realme Pad Mini, análisis y opinión

realme llegó al mercado occidental hace unos años, cuando Xiaomi dominaba la gama media con mano de hierro habiendo prácticamente eliminado a la competencia, entre la que se encontraba una Motorola que está volviendo poco a poco, pero que ya no es aquella Motorola que reinaba en la calidad/precio.

Con una estrategia muy similar a la de Xiaomi, realme ha conseguido colocarse como una de las compañías más importantes en nuestro territorio y, claro, lo que empezó lanzando teléfonos móviles ha evolucionado para ser algo más.

Ya hemos tenido un portátil y hace unos meses os hablamos de su primera tablet. Ahora es el momento de analizar la realme Pad Mini, una tableta que mantiene el espíritu de la compañía y que, pese a que es una gama de entrada, tiene algunas cosas muy interesantes por menos de 200 euros.

Apartados del análisis de la realme Pad Mini:

• Diseño: los materiales TOP son compatibles con las gamas más asequibles
• Pantalla: un panel HD+ al que le falta brillo si lo sacas de casa
• Rendimiento y autonomía: enfocada a multimedia, redes e internet, pero olvídate de los juegos
• Conclusión: la pantalla es algo justa, pero es la perfecta tablet de salón

Los materiales TOP son compatibles con las gamas más asequibles

En cuanto la sacas de la caja te das cuenta de que realme ha hecho muy bien las cosas en este apartado. 

Y es que, la realme Pad Mini está construida en un cuerpo de aluminio unibody que cuenta con bordes biselados tanto por delante como por detrás y una sensación espectacular entre manos.

No parece una tablet de menos de 200 euros y en este color azul no atrapa las huellas con facilidad y me ha hecho recordar aquellos buenos tiempos en los que los móviles no tenían traseras de cristal o de plástico brillante, sino de aluminio mate.

La trasera únicamente está interrumpida por el módulo de cámara, que es bastante grande, pero que no hace que la tablet baile en exceso si la tenemos apoyada en una superficie, y el logo de realme integrado de forma elegante en un lateral.

No hay nada de ese ‘Dare to leap’ ni el nombre gigante ni esas cositas que, al final, afean el conjunto. La verdad, lo agradezco.

En el lateral derecho tenemos los botones de volumen y el de bloqueo que, en esta ocasión, no funciona como sensor capacitivo para las huellas. De hecho, no tenemos sensor de huellas en esta tablet. 

Hay que recortar, sí, pero no sé si integrar este sensor, que realme usa en otros móviles más baratos, habría hecho que el precio subiera mucho. Lo que tengo claro es que le habría venido genial.

En la parte inferior tenemos uno de los altavoces con el puerto de carga USB-C y, en el marco superior, el otro altavoz y un jack de 3,5 mm para auriculares. 

Teniendo un grosor de solo 7,6 mm, temía que no llevara entrada de auriculares y agradezco mucho que al final sí.

Un panel HD+ al que le falta brillo si lo sacas de casa

Como digo, me gusta mucho, muchísimo el diseño y no parece, para nada, una tablet de esta categoría. Ahora bien, cuando encendemos la pantalla la cosa cambia y es donde empezamos a ver algunas carencias.

Se trata de un panel de 8,7” con resolución HD+. En esta diagonal, la verdad es que se nota que el panel es poco nítido. 

No es nada preocupante ni que vaya a hacer que la experiencia leyendo el correo, las redes o navegando sea negativa, pero a la hora de ver vídeos sí se nota que faltan píxeles.

Además, estamos ante un panel LCD que tiene unos ángulos de visión bastante justitos y un brillo de unos 320 luxes. 

Definitivamente, no es la tablet ideal para el tren o para leer en el jardín o la piscina, algo a lo que, por tamaño, se presta muchísimo ahora que llega el verano.

Por software tienes algunos ajustes de calibración de color y tono del panel, pero no es algo tan completo como lo que podemos ver en los teléfonos móviles.

