Qué son los fraudes basados en la ingeniería social de los que alerta la OCU
Los llamados fraudes basados en ingeniería social son cada vez más habituales, como advierte la OCU. Y, aunque están relacionados con la tecnología, cualquiera puede llevarlos a cabo usando la manipulación.
Es posible que el concepto de fraudes basados en la ingeniería social te suene a algo lejano e impreciso. Suele suceder así. No obstante, si se profundiza en él, es fácil darse cuenta de que se trata de una amenaza que está al acecho de todo el mundo, sin importar la edad, la posición social ni ninguna otra característica específica. Y además, cada día aumenta.
Tanto es así, que la propia Organización de Consumidores y Usuarios, la popular OCU, no ha dudado en dar algunas de las claves que conviene conocer.
El fin de estas estafas siempre es el mismo: ganarse la confianza de la gente aprovechando la tecnología actual, para luego tener acceso a sus datos privados. Es decir, a lo que realmente importa: el dinero.
Qué son los fraudes basados en la ingeniería social
Lo primero que hay que tener en consideración es no confundir los fraudes basados en la ingeniería social con los típicos casos de malware, virus y demás amenazas informáticas. Los que nos ocupan también se sirven de la tecnología, pero simplemente como método para ganarse la confianza de los usuarios. El engaño realmente radica en el poder de convicción a nivel psicológico.
Estos estafadores suelen hacerse pasar por individuos que generen confianza, como empleados de una empresa, proveedores de servicios, autoridades gubernamentales o incluso amigos o familiares de la víctima. Por eso, se aprovechan de herramientas como WhatsApp, Facebook o Instagram para crear un vínculo. Y en ocasiones, los malos tienen mucha paciencia.
Un buen ejemplo de lo que puede considerarse un fraude basado en la ingeniería social podrían ser las relaciones "románticas" que se dan en redes sociales. Con un perfil falso (a veces de famosos, incluso), los ciberdelincuentes se ponen en contacto con la víctima, hablan con ella, bromean, se cuentan sus cosas, y finalmente llevan a cabo la estafa.
Hay que tener en cuenta que quienes realizan fraudes basados en la ingeniería social no tienen por qué ser hackers, ni unos genios de la informática. Cualquiera con una cuenta en una red social puede hacerlo. Algo que sin duda provoca que los casos se hayan multiplicado de un tiempo a esta parte. Seguro que lo has visto incluso por televisión.
Desconfiar es de sabios
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Tal y como señala la OCU, no existe una solución milagrosa para protegerse de los fraudes basados en la ingeniería social. Es decir, que esto no es un virus que tenga su correspondiente antivirus. Y las amenazas pueden llegar de cualquier parte, su único límite es el ingenio de los estafadores. Por eso, el mejor remedio para no caer en sus trampas es el sentido común.
De primeras, pensar mal. Desconfía sobre todo de aquellas personas que son extremadamente cordiales, como si de alguna forma te dijesen solo aquello que quieres escuchar. Más aún, claro, si comparten fotos, pero nunca están dispuestos a realizar videollamadas.
Además, es fundamental no compartir en redes sociales más información de la estrictamente necesaria. Cuantas más pistas públicas des, más armas tendrán los timadores para utilizar en tu contra.
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Etiquetas: Estafa, Ciberseguridad