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Ford pone a prueba su coche autónomo en la oscuridad

Inés Pérez

Ford prueba su coche autónomo en la oscuridad

El objetivo inicial de los vehículos de autoconducción es hacerlos tan buenos como los conductores humanos, pero Ford planea ir más allá.

Mediante el uso de Lidar, Ford demostró recientemente que sus vehículos autónomos pueden conducir en la oscuridad completa sin la intervención humana.

En el proceso, nos recuerda que el coche de autoconducción se trata de mucho más que ser "tan bueno como los humanos", sino de aprovechar la tecnología para hacer los coches mucho más seguros y más inteligente que los conductores humanos.

Los coches de autoconducción no son un fenómeno nuevo, pero una de las ventajas clave que llevó mucho tiempo entender es el hecho de que al permitir que un robot conduzca un coche, no se está intentando recrear las acciones de un chofer humano.

Es mucho más que eso: el campo de la robótica tiene mucho más juguetes en su caja de herramientas que las de un simple humano. Y esto fue especialmente evidente en las pruebas recientes de Ford en Arizona. 

La compañía improvisó uno de sus coches de autoconducción con la tecnología Lidar, que combina el láser de mapeo 3D y la tecnología de detección de distancia. Lidar es, en esencia, un radar que detecta con láser.

Un mayordomo holográfico en el interior de tu coche.

"Gracias a Lidar, los coches de prueba no son dependientes del sol que brilla, ni cámaras para detectar las líneas blancas pintadas sobre el asfalto", dice Jim McBride, líder técnico de Ford para los vehículos autónomos. "Lidar permite al vehículo autónomo conducir igual de bien en la oscuridad que en la luz del día."

Por supuesto, conducir un coche en oscuridad absoluta sería peligroso en la vida real. Los faros son tanto para ser vistos como para ver la carretera que tienes delante.

Mediante el uso de las tecnologías disponibles, como la visión por ordenador, Lidar, radar, GPS, informes de tráfico y otras fuentes de datos, es emocionante ver cómo los vehículos autónomos combinan todos esos recursos para una mayor seguridad.

Mientras que un conductor humano se limita a los ojos y los oídos al conducir, un coche autónomo puede –y debe– utilizar los datos sensoriales que tiene disponible.

El vídeo, en particular, destaca que todavía es pronto, pero también sirve como un recordatorio de que estamos adentrándonos en el futuro, pulgada autónoma a pulgada autónoma.

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