Pero bueno, dentro de casa para ver YouTube, Disney+, navegar por internet o ver el correo, la experiencia es buena siempre que la coloquemos en el ángulo adecuado. 

Además, es cómoda de sujetar y no tapamos los dos altavoces cuando la sujetamos en horizontal. Hablando de esto, me ha gustado el sonido que es capaz de ofrecer, teniendo un volumen alto, pero tengo que decir que algo plano.

Enfocada a multimedia, redes e internet, pero olvídate de los juegos

a te he contado que el panel, aunque muy justito y acorde a su precio, es el que corresponde a un dispositivo de este rango de precio. Y, claro, el SoC que encontramos también es el que podríamos esperar.

Bueno, la gama que podríamos esperar, porque para serte sincero, habría preferido un MediaTek o un Snapdragon, ya que lo que tenemos entre manos es el Unisoc T 616.

Se trata de un SoC fabricado en una litografía de 12 nanómetros y cuenta con 8 núcleos donde 2 de ellos van a 2 GHz y los otros 6 van a 1,8 GHz. 

Está acompañado por 3 o 4 GB de RAM (el modelo analizado tiene 4) y cuenta con 32 o 64 GB de almacenamiento con expansión por microSD.

En algunos territorios llega con una bandeja para introducir una nanoSIM y, la verdad, habría estado genial tener esa opción para que fuera un dispositivo que pudiéramos llevar siempre encima con conexión a la red.

Estamos ante un hardware muy modesto que te va a permitir navegar por internet, ver el correo, usar apps como Telegram, Instagram o Twitter sin problema alguno y ver contenido en vídeo, pero poco más.

No te vas a poder poner exigente ni con juegos (tira, pero no con los más exigentes a una calidad o tasa de frames aceptable) ni con apps que sean muy exigentes con la GPU.

A veces la noto algo lenta tanto por esos 4 GB de RAM , pero en el día a día si toca utilizar la memoria de almacenamiento, no está nada mal. Es UFS 2.1, pero no es de las lentas.

La llevo a la habitación para ponerme un vídeo, la llevo al sofá para navegar… y estos días ha estado dando vueltas por casa. Y la autonomía de esos 6.400 mAh es más que correcta con unas 9 horas de pantalla por carga, lo cual creo que no está nada mal.

El procesador y la pantalla “comen” poco, está claro, así que estoy contento con la autonomía. La carga es algo lenta, eso sí, ya que cuenta con un cargador de 18 W y una carga muy lineal, por lo que habrá que tener paciencia o dejarla cargando por las noches.

Sabiendo que es un hardware básico y el precio al que llega, ya digo que no me chirría el rendimiento del dispositivo. Eso sí, no entiendo por qué llega con Android 11.

La capa de realme funciona bien y tiene bastantes opciones de personalización, pero que llegue un producto así con Android 11 me parece extraño, y más sabiendo que muy posiblemente no se actualice nunca a Android 12, al menos de manera oficial.

Esto es elucubración viendo movimientos anteriores y lo que suele pasar con estas tablets más baratas. Espero equivocarme, pero creo que debería venir con actualización a Android 12 en cuanto la sacas de la caja.

La pantalla es algo justa, pero es la perfecta tablet de salón

realme está siguiendo una estrategia muy similar en sus tablets que la que exhibió en su día con los smartphones. 

De momento han lanzado dos modelos al mercado, la grande y la mini, y ambas cuentan con buenos materiales y un precio ajustadísimo.

Esa es la principal virtud de esta tablet que cuenta con un diseño espectacular y unos materiales que sientan genial en la mano. 

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Ese diseño con laterales planos no me ha molestado en absoluto y hasta el módulo de cámara (aunque esta sea innecesaria) está bien planteado.

Ahora bien, el rendimiento y la pantalla son apartados justitos que demuestran que, al final, estamos ante una tablet de menos de 200 euros, pero si la quieres para ver vídeos, ver el correo y navegar por internet y no quieres gastar más dinero, es una muy buena opción.