y aburrido, ahorrando miles de horas de trabajo.

Estos robots cuentan con una base motorizada que recorre toda la oficina y se para en diferentes puntos de cada habitación. Los ingenieros de Oppo han marcado diferentes puntos donde deben pararse y su brazo robótico debe mover el móvil a un punto concreto para hacer cientos de fotos.

En total hay más de 500 puntos donde los robots se paran y realizan las fotos.

El brazo del robot apunta el móvil a un punto concreto, hace la foto y automáticamente se sube a un servidor donde los ingenieros de Oppo pueden revisar las imágenes. Estas fotos se revisan en busca de imperfecciones, como una gestión incorrecta de los colores, un mal balance de blancos o una exposición incorrecta.

Esas miles de fotos que hacen en unas horas acaban subidas en un servidor donde los más de 100 ingenieros que trabajan en este laboratorio pueden revisar y analizar en busca de los cambios que necesitan para que el software de la cámara haga mejores fotografías.

Imagina, por ejemplo, que cuando haces una foto en un lugar oscuro, pero con iluminación muy dura, como puede ser una discoteca, las fotos salgan totalmente quemadas. Ese ajuste de iluminación que hace automáticamente el móvil sale de los parámetros que se revisan en este laboratorio.

Este robot parece que está vivo: así se prueban las cámaras de Oppo para hacerte selfis perfectos

Pero para lo que no estaba preparado es para ver el robot que se utiliza para que los selfis salgan bien.

Este robot incluye una cabeza de un maniquí hiperrealista. En serio, si haces zoom a la foto y solo ves la cara, parece de una persona de verdad.

El robot se mueve en todas las estancias y hace selfis en todas las modalidades de iluminaciones para comprobar cómo salen. Cuentan con maniquís de personas de diferentes razas y sexos, así como tonalidades de color de piel, guardadas en un armario que solo puedo imaginarme como el armario de los horrores al encontrarte tantas cabezas guardadas.

Aunque sin desmerecer las pruebas de las cámaras principales, los test que se realizan en la cámara selfi puede que sean las más importantes.

Todo el mundo tiene una tonalidad de piel diferente y la luz rebota en ella de una forma diferente. Hace años que se conocieron casos en el que las cámaras eran incapaces de detectar personas con tonos de piel oscuros, porque los ingenieros no entrenaban los algoritmos y cámaras con personas que no tuviesen tonos de piel claros.

Para ser más rápidos en la creación de esos algoritmos que identifican que una persona sale bien expuesta en una foto, se ahorra mucho tiempo si se utilizan estos maniquís hiperrealistas en vez de personas de verdad.

Se realizan cientos de fotos selfi en interiores, interiores con luz natural gracias a unas cortinas automatizadas y en exteriores. Todo para que con un conjunto de miles de fotos se puedan encontrar esos fallos antes de que un móvil salga a la venta.

Un móvil tope gama que sale a la venta no puede hacer una foto con un tono de piel diferente al real. Este es un problema real y que la cámara tiene que calcular en milisegundos. Miles de cálculos para ajustar los parámetros de la cámara y que después se comparten con el algoritmo que se usa para "revelar" la foto.

Todo para que tu móvil, aunque cueste poco dinero, pueda hacer la mejor foto posible, ya sea de una de las fotos más mundanas a un recuerdo que guardarás para toda la vida.